Efectivamente, la andadura de los Ecos termina aquí. Una decisión difícil porque han sido tres años maravillosos dando forma a una criatura que me ha proporcionado grandísimas satisfacciones, la principal de ellas el conoceros a todos los que habéis seguido el blog, alguno de los cuales habéis acabado convertidos en amigos. No podría haber deseado nada mejor. Otras han sido las satisfacciones, como conocer nuevos blogs, ampliar mis horizontes musicales y poder dar rienda suelta a todas las ideas y palabras que saturaban mi cabeza. Sin embargo desde hace tiempo sentía que debía dar un paso adelante: tanto por diversificar la gama temática como por quitarme la continua espada de Damocles derivada de la estrechez de miras de la industria discográfica (a nivel mainstream, mi relación con los pequeños sellos independientes siempre ha sido maravillosa).
Sin embargo esto no es un adiós, es un "me he mudado a una casa más grande y os invito a conocerla". Sí, intentando recoger el legado de Ecos De R'Lyeh y el Desván de Cthulhu y llevarlo a un nuevo nivel he creado la página web Cosmic Tentacles!, donde poder desbarrar sobre cómics, música, cine, fotografía, etc. dentro de un marco más amplio y cómodo para todos. La página contará con maravillosos colaboradores (ya los iréis conociendo) y espero que con un ritmo de publicación más regular y ágil. El diseño ha corrido a cargo de Deadsign, y creo que el resultado es simplemente espectacular. Desde aquí el mayor de mis agradecimientos para Julián (que además de guitarra de Nahrayan y Muerte Por Mil Cortes es un artistazo), sin él no hubiera sido posible.
Nada más, por mi parte espero que os guste el cambio (¡o en todo caso que no os moleste demasiado!) y que sigáis la web con el mismo cariño con el que lo habéis hecho hasta ahora en mis ya difuntos Ecos.
Estreno sección nueva, dedicada a comentar los trabajos de las bandas noveles que a servidor le parecen más interesantes. Por tratarse de formaciones que empiezan a dar sus primeros pasos y que no necesitan de una extensa introducción sobre su carrera he decidido abrir este espacio que creo agilizará el que pueda difundir su sonido a través de mis palabros abisales sin que el asunto se dilate en el tiempo. Espero que os guste y que os sirva para descubrir grupos de vuestro agrado!
THRONE ON MARS - Red Pyramid EP. Desde Elche nos llega este fabuloso trabajo a cargo de una banda formada por el batería Miguel Fernández (Nahrayan, The Sand Collector, Quebranto), los guitarristas Javier García (ex-Chiptune Commando), Kike Ferrández y Joaquin Ferrández, y el bajista Antonio Olmos (Faraday Cage). Grabado en el verano de 2012, Red Pyramid es un EP compuesto por dos extensos cortes a caballo entre el doom y el metal instrumental (intento desengancharme de la etiqueta post aunque la siga utilizando en los tags por vagancia), y que os aseguro que os dejarán con la mandíbula en el suelo por lo acojonante del nivel que despliegan. Muchos son los referentes que surgen cuando transitamos por estos terrenos sonoros, pero si tuviera que lanzarme a la piscina diría que Throne On Mars despliegan la tectónica de los Pelican más entonados junto al evocador rock de elevado octanaje de los Russian Circles actuales, añadiéndole al conjunto un amor por la épica que dispara los temas hasta el mismísimo planeta rojo. Tanto Pathfinder como Loss Of The Axis exhiben una grandiosa atmósfera mezcla de poderío contundente y evocación ultraterrena, donde el trío de guitarras demuestra lo válido de su número y la sección rítmica una versatilidad para quitarse el sombrero. Especialmente remarcable es el corte Loss Of The Axis, que en su segunda mitad muta en un ser de belleza arrebatadora y que nos habla de una banda con una clase por encima de la media que seguro dará mucho que hablar en el futuro. Por el momento servidor sigue disfrutando de Red Pyramid y cruzando los dedos para que se edite en formato físico para disfrutar como se merece la acojonante portada de Manuel Cantero (Procesonegro). Sería el broche ideal a la altura de este grandísimo trabajo.
