Ecos de una ciudad sumergida.

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miércoles, 22 de febrero de 2012

HORN OF THE RHINO - Grengus (2012)



Decir que tenía ganas de que se editara este disco es quedarse corto, porque estamos ante una de mis bandas fetiche, algo que los que seguís el blog ya sospecharíais por la entrada que les dediqué a raíz de la salida de Weight Of Coronation (2010) y que aproveché para repasar toda su brillante discografía. Muchas son las razones de mi amor por estos tíos, desde su innegable calidad musical a una inquietud que les ha llevado a no grabar dos discos iguales, pasando por unas ediciones espectaculares y un directo capaz de volarte la cabeza. Tras colarse en las listas de lo mejor de 2010 con su flamante debut para el sello checo Doomentia Records, el trío liderado por el guitarra y vocalista Javier Gálvez (y que completa Sergio Robles al bajo y el batería Julen Gil) había vuelto a pillar al respetable a contrapié con un disco en las antípodas de lo que de ellos se esperaba, pariendo una obra densa, oscura y que transitaba por los parajes del doom, engrandecido todo ello por la espectacular voz de un Galvez que se decantaba para la ocasión por sus registros más limpios. No es de extrañar pues que la expectación por su cuarto trabajo de estudio estuviera en todo lo alto de cara a este Grengus, que de nuevo ha visto la luz con Doomentia Records.


Quien espere una continuación de Weight Of Coronation se va a llevar toda una sorpresa, aunque no debiera si sabe como se las gastan Horn Of The Rhino. Fieles a su filosofía de vida, los bilbainos se han cascado un trabajo que nada, o muy poco, tiene que ver con su antecesor y que en muchos aspectos es lo más bestia que han grabado nunca. Pero si enfocamos un poco el microscopio y vamos a la raíz de Grengus, podemos apreciar que en su corazón laten todas las etapas de la banda, sólo que trabajando juntas para dar como resultado una criatura que es más que la simple adición de sus partes constituyentes. Aunque en una primera escucha pareciese que han retornado a la senda del agresivo Dead Throne Monarch (2009), sería tan sólo por el aumento de mala hostia y velocidad, ya que la densidad y oscuridad de Weight Of Coronation sigue igual de presente que antes. Como resultado tenemos el que en mi opinión es su mejor trabajo hasta la fecha, haciendo gala de una pegada, gordura y versatilidad que elevan Grengus a cotas de verdadero éxtasis malsano. Ajenos a todas las etiquetas modernas y los grupos que las representan, Horn Of The Rhino rinden tributo a las grandes cabalgadas del thrash añejo, a los medios tiempos devastadores de Bolt Thrower, al exquisito gusto en las melodías vocales de Soundgarden y Alice In Chains, y a un músculo metálico en sus riffs que podría haber sido incubado en la Suecia de principios de los 90. Olvídate de High On Fire, Electric Wizard o cualquier otra comparación facilona que se pueda hacer: Grengus es metal, en su más maravillosa y amplia acepción y libre de cualquier atadura impuesta por tal o cual subgénero. Ese comienzo con Under The Hoof y su riff rompenucas ya te avisan que ésta no va a ser una escucha de placidez contemplativa, sino pura sodomía y cazalla (especialmente la de un Galvez que parece Matt Pike poseido por un troll bebedor de bourbon) deudora de lo mejor que el death y thrash de la época dorada nos ofrecieron, y todo ello regado por un grosor de sonido tan tremendo que lo notarás como una estampida de saurios de leyenda. Propuesta demoledora que alcanza su clímax en las espectaculares Pile Of Severed Heads y Waste For Ghouls, ejercicios de salvajismo y demolición inapelables, inmisericordes y ante los cuales sólo podrás postrarte y pedir inutilmente clemencia a cuantos dioses oscuros conozcas. Esfuerzo estéril, porque si algo deja claro Grengus es que todos ellos han dado sus bendiciones a Horn Of The Rhino. Sin embargo, y como ya comentaba, la versatilidad es otra de las virtudes que atesoran los bilbainos en este álbum, complementando la contundencia de los cortes citados con otros que despliegan "encantos" y armas de otra índole. Gran ejemplo de ello es Grengus, probablemente el tema con más gancho del disco y en el que surge el Gálvez que  nos maravilló a todos con su voz en Weight Of Coronation. Un medio tiempo de esos de los que tanto gusta el trio cimentado en un riff primario y devastador, que unido a unas preciosas melodías vocales deudoras tanto de Layne Staley como Chris Cornell elevan el tema a la categoría de puñetero hit (si se puede hablar de ello en una propuesta como ésta). Grengus es un trabajo mucho más directo también que su predecesor, de la mano de una propuesta que no necesita metrajes superiores a los 5 minutos para desplegar sus encantos, o mejor dicho para soltar sus guantazos. Tan sólo hay una excepción, y son los 11 minutos de Brought Back, la canción más cercana a lo expuesto en su anterior álbum. Una puta delicia en la que Gálvez vuelve a dejarnos anonadados con su poderío vocal, bien apoyado por Xanpe (que también es el co-productor del disco) y que junto a un marchar cercano al doom convierten el corte en otra de las joyas del disco. El sonido de Grengus es espectacular, por obra y gracia de Xanpe y la propia banda en los Koba Studios de Bilbao, haciendo que todo suene compacto y gordo como exige un artefacto de estas características. Del mismo modo, la edición física del álbum vuelve a ser una verdadera pasada, con un diseño impresionante y que unido a los 10 euros que cuesta (!!!) hacen de Grengus una compra obligada. 45 minutos de éxtasis metálico que confirman a Horn Of The Rhino como banda de primer nivel en el panorama internacional, ajena a escenas, modas o etiquetas. 


