Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 16 de diciembre de 2010

BOREAN DUSK - S/T (2010)



Continuamos con las sorpresas, y esta si que puedo decir que ha sido la mayor de todas en un año rebosante de álbumes inesperados. Borean Dusk es un cuarteto estadounidense, más concretamente de Missouri, formados en 2008 y con el eclecticismo por bandera. Salidos aparentemente de la nada, y sin referencias anteriores ni de la banda ni de sus miembros, el álbum del mismo nombre que traigo hoy es su primer trabajo. Las críticas entusiastas no han tardado en llegar por parte de la crítica especializada, algo nada raro dada la calidad del disco y lo novedoso de su propuesta, una muy especial mezcla de folklore celta y oriental, thrash metal y metal progresivo. Desechando la inclusión de un vocalista en su formación, el peso de sus composiciones reposa sobre un exhuberante trabajo de guitarras. Para ello la banda se vale, aparte de las tradicionales eléctricas, de guitarras clásicas y acústicas (de 6 y 12 cuerdas), así como de otros instrumentos de cuerda más exóticos, caso del Bouzouki irlandés o la Mandolina. Borean Dusk está compuesta por Tom Taylor (guitarra eléctrica y clásica), John Hardin (guitarra eléctrica, acústica y acústica de 12 cuerdas), Jeff Burnett (bajo eléctrico, Bouzouki irlandés y mandolina) y Gunnar Swensen (batería, percusión). La banda se encuentra actualmente sin sello, algo que dadas las circunstancias no creo que dure mucho.


Difícil se me hace explicar el sonido del álbum mediante una descripción basada en la síntesis, ya que todavía no me explico cómo estos cabrones lo han logrado para aunar tan diversos estilos en un todo tan acojonante. Y es que hablamos de una banda 100% instrumental que sin despeinarse transita por parajes de folk europeo y oriental puros y duros, pero a la que te despistas se abalanzan sobre ti con una descarga thrash digna del Dave Mustaine más inspirado, y todo ello deslizándose sobre extensos desarrollos de innata vocación progresiva. Lo que en la mayoría de casos desembocaría en una aberración herética, en el que nos ocupa deviene en uno de los trabajos más originales y disfrutables del que servidor haya sido testigo en muchísimo tiempo. Con influencias tan dispares como las de Jethro Tull, Megadeth o Mastodon (también en cuestiones de artwork), y añadiéndole un plus de folk de la vieja Europa y Oriente Medio, Borean Dusk se han cascado un discazo que tanto es capaz de seducirte con preciosas melodías ancestrales como inducirte al headbanging más frenetico merced a unas transiciones que sorprendentemente se despliegan con la mayor de las naturalidades. Durante los cuatro monumentales cortes de los que consta el álbum (que alcanza los 55 minutos de duración), el cuarteto lleva a cabo una apabullante labor compositiva, que apoyada en una pericia técnica insólita para un grupo debutante se despliega en un verdadero trabajo de orfebrería sonora, sin que en ningún momento caiga en la autoindulgencia ni la masturbación. Porque a pesar de todo el aluvión de matices y sonoridades, Borean Dusk es un disco de heavy metal, con unos riffs capaces de descoyuntarte las cervicales. Y no sólo eso, sino que cuando quieren tiran de cambios de ritmo y jugueteos con el progresivo para pillarte con el pie absolutamente cambiado. El duo formado por Taylor y Hardin es de otro planeta, haciendo gala de una cultura musical y variedad de registros al alcance de muy poquitos músicos hoy día, correteando sus mástiles sin reparo por el metal, el folk e incluso el jazz. Lo que estos señores hacen en la espectacular Scarab Wings And Scorpions Eyes no tiene nombre. 20 minutazos de clínic que debería ser de escucha obligatoria en cualquier escuela de música o conservatorio. A la fiesta se suma ese alienígena metido a bajista que respone al nombre de Jeff Burnett, otra auténtica bestia parda. Da gusto escuchar un álbum de metal donde no sólo se oiga nítidamente el bajo, sino que encima nos regale un trabajo de tanta exhuberancia y libertad creativas. Labor que se complementa con unos pasajes al comienzo y final de cada tema donde el mismo Burnett se ocupa del Bouzoukis y la mandolina con un gusto exquisito, que haría las delicias del mayor fanático del folk. Prepárate para la épica desbordante de Lord Of The Tundra, y tus melenas para desplegarlas con las cabalgadas de Wolf-Totem y Blood Of The Hoar-Frost, porque te aseguro que al acabar el disco la cara de asombro y gozo extasiado no se te borrará en unos cuantos días. Yo aún la conservo.


Acojonante que en los tiempos que corren un disco pueda pillarte completamente a contrapié y que sea capaz de fusionar gancho y complejidad con tanto acierto. Con álbumes cómo éste me recuerdo a mí mismo por qué disfruto tanto de la música.

Nota: 9,5/10 


2 comentarios:

J.M.B. dijo...

Joder! Si me comprase un disco por la portada sería este! He entrado en su página para echar un vistazo, me ha recibido Wolf Totem y la sorpresa ha sido de campeonato. En cuanto vuelva a casa, lo escucho.

Gracias por el descubrimiento.

Saludos.

Anónimo dijo...

Menudo descubrimiento,he encontrado un filón de buenos discos aquí. Éste ha sido una de las sorpresas más gratas, excelente y sorprendente. Muy agradecida, lo estoy disfrutando muchísimo.