CRUCIFUCK - Übermensch. Desde Salamanca llega el debut en formato larga duración (editado a finales de 2011) de esta banda formada por Juli Morán (guitarra, voz), Dani El Brujo (batería) y Unferth (bajo, coros), y que es lo más parecido a un crímen contra la humanidad entre notas musicales que vayas a escuchar este año. ¿Cuál es su propuesta? Pues thrash metal añejo con denominación de origen germana (¿Os acordáis cuando bandas como Sodom o Destruction arrasaban Europa?), tocando a toda hostia y con la voz de Juli cortando gargantas como un escalpelo roñoso. Sobre esta base Crucifuck te escupen 10 cortes repletos de misantropía, furia antidoctrinal y mala hostia capaces de hacer llorar al niño Jesús. Aunque su velocidad normal es con la quinta marcha metida tampoco hacen ascos a trotar como un diplodocus y soltarte riffs quebrantanucas en la línea de Slayer. Perlas de putridez musical como Chunks Of Flesh, Abnormal Obsessive Hatred o The Usurper rozan la excelencia sodomita, y nos indican que esta banda ha mamado thrash del bueno casi antes que el pecho materno, además de marcar un camino por el que pueden conseguir victorias abrumadoras en el futuro. El único punto negro que le veo al disco son temas como Extreme Ways y Cancer, que de repente cambian de registro y se acercan a las propuestas de Megadeth o Metallica, lo que le resta cierta coherencia al conjunto y cuyo resultado no es tan deslumbrante ni cabrón como el resto de composiciones. Aún así estamos ante un trabajo muy recomendable y ante una banda a seguir de cerca en el futuro. Puedes descargar el disco gratuitamente a través del netlabel Nación Libre: http://www.nacion-libre.net/netlabel/crucifuck-ubermensch
GOYA - Demo. Volvemos a cambiar de tercio musical y cruzamos el charco para dirigirnos a la soleada Arizona, base de operaciones del trío formado por Jeff Owens (guitarra, voz), Shane Taylor (batería) y Jirix-Mie Paz (bajo) que nos presentan su primera demo grabada en Septiembre de este mismo año. Habiéndose fogueado en bandas de metal y punk de la zona de Phoenix, los componentes de Goya se unen para dar rienda suelta a su amor por el stoner/doom de corte más abrasivo y fumeta. Con Electric Wizard como principal referente los estadounidenses nos lanzan a la cara cinco cortes que se van casi a los 40 minutos de duración y en los que combinan la abrasividad de la que hacían gala los británicos en su primera etapa con el deje rockero en el que se sienten tan cómodos actualmente. A pesar de partir de una base claramente plúmbea, de esas que golpean lento pero seguro, Goya le imprimen una dosis extra de energía y mala baba a los temas haciendo guiños al sludge, aunque sin llegar a retozar en la mugre. God Lie sorprende por su velocidad, puro rock'n roll vigoréxico de solos incendiarios copulando con el chocar de planetas ideal para desentumecer las cervicales ante lo que viene. Y lo que viene es el gordura mórbida de la muy stoner Blackfire, ante la que no sabrás si ponerte a bailar o a protegerte de los golpes. Mourning Sun es mi preferida de la demo, siete minutacos elevados en honor al dios riff capaz de saltarte todas las muelas sin despeinarse y que hace gala de la vertiente más doom del trío, recordándonos lo grandes que fueron Electric Wizard en su día. Opoponax es un corte instrumental que produce el mismo efecto balsámico que la planta a la que hace referencia, aunque ingerida a puñetazos. Night Creeps cierra el disco desperezándose tranquilamente, muy en la onda de Sleep, para continuar trotando como un diplodocus sobre tu maltrecha masa encefálica a ritmo de doom y dejándote con las ganas de oír más material de estos cabrones. Esperando que debuten en formato LP pero ya.
Puedes escuchar y descargar gratuitamente el disco a través del Bandcamp de la banda: marijuana.bandcamp.com
Descarga legalmente (gratuitamente si lo deseas) desde Aloud Music "III" de Toundra:
También puedes escuchar el álbum a través del Bandcamp de Aloud Music. PINCHA AQUÍ.