Grengus es el mejor disco de Horn Of The Rhino hasta la fecha, y por extensión candidato firme a mejor álbum metálico de 2012. Todas las virtudes de la banda empacadas en un mismo ejercicio de contundencia, mala hostia y soberbia capacidad compositiva. Si el mundo se acaba este año, yo elijo morir aplastado a los pies de este rinoceronte.

NOTA: 10/10


lunes, 20 de febrero de 2012

PALLBEARER - Sorrow And Extinction (2012)



Aunque 2012 se está mostrando perezoso respecto a la edición de grandes discos, tengo la tranquilidad de saber que guarda en  la recámara una nada despreciable lista de próximas salidas de primer nivel (los nuevos trabajos de Napalm Death, Christian Mistress o Converge por poner algunos ejemplos). Pero no todo va a ser expectación y, aunque a cuentagotas, ya podemos disfrutar de algunas joyas muy esperadas por un servidor. Es el caso del debut de Pallbearer para el infalible sello Profound Lore, uno de los acontecimientos más esperados por los fans del doom a pesar de que el cuarteto de Arkansas tan sólo contaba con una demo previa (autotitulada, 2010). Sin embargo era tanta la calidad contenida en aquellos tres cortes (incluyendo la descomunal versión del Gloomy Sunday de Rezso Seress que popularizó Billy Holliday), que empujaron a Pallbearer a situarse como la nueva revelación dentro del género. La banda tiene dicha demo en libre descarga, así que si queréis la podéis descargar pinchando AQUI. Partiendo de unas coordenadas que los emparentaban con los todopoderosos Warning, los estadounidenses desplegaban un doom empapado de melancolía, con un gusto exquisito para las melodías y un nada despreciable afán aventurero que les hacía coquetear incluso con la psicodelia. La guinda al pastel era la voz del guitarra Brett Campbell, similar en registro a la de un primerizo Ozzy pero con un poderío y pasión en sus interpretaciones muy superior a la del inglés. En Sorrow And Extinction repiten, además de Campbell, el guitarra Devin Holt y el bajista Joseph D.Rowland, mientras que en la batería se estrena Chuck Schaaf, miembro de los fantásticos Deadbird y ex de los no menos grandes Rwake (aunque el disco lo ha grabado el ya ex-batería Zach Stine). 


