Ecos de una ciudad sumergida.

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martes, 6 de abril de 2010

NECHOCHWEN - Azimuths To The Otherworld (2010)



Pagan Metal. Folk Metal. Instantáneamente nos vendrán a la cabeza imágenes de frios acantilados escandinavos, o bosques cubiertos por la niebla de alguna ignota región del Este de Europa acompañados por gruñidos propios del black metal cantados la mayoría de veces por bochornosos individuos con cotas de malla y pinturas de guerra. No todos los casos son así, demos gracias por ello, y bandas como Negura Bunget, Drudkh o incluso Primordial han parido verdaderas obras maestras del metal moderno partiendo de esas coordenadas. Pero lo que no cambia es el casi exclusivo monopolio que las formaciones europeas tienen dentro del estilo. Pues bien, la globalización se abre paso en todos los ámbitos, y ahora le toca el turno al metal de raíces más ancestrales, porque Nechochwen bebe de la mitología nativa norteamericana. Algo que personalmente veo muy acertado. Si un pueblo se ha caracterizado por su espiritualidad, su profunda comunión con la naturaleza y su ardor guerrero pero honorable, esos fueron los indios norteamericanos. No por nada Engels, basándose en los estudios del antropólogo Morgan, les definió (junto a otros pueblos como los primeros griegos) como comunistas primitivos. Una sociedad completamente democrática, solidaria, pero limitada por lo tosco de sus conocimientos técnicos y científicos, y aún temerosos de su entorno, tanto como para elevarlo a la categoria de tótem o espíritu (las deidades pertenecen a épocas posteriores). Y si estas características no son ideales para un disco de metal, que venga Manitú y me fulmine en el acto. Nechochwen, el proyecto personal del músico del mismo nombre (sobrenombre más bien, ya que adopta la traducción india) y que es miembro fundador de los también interesantes Angelrust, comenzó su andadura en 2005 y debutó con Algonkian Mythos, una excelente carta de presentación donde mostraba el personalísimo sonido que recorre, aunque de manera menos pulida, este Azimuths To The Otherworld. Basado en los mitos y tradiciones de los indios nativos Adena y Hopewell, que hace 2000 años ya vivían en el Valle del Río Ohio, probalemente se trate de uno de los álbumes con mayor capacidad de traspasar estilos que servidor se ha echado a la cara.

Porque durante la mayor parte del álbum uno hasta duda de que Nechochwen sea un grupo de metal, y no lo digo como un aspecto negativo, ni mucho menos. Todo lo contrario, ya que al acabar la hora durante la cual se despliega Azimuths To The Otherworld, uno queda convencido de que de ninguna otra manera se podría haber captado tan bien la esencia de aquel pueblo ancestral que hablaba con los árboles, la piedra, el agua y todos los seres vivientes con cariño, veneración e incluso miedo. El instrumento principal sobre el que se erige el sonido del disco es la guitarra acústica, y en muchos cortes es el único instrumento que se escucha, prescindiendo en su mayoría de las voces. Ojo, hay que señalar que la exquisitez y maestría con la que Nechochwen toca el instrumento es para quedarse sin aliento, y pocas veces en mi vida la acústica ha sido capaz de emocionarme tanto como lo ha hecho en Azimuths To The Otherworld. También la percusión tribal está muy presente, reforzando esa sensación de primitivismo y espiritualidad que el músico norteamericano pretende conseguir. Las voces generalmente siguen el esquema de cánticos, manteniéndose en segundo plano, y dedicándose a fluir con la música. También tenemos algún que otro fogonazo propio del black metal, más en la línea de la otra banda de Nechochwen, Angelrust, pero están muy limitados a unos pocos temas (Allumhammochwen - The Crossing o Red Ocher,por ejemplo) y no en la totalidad de los mismos. No estamos ante un álbum con el que poder hacer otra cosa mientras lo escuchamos que no sea perderse ante un libro de mitos y leyendas o en las propias ensoñaciones de uno frente a un buen paisaje. Y si ya somos muy afortunados, ambas cosas. Difícil tarea es recomendar temas o analizarlos, puesto que los catorce que componen Azimuths To The Otherworld son un todo único e indivisible, la memoria de un pueblo milenario, de su pasado, cantada a través del talento de un descendiente 2000 años después. Pero si debo recomendar un tema, ese sería Four Effigies, que internamente está dividido en The Turtle Effigy, The Adena Pipe, Amanita Mushroom Wand y Weeping Eye. Casi 9 minutos en los que Nechochwen comprime todo lo que es su propuesta, pero elevándola a la categoría de excelencia. 9 minutos de viaje espiritual, de ensoñación, de auténtica experiencia catártica en la que volveremos a aquel tiempo y lugar en el que un pequeño pueblo dejó un fabuloso legado de dignidad que aún a día de hoy sigue conmoviéndonos. Y más con embajadores como Nechochwen.

Una de las sorpresas del año. Un álbum personalísimo y único en su especie, que demuestra que el folk metal no tiene nada que ver con las pinturas ni las poses de vikingo, y si con el respeto a las raíces. Seas cuales sean.

Nota: 8,75/10



6 comentarios:

Karba dijo...

Parece muy interesante lo que comentas de esta gente, desconocida para mí. Por un lado me ha venido a la cabeza la vertiente más acústica de los noruegos Empyrium, y por otra la extraña mezcla de folk nativo nortemericano con funeral death que hacen Blood Of The Black Owl, ahí es nada. Lo cierto es que la música extrema, sea del palo que sea, siempre se ha interesado por esa "música de raíces" en sus distintas culturas, y las mezclas, aunque algunas indigestas, la mayoría son de lo más estimulantes.

En todo caso, se agradece la recomendación, ya está bajando.

Cthulhu dijo...

Si, tienes mucha razón respecto a grupos a los que son similares. Muy acertado lo de Empyrium, grupazo por cierto, pero probablemente a quienes más se me parecen son a Agalloch, otros indispensables.Y con los BOTBO no vas nada desencaminado, puesto que el punto de partida es el mismo, aunque luego vayan por caminos diferentes.

Gracias por el comentario, me mola mucho que me deis vuestra opinión sobre lo que os parecen mis recomendaciones, de verdad!

Espero que te mole el disco!

Unknown dijo...

Menuda pintaca tiene esto, tampoco yo los conocía de nada pero si nombras a los Agalloch la cosa tiene que valer la pena, gracias por la reco. Por cierto me pica la curiosidad con la otra banda de este hombre, que tal están???

Cthulhu dijo...

Pues Angelrust hacen un rollo Death/Doom con muchos tintes progresivos. Suenan como una fusión entre Opeth, Novembers Doom y estos Nechochwen. No tienen ningun discazo, pero aún así son interesantes por la propuesta.

RYSZARD REVOLUTION dijo...

Siempre es un placer leer una reseña profunda como esta.....

se agradece la dedicación, lo digo proque yo igual escribo en mi blog y se que lleva tiempo.

Por cierto te invito a que pases, igual reseñe este disco.

http://frecuenciasenelespacio.blogspot.com/

Soulkiller dijo...

Me quito el sombrero ante este disco. Si bien es denso (por lo de su duración), se hace escuchar, y mucho, por la cantidad de influencias y sonidos que presenta. Aparte de todo lo que has dicho, he notado alguna pincelada propia del Doom. En Four Effigies sobre todo, con ese acústico durante todo el tema para luego pasar a ese sonido tan jodidamente Doom y casi Drone que me ha hecho recordar irremediablemente a Sunn O))). Increíble.

Un saludo.