Está siendo un año de lo más prolífico en cuanto a ediciones de discazos, y aunque mi lista de deberes va engordando de manera preocupante con los nombres de pesos pesados de todos los géneros, voy a hacer un parón para hablar del último lanzamiento de los madrileños Toundra. Una banda que poco a poco está consiguiendo un merecido reconocimiento a nivel internacional como lo que es, una de las mejores formaciones de rock instrumental del planeta. Una banda que no teme ofrecer sus discos en libre descarga (a través del sello Aloud Music) porque tanto su música como sus cuidadas ediciones físicas cada vez son más apreciadas, y se venden (aprendan señores de los sellos). Una banda cuya capacidad de seducción es tal que pueden llenar sus conciertos tanto de rockers como de indies o metaleros, algo que viene demostrado por su participación este año en festivales tan alejados estilísticamente como el Resurrection Fest, el Costa de Fugo y el Primavera Sound. Parece que fue ayer cuando el cuarteto dejó a todo el mundo boquiabierto con su magnífico debut I (2008, Astoria Records), un álbum pletórico de bello y poderoso vulcanismo instrumental que pronto llamó la atención fuera de nuestras fronteras, siendo editado también en Francia, Alemania y Brasil. Tras su fichaje por Aloud Music editan II (2010, Aloud Music), un trabajo excepcional que supera todas las esperanzas puestas en ellos y que supone todo un hito en la política de descargas del sello (con miles de ellas), completando la jugada con unos directos excepcionales capaces de llenar salas a lo largo y ancho de la geografía estatal (incluido el sold-out de 2011 en Madrid ante 500 personas, coincidiendo con el enésimo "partido del siglo" entre el Real Madrid y Barcelona de fútbol). Con la intención de corroborar el dicho de a la tercera va la vencida llega III (2012, Aloud Music), su trabajo más ambicioso hasta la fecha (apoyado por una extensa gira por el Estado español, Francia, Suiza y Alemania) y una vuelta de tuerca asombrosa a una propuesta que parece no está dispuesta a caer en el conformismo.
He de reconocer que la primera escucha de III me dejó algo descolocado. La segunda me hizo sonreír. La tercera me hizo volar. Para la cuarta ya estaba convencido no sólo de que los cabrones lo habían vuelto a hacer, sino que estaba ante el mejor disco de su carrera. Puliendo y refinando cada aspecto de su propuesta, Toundra han convertido su rock instrumental en liturgia catártica, en un ceremonial donde lo importante no es sólo el éxtasis sino también cada parte de un rito que nos acerca a la iluminación. Como lluvia limpiando cada costra de suciedad de nuestras almas enfermas de mediocridad y desesperanza cae III, un torrente fluido de magia sonora, una amante capaz de incendiar la sangre de nuestras venas a la par que calmar todas nuestras preocupaciones acurrucándonos contra su tibia piel. Dos son los grandes aciertos del álbum y los principales causantes del salto hacia adelante respecto a su predecesor, el ya de por sí fantástico II. El primero hace referencia a la solución del único punto negro de aquel: la falta de cierta coherencia entre sus temas, que aunque magníficos se sucedían a veces con una brusquedad que entorpecía el necesario fluir de una propuesta como la suya. El segundo acierto es la sorprendente redefinición que los madrileños hacen del clímax, un acercamiento a la épica desde coordenadas bien distintas a lo hecho hasta ahora. Si antes eran todo pasión, corazón y empuje, ahora su música tiene otro catalizador a través del cual abrirse paso hasta nuestros oídos: el cerebro cuando se pone al servicio de las emociones, y de su mano el buen gusto y la clase. Porque si algo destila por los cuatro costados III es clase. Tanto en la introducción de arreglos de cuerda, violines e incluso trompetas, Toundra huyen de una pretenciosidad en la que podían haber caído fácilmente para parir un trabajo en la que esos elementos son simplemente herramientas para hacer del álbum toda una exhibición de preciosismo pasional. Ara Caeli nos desvela a los Toundra actuales desde el principio, un tema que de la mano de unos preciosos violines nos lleva en volandas a través de esa estructura in crescendo que tan bien dominan los madrileños para arribar en un minuto final de auténtico órdago, con las guitarras de Esteban Girón y Victor García-Tapia haciéndonos rozar el cielo con las manos. Sonidos de tormenta nos introducen en el corazón de Cielo Negro, un corte portentoso con la belleza intimidatoria