Sorrow And Extinction es un ejemplo de como se puede facturar un trabajo pleno de personalidad propia sin necesidad de moverse de terrenos bien conocidos, aunque también deja claro que para ello hace falta tener controladas dos materias primas muy escasas y cotizadas: un talento compositivo excepcional y pasión a raudales. De ambas andan sobrados Pallbearer, además de una envidiable habilidad para incorporar a su propuesta las armas que empuñan los diferentes subgéneros que dan cuerpo al doom. Partiendo, cómo no, de los omnipresentes riffs sabbathicos, los de Arkansas erigen toda una ciclópea construcción de dimensiones cósmicas, que se estira ansiosa por abrazar el cielo a la par que escarba en las entrañas de la tierra. O lo que es lo mismo, consigue conjugar la mayor de las evocaciones ultraterrenas con un tono general cargado de esa melancolía introspectiva que tan grande ha hecho a los británicos Warning. Pallbearer demuestran que ningún ejercicio estilístico se les resiste, siendo capaces de someter y hacer trabajar para su causa una miriada de sonoridades y desarrollos que van desde el progresivo a la psicodelia pasando por contundencia más incontestable. Todo ello se expresa a través del inmenso trabajo que hacen a las seis cuerdas tanto Brett Campbell como Devin Holt, un equipo de una compenetración inquebrantable y capaz de volarte la cabeza con solos de infarto, sumergirte en un remanso de paz acústica, abrazar las más bellas melodías o ponerse el mono de trabajo y cabalgar a lomos de riffs poderosos como monstruos abisales. Ese caleidoscopio empapa los 5 cortes que componen Sorrow And Extinction, dando como resultado uno de los discos de doom más versátiles que yo recuerde e impidiendo en todo momento que el oyente se abandone a una escucha lángida con el piloto automático puesto. Desde el comienzo con la bella y exploratoria Foreigner te das cuenta que te enfrentas a un álbum especial, diferente, no tanto por los hechos tangibles como por esa inequívoca sensación que transmiten los grandes trabajos. Un corte que se despliega sin prisas, seductor, y que poco a poco va aumentando su épica de la mano de un vocalista que desde ya entra a jugar en las grandes ligas. Épico, poderoso, pasional e hipnótico, Brett Campbell es capaz de inflamar el corazón y poner los pelos de punta sin caer en la afectación, el dramatismo ridículo o la grandilocuencia teatral, vicios que suelen mostrar muchos de los vocalistas dotados. Él es la guinda que convierte Sorrow And Extinction y por extensión la propuesta de Pallbearer en una fuerza de primer nivel, inimitable y con denominación de origen propia. Fieles a esa diversidad que comentaba, no son los derroteros de cósmica densidad los únicos que recorren estos tíos, y para eso está Devoid Of Redemption (recuperada de la demo y regrabada para la ocasión, al igual que The Legend), un misilazo demoledor que te hará mover las cervicales bien agusto y que es lo más cercano a un hit que puede parir un género como el doom. Al mismo tiempo, y como diferentes caras de una moneda, nos sumergen en un corte del calado de Given To The Grave, encargada de cerrar el álbum y toda una orgía de sonoridades en las que los sintetizadores, los riffs tectónicos y las más bellas melodías se dan de la mano en un tema que conjuga con genialidad minimalismo y progresiones. Por el camino, la evocadora a la par que poderosa The Legend y el vulcanismo guitarrero de la épica An Offering Of Grief, otro de los puntos álgidos del álbum demostrando que las habilidades técnicas de estos músicos son tan soberbias como su capacidad compositiva. 


50 minutos que conjugan todo lo que hace grande al doom, y por extensión al metal. Poderío, oscuridad, emoción y una invitación a perderse en la infinita vastedad de ese cosmos que anida en nuestra imaginación. Tan sólo hay que saber volar... Sorrow And Extinction es un trabajo perfecto, una joya con mil brillos que tan sólo el tiempo dirá si se convierte en un clásico del género. 

NOTA: 10/10








viernes, 17 de febrero de 2012

NADANDO EN EL SONIDO DELIRANTE: Entrevista a Christian Van Lacke y Walo Carrillo (TLÖN)

Nota: Parece que 2012 es un año de estrenos en ECOS DE R'LYEH! Porque hoy empiezo con una nueva sección, la de entrevistas, en la que intentaré acercaros las impresiones de algunas de las bandas que aparecen en el blog, tanto nacionales como internacionales. No será tarea fácil (siendo éste el tipo de blog que es...), pero puedo aseguraros que tengo algunas entrevistas ya en la recámara y creo que os gustarán mucho. Y para empezar nada mejor que con una de mis bandas fetiche, TLÖN, que presentan su flamante nuevo disco con Nasoni Records y han tenido la amabilidad de contestar a mis primigenias preguntas. Espero que disfrutéis con esta sección tanto como yo preparándola!