y tensa de un huracán en plena noche que en su parte final te barre del mapa entre vientos de guitarras huracanadas y la rítmica sobrenatural de Álex Pérez a los parches. Un maravilloso minimalismo acústico abre las puertas de Requiem, probablemente la gran sorpresa del disco. Ni siquiera la aparición acojonante del violín en escena ni el palpable aumento de energía que va acumulando la composición a medida que avanza el metraje te prepara para el truco final, la explosión de un solazo de guitarra preñado de vulcanismo clasicista y que se salta todas tus defensas dejándote anonadado y con los pelos de punta. Con Marte llega la crudeza, el dinamismo electrizante, la mayor prueba de que el planeta rojo alberga vida y es mucho más inteligente que la terrícola, postrándonos de paso a los pies de un Alberto Tocados cuyo bajo es más poderoso y protagonista que nunca. Lilim nos traza paisajes de irreal belleza onírica, ventanas a un mundo donde la voluntad erige montañas en honor a estrellas ignotas brillando con la luz mortecina de la melancolía, creando uno de los cuadros más ensoñadores que Toundra hayan pintado jamás. Cerrando el irrepetible viaje nos encontramos con Espírita, ejemplo perfecto de ese maridaje entre cerebro y corazón, entre técnica compositiva y fuego creativo del que hablaba y que en el corte final deviene en uno de los actos de construcción épica más poderosos que uno pueda escuchar hoy día. Y así, agotados y fascinados por haber visto las maravillas del cosmos y sentido el sobrecogimiento de quien se enfrenta a su vastedad volvemos a la vida real, a ese conjunto de realidades subjetivas, esperanzas rotas y mediocridad con que alimentamos nuestra existencia. Pero también contentos por saber que Toundra caminan a nuestro lado para sacarnos del ensimismamiento y abrirnos los ojos al Universo.
Parecía imposible que Toundra se superaran tras haber conquistado la cima, pero de un salto se han encaramado a las mismísimas estrellas. III es un trabajo donde músculo, corazón y cerebro trabajan al unísono para regalarnos una de las travesías sonoras más fascinantes de los últimos años, un recordatorio de que ante todo el sentir es, debe ser, el leit motiv del arte.
Que en el underground musical lo que prima son la ilusión, las ganas y la pasión por encima del sucio dinero es algo de sobra conocido, y no sólo por englobar géneros de muy difícil acogida masiva por parte del público. No, hay una filosofía de trasfondo que nos habla de la búsqueda de un sendero propio e independiente que no responda a ninguna presión más allá de la que ejerce la imaginación y el talento por salir a flote. Aún así de vez en cuando aparecen proyectos que nos sorprenden por su osadía, caso del recopilatorio que traigo hoy a mi humilde morada. Falling Down IIV es el tercero de una serie de recopilatorios creados por una pareja de franceses a los que como mínimo debo tildar de locos. Atreverse en los tiempos que corren a editar en un lujoso formato físico (y de manera completamente independiente) temas inéditos de bandas de primer nivel dentro del metal underground y pretender que la cosa llegue a buen puerto es cuanto menos descabellado. Ya sólo en el aspecto meramente técnico y de confección del mismo la tarea ha tenido que ser titánica: contactar y convencer a las bandas para ceder dichos temas, la edición del recopilatorio (acojonante), el artwork (aún más acojonante) e intentar no arruinarte por el camino son sólo algunos de los aspectos que los creadores de Falling Down llevan sorteando desde que en 2008 apareciera el primer volumen con temas inéditos de Kylesa, Ufomammut, The Ocean, Year Of No Light, Jucifer y Ommega Massif entre otros (hasta un total de 40 bandas!). En 2010 apareció el segundo volumen, y además de conseguir que repitieran muchas de esas bandas, añadieron material sin publicar de otras como Kongh, Farflung, Mumakil o Across Tundras. No contentos con ello regresaron a mediados de este año con Falling Down IIV, de nuevo con una oferta irresistible en la que participan grupazos (20 bandas de 11 países diferentes) del calibre de Hopewell, Year Of No Light, Mars Red Sky, Julie Christmas, Terra Tenebrosa, Rorcal, Mouth Of The Architect o Ayahuasca Dark Trip. Y si eres de los afortunados que pudiste hacerte con la Endless Edition (ya agotada), podrías haber disfrutado de un CD y un DVD extras a los que se sumaban Pelican, Stoned Jesus, The Great Old Ones o Zatokrev más directos exclusivos de Ufomammut, Ocoai o Amen Ra. Casi nada!