PARA ACCEDER A LA RESEÑA DEL ALBUM III DE TLÖN, PINCHA AQUI


Hola! Ante todo quiero felicitaros por la edición de III, un álbum maravilloso, que aún con retraso por fin ha visto la luz.  


Empezando por lo más inmediato. ¿Qué sensaciones tenéis acerca de III, enmarcándolas dentro de la trayectoria vital de Tlön?


Christian Van Lacke: Es nuestro tercer hijo y como tal lo queremos y cuidamos. Al ser el más reciente y fresco, tiende a emocionarme cada vez que descubro en el alguna sensación nueva. Es como una criatura, más allá de que lo conozcas y haya brotado de tu ser, te sorprende y conmueve al verlo dar sus primeros pasos o cuando torpemente se tropieza.

Walo Carrillo: Gracias por lo de maravilloso, adjetivo que nos da cuerda y el convencimiento que la recepción en el viejo mundo es positiva. Hemos tratado de nutrir armónicamente los temas acústicos, sin perder la esencia RITMICA-PESADA en el eléctrico. Te comento que  Tlön III se programó para que saliesen dos discos .


En mi opinión éste es vuestro trabajo más refinado, con una mayor capa de sonoridades y más versátil. ¿Estáis de acuerdo?


 ChVL: El vol III es un trabajo más elaborado y tiene ese contrapeso constante entre la potencia de los temas eléctricos así como los remansos acústicos. Es también más conceptual que los dos discos anteriores, aunque me gustan los tres por igual. Éste ha costado mas trabajo y logística realizarlo, a nivel sonido me quedo con el vol II, pero a nivel de historia, de matices y arreglos, creo que éste es superior, aunque para mi compararlos es difícil ya que siento que los tres son diferentes. No  te sabría decir cuál es mejor o peor.

W: Esa respuesta me gustaría responderla más adelante, aún está todo muy fresco para sacar conclusiones apresuradas, tendremos que dejarlo macerar un poco más.


Habéis incorporado hasta diez colaboraciones en materia de voces, contrabajo, flauta, theremin… El resultado es fantástico, enriqueciendo los temas y difuminando sus fronteras, aunque siempre con el sello personal de la banda. ¿Fue algo premeditado o salió de manera natural?



W: Ambas cosas, en un 85% natural y en un 15% premeditado. Creo que el color y las propiedades del café que se toma Christian (15 tazas  por dia) contribuyó también un poco…

ChVL: Natural, no veo otra forma de hacer las cosas… Cuando componía los temas me decía por dentro, “a este le quedaría bien la flauta de Tavo o el violín de Pauchi o la voz de Daniel “. Todos los invitados son amigos y aceptaron la invitación de manera muy afectuosa y profesional.

El disco (me refiero al CD ) tiene una duración de 73 minutos, es un disco bastante largo… Creo que también se debe un poco a eso, un disco de esa duración sólo con guitarras, baterías y bajo al palo me resultaría un tanto tedioso. Entonces todo el disco tiene un barniz, una paleta nueva de colores… Hago la aclaración del CD ya que el vinilo editado por nuestra disquera alemana Nasoni Records, al ser un LP de 43 minutos contiene 11 de los 16 temas compuestos para el vol III , y debimos resumirlo un poco.



Combináis con mucho acierto temas concretos y pegadizos como Hija de Nubes con otros más expansivos y evocadores como Gran Mammut, lo que creo hace de III un álbum muy completo. ¿Intentáis mantener un equilibrio entre las dos facetas o es algo inherente a vuestro proceso compositivo?


W: Está contemplado en nuestro proceso.