Entrando en materia y centrando la mirada en lo estrictamente musical, lo primero que sorprende es el gusto y conocimiento exquisitos con que se ha estructurado el recopilatorio. Y no es sólo que los temas sean espectaculares (¿por qué los escondían de nuestros oídos?!!), sino que el orden en que están colocados hace que las casi dos horas y media que contienen los dos discos fluyan con una naturalidad asombrosa, sin altibajos ni cambios bruscos entre propuestas. Sólo os diré que he sido capaz de disfrutar ambas partes de una tacada varias veces, sin perder la atención ni saltarme ningún corte. Aquí todos aportan, y de qué manera. La compilación comienza pillándote a contrapié con la ultravitaminada y muy funky This Is This de los psicodélicos Hopewell, un temón para morir en la pista de baile bajo los efectos de un coktail de peyote y anfetaminas. Tras la sorpresa inicial nos adentramos en las entrañas del primer CD, que se apoya en las propuestas más progresivas y sugerentes, comenzando por la maravillosa colaboración entre Year Of No Light y Mars Red Sky. Green Rune With Totem es un corte ciclópeo lleno de pasajes etéreos salpicados por explosiones de vulcanismo ruidista y guitarreos plúmbeos que incluso hacen guiños a una épica soterrada pero palpable en el latir de cada nota. Los estadounidenses Ocoai demuestran que lo conseguido con el tremendo Breatherman (2008, Missing Words Records) no fue la suerte del principiante, y Mère De La Lumière Du Matin les reafirma como todo un valor de futuro merced a una propuesta que conjuga la pesadez del sludge con desarrollos y sonoridades propias de los mejores Pink Floyd. En Apollo Creed los hippies de The Flying Eyes nos convencen entre psicodelia, sonoridades orientales y trascendentalismo que no han compartido escenario con Jeff Beck y Hawkwind por su cara bonita, reivindicándose también como otra banda muy a tener en cuenta en el futuro (el año pasado ya avisaron muy seriamente con el estupendo Done So Wrong). El dúo italiano Vanessa Van Basten (nada que ver con el genial delantero holandés) nos deleitan en Got To Stay con su sonido marca de la casa, pura ensoñación que se mueve entre el post-rock y el minimalismo más bello. Los también italianos Dyskinesia dejan de lado su rostro más ruidista y agresivo (aquel que nos golpeó en el genial Dalla Nascita del año pasado) en Tra I Ghiacci pero sin perder esa mordiente que hace de ellos una de las bandas más inquietas, sorprendentes y oscuras del planeta. Para todos los que no los conozcáis, podéis descargar su último disco a través de la página del estupendo sello digital Frohike Records. Con Planning For Burial despertamos de la ensoñación entre sábanas de lija, y es que Friendship nos manda de una patada en el culo a postrarnos ante el proyecto de este neoyorquino capaz de subyugar en una misma propuesta los universos del post-metal, el drone, el noise, el shoegaze e incluso el black metal. Aidan Baker de Nadja nos rescata del colapso nervioso con una instrumental para recuperar el resuello y encarar el final del disco. Falta hace cuando acto seguido llega esa diosa llamada Julie Christmas con su noise rock desquiciado muy deudor de su anterior banda, los nunca suficientemente reverenciados Made Out Of Babies (además de haber formado parte de la superbanda Battle Of Mice y actualmente estar inmersa en la no menos "super" Spylacopa junto a gente de The Dillinger Escape Plan, Candiria e Isis). Cierran el primer disco los post-rockers británicos The Winchester Club (con Harry Armstrong de los geniales End Of Level Boss en sus filas), un corte bellísimo y que hará las delicias de los fans de Godspeed You! Black Emperor.
En el segundo CD viajamos al lado más oscuro, plúmbeo y desgarrador del underground, ese que nos obliga a apretar los puños y enseñar los dientes aunque sin desdeñar los viajes astrales a los rincones más insondables del cosmos. Y es que cuando la cosa arranca con ese esputo cargado de odio hardcore que es Syntax Error de los escoceses Black Sun, uno sólo puede agarrarse los machos y esforzarse por no perder los dientes. Yo los tenía por una banda de sludge/doom, pero aquí se cascan un himno furibundo que me levantó de la silla de un guantazo. Sin tiempo para recuperarnos llegan los suizos Rorcal para recordarnos por qué son considerados uno de los grupos más oscuros e intensos del planeta. Si Heliogabalus (2010, Cal Of Ror Records) te pareció una obra maestra similar a un enorme taladro roñoso en el centro de tu alma, Világvége V hará que te corras del gusto entre espasmos de dolor y muerte. Si no los conoces (y deberías), puedes acceder a su discografía gratuitamente a través de su página web. De dolor, muerte y decadencia también saben un rato los suecos Terra Tenebrosa, con ex-miembros de los legendarios Breach en sus filas y que colaron su debut The Tunnels (2011, Trust No One Recordings) en muchas de las listas de lo mejor del año, incluida la mía. Escuchando Apokatastasis uno se sorprende de que no estuviera incluida en el LP, porque es todo un puto temón que me recordó por su poderío al Stones From The Sky de Neurosis, aunque imbuido de un amor especial por Godflesh. Desde Bayona nos llegan los todopoderosos Monarch! para alzar bien alta la bandera del doom, y os aseguro que Daggvrs se gasta unos riffs capaces de romperle la mandíbula al mismísimo Hulk. Con la guitarra tremebunda de Shiran Kaidine (Year Of No Light), el golpeo inmisericorde de Rob Shaffer (Dark Castle, ex-YOB) y los gritos maníacos Emilie Bresson (completa la alineación MicHell Bidegain al bajo), el cuarteto es una máquina salida del Infierno para pulverizarte todos los huesos del cuerpo. Tras la paliza llega Syndrome, el proyecto personal de Mathieu Vandekerckhove de los grandiosos Amenra. Now And Forever (la versión inédita y ceñida a un metraje "manejable", la original dura media hora) es capaz de ponerte los pelos de punta con su oscurísima mezcla de minimalismo, post-rock y drone, contando además con la participación de Colin H. van Eeckhout (voces) de Amenra y Josh Graham (piano y Moog) de Neurosis. Un pasote. La psicodelia cósmica de tintes orientales llega de la mano de los geniales Ayahuasca Dark Trip, que haciendo honor a su nombre nos regalan en Manantial todo un viaje hacia el lado oscuro del trascendentalismo hindú. Una vez vuelto del mismo uno entiende el considerable revuelo que han montado con tan sólo un LP y un EP entre la parroquia más fumeta. Siguiendo la senda de la tectónica entran en tromba los ucranianos Ethereal Riffian. Mars Of Spiritu (Rise Of Sheol) corrobora las grandes sensaciones de su EP debut Shaman´s Visions (2011, Autoeditado), una de las gratas sorpresas del año pasado merced a su brillante continuación del legado de los seminales Sleep. El corte es una marcha marcial de densidades cósmicas y efluvios cannábicos capaz de dejarte en un trance insalvable, pero que a la que te descuidas te suelta unos sopapos de órdago. Una banda muy a tener en cuenta, y en cuyo universo os animo a entrar a través de su Bandcamp. La psicodelia y el space-rock asoman la cabeza con los galeses Sendelica. Nunca he sido muy fan de su propuesta (me falta algo en sus discos, tal vez un poco más de energía), pero estoy seguro que los fans acérrimos del género sabrán valorar mejor que yo un corte como Ingrid Cold (el remix editado). Los rusos Vespero ya son otro cantar, pues no sólo se trata de la mejor banda de su país, sino uno de los grupos de space-rock más grandes de todo el puto planeta. Desquicie cósmico, energía desbordante y un dinamismo imparable que en Flight Of The Lieutenant nos retrotraen a hace dos añitos cuando nos dejaron el culo roto con el magistral By The Waters Of Tomorrow (2010, RAIG). Y para cerrar el disco qué mejor que hacerlo a lo grande con Mouth Of The Architect, que tras el viaje espacial nos lanzan contra el suelo con el post-metal de How This Will End. Colofón perfecto para una de las maratones sonoras más maravillosas a las que puedas acceder hoy día.
Falling Down IIV es un recopilatorio alucinante, una joya facturada con un gusto exquisito y que abraza con sus tentáculos buena parte de la grandeza musical de nuestros tiempos. La mayor bofetada y contestación a aquellos que dicen que ya no se hace música como antes. Ignorantes.