ChVL: Las canciones salen de muchas formas, el proceso creativo depende de muchas cosas: estado de ánimo, inspiración, etc…Muchas veces compongo temas que no son precisamente para Tlön, que por alguna razón me sugieren que fueron hechos para otra causa, o que a nivel de textura me resultan primas lejanas de la música que hacemos con Tlön , y no las incluimos en nuestros discos. Por ahí las ejecuto en otros proyectos paralelos, como el Van Lacke - Vidal - Carrillo por darte un ejemplo o directamente las guardo. Para este disco creo que las 16 canciones (once si nos referimos al Long Play) van de la mano y se juntan de manera armónica, mas allá de que cada una sea diferente a la otra en su forma de expresión.


Siempre me ha fascinado de vuestra propuesta la manera en que fusionáis la psicodelia con otras sonoridades, como por ejemplo las cinematográficas, que me hacen pensar en los italianos Goblin y sus trabajos con el director Dario Argento. Lo digo refiriéndome a cortes como Rey Lagarto. ¿Es una influencia en vuestra música o un acercamiento meramente casual?



ChVL: Creo que es meramente casual, aunque me encantan las películas de terror de los años 30,40,50, no considero que sea una influencia que use adrede. De hecho nunca sé de dónde vienen las canciones, seguramente vengan de información de escuchas acá en la tierra, de la música que fue, la banda de sonido de mi vida, la que más me emocionó, la que  estuvo en los momentos más duros y están relacionadas con viejos monstruos que habitan en mí, la que estuvo en los momentos más hermosos... Toda canción te remite a un tiempo, sin tiempo, un tiempo indefinido, que existe solamente en tu memoria…Esa música que te marcó y que es una influencia casual a la hora de componer algo tuyo proviene de otras mentes, otras almas que a su vez exteriorizaron por intermedio de sus propias melodías, otras melodías que vienen de otros seres, que a su vez han venido replicando esta ecuación desde tiempos inmemoriales… No estoy seguro si yo he inventado algo que antes no existía en materia de música, seguramente nunca estaré seguro de esto, hay cosas que por mas que piense de dónde pudieron salir no les encuentro destino, ni influencia definida, sospecho que vienen del espacio exterior, del mas allá, no lo sé.


Respecto a la lírica de las canciones, siempre han sido una extensión de la propuesta musical, apoyando esa sensación de escapismo de la realidad, de paisajes oníricos que se desarrollan más en el plano subconsciente que en el de la razón. ¿Hay algún tema principal subyacente o es un viaje sensorial sin ningún hilo conductor?


W: En realidad es un viaje sensorial, conectado con el tenor literario.

ChVL: Siempre hay un hilo conductor. En el vol I y II está ese anhelo de escapismo, esos discos se despachan con una fobia importante hacia el  ser humano promedio, carente de valores o que cree que los tiene y luego si se encuentra en una situación de tentación (llámese corrupción, desear el mal ajeno o desearle directamente la muerte a alguien especifico y en el peor de los a casos, causarla) se olvidan instantáneamente de estos “supuestos” valores de los que se jactan. Ese escapismo, que bien has percibido, está dividido en tres partes: el descontento con la vida en la ciudad, el llamado desesperado a las naves del espacio o a otro tipo de criaturas que serían el medio de transporte para salir de esta realidad, y la utopía de habitar ese mundo fantástico, surreal y maravilloso llamado Tlön.

En el vol III  la idea de concepto es mas grande, aún perdura el disgusto por las ciudades y su gente, pero encuentra en la misma tierra descansos y conexión física y espiritual con elementos del planeta Tierra en relación al espacio exterior, como lo pueden ser las plantas, las flores, la lluvia, etc… Habitantes naturales de esta tierra que poseen tesoros milenarios y son una conexión directa con el cosmos, la cosmovisión, con el ser humano… Y a su vez el comprender definitivamente que los seres humanos somos seres espaciales, nos nutrimos de la infinita sabiduría que poseen los astros y los cuerpos flotantes, respiramos y existimos gracias a el Sol, que a su vez es el alimento de todas las formas de vida en este planeta .


Vuestra formación ha sufrido cambios para este álbum, entrando César Bustamante (Frágil )como bajista, en sustitución de Marcos Coifman (Reino Ermitaño). ¿Cómo se ha integrado al conjunto?