Por enésima vez me han cerrado la cuenta de Mediafire y encima he recibido el mail de un señor de una insigne discográfica norteamericana alabando mi labor pero "recomendándome" cesar en mis actividades "delictivas" porque sería "una pena que un blog tan importante en el ámbito latinoamericano (??) tuviera que cesar por una denuncia". Y aunque me duela en el corazón (y el orgullo) he decidido dejar de colgar los enlaces de descarga de los discos para los que no haya recibido autorización previa de la propia banda. Es una jodienda pero la única manera de preservar un espacio que ante todo es de recomendaciones. De todos modos si no encontráis algún disco de los que reseño no dudéis en escribirme a la dirección del blog y solucionaremos el problema como caballeros y señoritas clandestin@s. Siento las molestias!
PD: Cuando digo "si no encontráis algún disco" presupongo que ha habido una búsqueda. No me mandéis la petición a la dirección de correo a las primeras de cambio porque se me puede colapsar la bandeja de entrada! Gracias por vuestra comprensión.
Puedes escuchar y descargar gratuitamente el EP a través del Bandcamp de Mudbath. PINCHA AQUÍ.
De nuevo desde Francia nos llega una prometedora banda militando desde las filas del sludge/doom, en lo que parece ser toda una efervescencia del género a nivel nacional. Mudbath es un quinteto procedente de Avignon e integrado por Félix (voz, percusión), Micka (guitarra), Flo (guitarra), Marco (bajo) y Luke (batería). En su corto periplo ya han compartido tablas junto a otros ilustres compatriotas como Verdun o Birds In Row. Red Desert Orgy es su primer trabajo, un EP autoproducido y que de momento sólo ha sido lanzado en formato digital.
Escuchando los tres temas que componen el EP uno debe reconocer lo acojonantemente bien que los franceses están asimilando las enseñanzas de Electric Wizard y Eyehategod, aunque siempre basculando hacia los primeros. En el caso de Mudbath las deudas se reparten más equitativamente, pues la abrasividad y contundencia que despliegan les acercan mucho a los de Lousiana, aunque sin alcanzar ese punto álgido de crudeza malsana que tan grande ha hecho a las huestes de Jimmy Bower. Félix canta como empachado de lija y furia esquizoide, las guitarras de Micka y Flo son lo más parecido a una pareja de trolls aporreando la puerta de tu casa, mientras que la sección rítmica es mórbida como la obesidad de Ronaldo. Vamos, todo un placer para nuestros oídos cascados. El nicho de crudeza que los de Avignon dejan libre lo ocupan con el inconfundible aire rockero de Electric Wizard, y que sin llegar a transitar por el blues que ahora abrazan los británicos sí que hará las delicias de los amantes del lado stoner de la fuerza. Elevando plegarias al riff como arma de destrucción masiva, Mudbath utilizan tan insigne recurso más como un martillo pilón que blandir contra nuestras cabezas que como mantra de iniciación al viaje astral, lo que unido a la pútrida voz de Félix hacen de temas como Loserwood himnos perfectos para una sesión de sodomía. En Mudjahideen la tortura se conjuga con unos solos maravillosos, revelándonos que podemos disfrutar de una colonoscopia salvaje si tenemos un buen porro entre las manos. Cierra el festival Smells Like Teen Cunt (título soberbio donde los haya), de nuevo con un riff invocado para pulverizar órganos internos y que exhibe a partes iguales el amor que el quinteto tiene tanto por la vertiente cafre como por la rockera que operan en el sludge/doom.
Resumiendo estamos ante una fantástica carta de presentación para una banda a seguir muy de cerca en el futuro. Tan sólo tres temas necesitan Mudbath para demostrarnos que tienen dominado al dedillo los entresijos del género, dejándonos con su Red Desert Orgy llenos de ganas por escuchar su siguiente acto de abrasividad tectónica.
Puedes escuchar el disco a través de MusicMP3. PINCHA AQUÍ.