W: La banda tiene una base con un norte bastante sólido, que se esquematizó incluso antes de grabar el Tlön I. Con Christian ya sabíamos a qué sonar, te diría que es un proceso telepático, tanto Marcos como Cesar se acoplaron a esta base.


Respecto a la edición del álbum, repetís con la discográfica alemana Nasoni. ¿Cómo valoráis vuestra colaboración con ellos? ¿Os ha abierto las puertas para tocar en Europa?


ChVL: Estamos muy agradecidos con Nasoni, esto nos ha abierto muchas puertas afuera y es muy loco ver críticas o reseñas en países con culturas tan diferentes a la nuestra como Japón, Noruega, etc. Muy felices de pertenecer a este sello que siempre ha sido muy serio con nosotros.

W: Muy felices con su trabajo y estamos a la espera de que nos tiren la llave apara ir a tocar a Europa.


La edición en vinilo contiene 11 temas, pero me consta que la idea original constaba de 5 cortes más. ¿Podremos disfrutar de ellos, tal vez en la edición en CD?


ChVL: Si te digo que si, te miento, pero me imagino que en algún momento será un álbum doble vinilo. Nosotros  hicimos un tiraje en CD, ya que Nasoni sacará el álbum solo en versión LP, a diferencia de nuestros dos trabajos anteriores que también los editaron en CD. Ojalá mas adelante también editen en ese formato. Nosotros editamos un tiraje en CD y regalamos 200 el dia de la presentación en Lima, y otros 200 ya hemos vendido. Otros tantos están repartidos en Argentina y otros menos en Chile y Uruguay. El mercado sudamericano nos compete a manera de distribución, del resto es Nasoni quien nos representa.


Ampliando la mirada, siempre os he considerado el eslabón de enlace del fascinante legado de rock latinoamericano con el futuro. Tanto por los aspectos más obvios (Christian es el hijo de Guillermo Van Lacke de Tarkus, banda donde también militó Walo Carrillo, como por una propuesta donde late la energía de Pescado Rabioso, de Pappo’s Blues y de, cómo no, Tarkus. ¿Os véis como continuadores de esa tradición o estáis más centrados en el día a día y los planes de futuro?



W: Estamos concentrados en seguir haciendo grabaciones y presentaciones, haciendo el camino al andar, sin mirar el reloj. El pasado, pasado está.

ChVL: Totalmente en el futuro, lo que sí hacemos de forma natural es reivindicar un sonido puro , y es el de los sonidos sin tanto proceso, mal dicho “a la antigua”. Tratamos de rescatar muchos valores que se han ido perdiendo dentro de las propuestas de música rock, como la poesía y el mensaje en las canciones, también la parte visual, la fotografía y la puesta en escena…En definitiva lo que proyectamos o tratamos de proyectar es ver la música como una puesta artística y no como una marioneta hecha para el consumo.


Un hecho curioso es que en Tlön confluyen dos generaciones distintas del rock latinoamericano. ¿Cómo se llegó a esa fusión tan armónica y natural?



W: Por iniciativa de Christian, empuja duro como su padre.


Walo, desgraciadamente aquí en el Estado español no hay mucho conocimiento acerca de aquellas bandas legendarias, por lo que me gustaría que me comentaras algo sobre esos años. ¿Existió una explosión creativa como en EEUU e Inglaterra en la década de los 70, había una escena e interés del público por el rock, u os veíais predicando en el desierto?


W: ¿Sabes que le dije a Christian después de leer esta pregunta? De hacer un tema en el IV que se llame “Predicando en el desierto”. Pues eso es lo que sucedió y continúa sucediendo.


¿Cómo veis la salud del rock latinoamericano? Bandas fantásticas desde luego que existen, como vosotros, La Ira de Dios o Los Natas, pero no se si existe una escena consolidada, un público numeroso, facilidad para tocar en locales, etc. ¿Hay alguna banda actual que os guste especialmente?


W: Sin pecar de egocentrismo, me encanta Tlön .