Desistiendo de intentar explicarme la excelencia de la inagotable cantera sueca voy a centrarme en presentaros la nueva aportación que el país nórdico nos brinda a los amantes del rock con mayúsculas, en la forma del segundo largo de Skanska Mord. El quinteto de Örkelljunga nace en 2006 de las cenizas de dos grandes bandas como eran Half Man y Mothercake, debutando en 2010 con The Last Supper dentro de las filas del insigne sello estadounidense Small Stone Recordings, hogar de formaciones como Wo Fat, Sasquatch, Sons Of Otis, Five Horse Johnson o Greenleaf. Siendo aquel un trabajo notable es cierto que también se le podían achacar guiños al rock más mainstream que eran innecesarios en una propuesta anclada en líneas generales en la tradición más setentera. Dos años después regresan con Paths To Charon (2012, Small Stone Recordings) dispuestos a cerrar bocas y no dejar espacio a crítica alguna.
Y vaya si lo han hecho... Aupándose en las mejores virtudes que exhibía The Last Supper (la recuperación del sonido 60's y 70's) y dotando al conjunto de un empaque y gordura propios de los tiempos que corren Skanska Mord han facturado un disco simplemente espectacular, capaz de conjugar gancho, contundencia e imaginería progresiva de cinco estrellas. Obviando los archiconocidos referentes clásicos (por aquí pasan ecos de Black Sabbath, Pink Floyd, Cream, Deep Purple o Mountain) y acercándonos a nuestros tiempos, podríamos decir que Paths To Charon contiene la pegada de Spiritual Beggars, la irresistible magia rockera de Siena Root y una oscuridad seductora reminiscente de Soundgarden, especialmente en la maravillosa voz de Petter Englund. Con un comienzo como el perpetrado por Dark Caves Of Our Mind ya te queda claro que estos tíos van a ganar desde el principio, y desde el primer derechazo que supone esa erupción guitarrera a la entrada estelar de la voz de Englund todo discurre por la senda de la victoria aplastante. Si el segundo asalto con Addicts viene de la mano de un dueto vocal repleto de soul entre el guitarrista y la diosa Ann-Sophie Hoyles (cantante de Spiders, banda compuesta por ex-miembros de Witchcraft y Graveyard que también van camino de petarlo a lo grande este año) la cosa ya es para ponerse muy serios. Y la orgía no termina aquí, porque A Black Day nos recuerda a los Soundgarden pletóricos que nos rompieron el culo con Superunknown de la mano de un blues oscurísimo donde hay que resaltar la exquisita aportación que a los teclados hace el productor Martin Ekelund. La gama cromática que manejan los suecos continúa en Lord Of Space And Time, con un comienzo cabalgando a lomos de un riff ganador (que no pare el legado de Mountain nunca...) abrazado a un estribillo que hubieran firmado los mismísimos TheBlack Crowes y que deviene en su segunda parte en un denso viaje de peyote en la línea de unos Pink Floyd convertidos al lado oscuro de la fuerza. ¡No se puede medir más, y a mitad de disco! La magia no para en la muy hard rockera y sureña The Flood, sonando de nuevo como unos The Black Crowes con esteroides y donde todo el poderío recae en la poderosa voz de Englund. Llegados a este punto y reconociendo las fuentes de nutrición creativa del quinteto, es momento de ensalzar la labor del elemento básico de la propuesta de la mayoría de ellas: las guitarras. Y aquí hay que quitarse el sombrero ante el trabajo de Patrik Berglin y Petter Englund, capaces de conseguir la matrícula tanto en las materias de vulcanismo made inHendrix, síntesis ganadora made inBlack Sabbath y libertad hipnótica made inPink Floyd. Si no te lo crees en menos de 4 minutos te dejarán boquiabiertos con Laggasen, para que te lo pienses dos veces antes de volver a desconfiar de ellos. A partir de ahí surgen las pasiones más sabbathicas, destacando la tremebunda The Ambassadeur con unos coros para caerte de espaldas y una cadencia que coquetea sin miramientos con el heavy doom de más rancio abolengo. El corte final Rising finaliza el disco a lo grande continuando con esta dinámica, otro tema que haría sonreír complacido a Tony Iommi y en el que volvemos a alucinar con la magia que desprenden la pareja de hachas suecos. Una bajada de telón perfecta para uno de los discos de rock más redondos que vayas a escuchar este año.
Paths To Charon nos muestra a unos Skanska Mord que han dado un salto de gigante en sus cualidades compositivas, y toda una exhibición de como mezclar las raíces clásicas con el gancho y el empaque propios de nuestra época. Candidato serio a mejor disco de rock añejo del año junto a los británicos Admiral Sir Cloudesley Shovell.