ChVL: De estos últimos años, me gustan Julieta Rimoldi (cantante folk de la patagonia), algunas cosas de Gran Martell (Trio con integrantes de bandas de peso en la historia de rock argentino y que siempre han mantenido esa escuela de rock , la de los los 70´s 80´s y 90´s), La Patrulla Espacial (Su música me trae de vuelta a Pappo pero gravitando en el espacio), Pauchi Sasaki, (violnista y compositora Peruana con descendencia japonesa, muy capa y honesta en lo que hace, una música muy visual) el disco de Jhon Paul Jones con Dave Ghrol, me parecio fabuloso, no recuerdo el nombre de la banda (Them Crooked Vultures. Nota de Cthulhu)... Éstas son excepciones a lo que suena hoy en dia en materia de rock. Cada vez hay menos músicas de calidad ,originalidad y búsqueda .



Lo primero que me llamó la atención de la banda fue su nombre, pues os he de confesar que Borges me encanta y precisamente el relato Tlön, Uqbar, Orbis Tetius se encuentra, junto con El Aleph, entre mis preferidos del genio argentino. ¿Cómo surgió la idea?


Ch.VL: Es un nombre corto, sin el articulo por delante, me gusto fonéticamente. Una característica importante es el uso de la letra “ T “ al principio de la palabra, tiene una relación e intención de principio, con grupos que tienen que ver con nuestra historia musical: Telegraph Ave y Tarkus. También es uno de los relatos que mas me han atrapado de Jorge Luis Borges, al que considero un genio literato sin igual. Ese cuento en particular tiene algo en común ideológicamente con nuestro concepto, el de un mundo paralelo, en su cuento describe algunos paisajes, habla de su filosofía y costumbres. 


Entre Borges y vuestra música veo muchas similitudes. Relatos, canciones, que atraviesan parajes de aparente irrealidad, donde la contradicción y las evocaciones oníricas campan a sus anchas, pero cuyas raíces arraigan firmemente en el suelo. ¿Es vuestra manera de reivindicar la cada vez más escasa capacidad del hombre para volar a lomos de su imaginación, lo necesario de ello para alcanzar nuestra verdadera grandeza?



W: La mediocridad  para muchos es normal, la locura es poder ver más allá. Lo escuché en un tema que me marcó la manera de ver las cosas en general (el tema es del músico argentino Charly García, nota de Cthulhu). Hay que arriesgar, pues el espacio es infinito y este suelo no.

ChVL: Tal cual… Hay mucha influencia Borgiana en mis letras, también es un grito que encierra una denuncia a aquellos que no saben volar…


Y para terminar, ¿tenéis pensado girar por Europa? ¿Existe la posibilidad de que recaléis en el Estado español en un futuro próximo? De corazón espero que si!


ChVL: De todas maneras esperemos que se haga realidad, aún tenemos esa materia pendiente.

W: Compartimos contigo ese deseo y te felicito por la manera y estilo que tienes para interpretar nuestra música.


Muchas gracias por prestarme vuestro tiempo, ha sido todo un honor inaugurar la sección de entrevistas de Ecos de R’Lyeh con una banda tan especial para mí como es Tlön. Os deseo la mejor de las suertes con vuestro nuevo disco. Un abrazo y espero que os podamos ver pronto!


ChVL y W : Gracias a usted, esperemos conocernos algún día.

TLÖN - III (2012)


Nota: A los que seguís el blog ya os sonará esta reseña, pues la colgué el año pasado cuando aún el disco no tenía fecha de edición. Actualmente ya está disponible en formato vinilo a través del sello alemán Nasoni Records, hogar de nuestros queridos Arenna entre otros, y es por eso por lo que veo conveniente volver a rescatarla, con los retoques correspondientes a la edición definitiva. También comento que por deseo expreso de la banda no voy a poner el enlace de descarga, y aunque no sea lo habitual por estos lares aclaro que sus razones han sido de lo más comprensibles y ajenas a sus deseos. Vamos, que ser una banda latinoamericana y editar con un sello germano no es fácil y es algo a valorar, y como yo lo último que quiero es joder a los grupos, y mucho menos a los que merecen la pena como Tlön, pues sin problemas. Hasta aquí las aclaraciones... 


PARA ACCEDER A LA ENTREVISTA CON CHRISTIAN VAN LACKE Y WALO CARRILLO, PINCHA AQUÍ

Tema 01: Hija de Nubes

Muchas veces es mejor soñar que estar despierto. Con esta frase terminaba mi comentario acerca del segundo álbum de la banda latinoamericana de rock psicodélico Tlön, titulado II, y que supuso uno de los mejores lanzamientos con que nos deleitamos en 2010. Sigo reafirmándome en ello, y cada titular de prensa, cabecera de telediario y estadística social que aparecen no hacen más que darme la razón. Aquel trabajo suponía toda una invitación al escapismo de esta cochina realidad, y uno de los pocos álbumes que de verdad podía transportarte a otro universo diferente, uno donde todos los esquemas preestablecidos saltaban por los aires. En el trío continúan Christian Van Lacke como vocalista y guitarra y Walo Carrillo (ex-Holys, ex-Telegraph Ave, ex-Tarkus) en la batería, mientras que César Bustamante, fundador de la legendaria banda peruana Frágil, sustituye a Marcos Coifman (Reino Ermitaño) en las labores de bajista. El álbum cuenta con una nutridísima lista de invitados: un coro de 20 personas, Juan Luis Pereira (El Polen), Marcos Coifman (ex-Tlön, Reino Ermitaño) o Lola Kiepja (curandera argentina ya fallecida) entre otros.

Tema 02: Rey Lagarto



III sigue ahondando en la senda abierta por el trío en sus dos anteriores trabajos, con la evocación como medio y final de una propuesta única en su especie. Llevando a sus límites el concepto de psicodelia, Tlön fuerzan una salida por la tangente de eso que llamamos el mundo real, transportando al oyente a un plano habitado por seres de fantasía y formas imposibles, y que tan sólo percibimos vagamente cuando soñamos, cuando nuestro subconsciente se ve liberado de las férreas cadenas de la cotidianidad. Ejerciendo de continuadores de la tradición rockera latinoamericana, lamentablemente desconocida en Occidente, Tlön beben directamente del legado que nos dejaron formidables grupos como Pescado Rabioso, Pappo's Blues, Vox Dei o la más directa de Tarkus. A tan sólido trampolín el trío le añade su sello propio, su propio imaginario, erigiéndose como una entidad en sí misma. Los principales elementos constituyentes de anteriores trabajos siguen presentes, pero han pasado por un proceso de refinamiento tal que podemos hablar a las claras de III como el mejor trabajo de la banda hasta la fecha. Los riffs pesados en la onda de Black Sabbath se encuentran ahora más atenuados, en favor de una sonoridad más rica en matices y que es palpable en cada uno de los 11 temas que componen el trabajo. Esta exhuberancia se ve respaldada por la colaboración en III de varios músicos diferentes, que aportan desde voces y guitarras a contrabajo, violín, flauta o theremin. Van Lacke continúa desplegando su andrógino registro vocal, elemento identitario del sonido de Tlön, pero que actualmente goza de una mayor versatilidad, lo que ayuda a que cada corte del disco parezca una historia diferente relatada desde algún extraño mundo onírico. Buceando en extraños mares más allá de la razón, III se pasea por la psicodelia, el folk y el intimismo acústico para arribar en una isla fantástica por irreal, ajena al mundo de clones y repeticiones del hombre actual. Un viaje a través del cual la banda latinoamericana nos regala algunos de sus mejores temas hasta la fecha, como la espectacular Hija de Nubes (imposible parar los pies!), la ultraterrena Rey Lagarto (una mezcla entre película de terror y ciencia ficción de los 50), la belleza acústica y coral de Nocturno o la evocadora Gran Mammut (con un solo para caerte de espaldas...). En total más de 40 minutos de escapismo fantástico, de evasión maravillosa, de deleite sensorial en ese mundo extraterrestre que está tan lejos como mirar dentro de cada uno. El perdido arte de viajar por el subconsciente elevado a su máxima expresión. Un rayo de luz en este mundo gris y alienado.

Tema 07: Nocturno

Ya lo dije el año pasado y lo actualizo: candidato a estar entre los mejores discos rockeros de 2012. Una banda como hay pocas, campando libres en el Universo que ellos mismos han creado. El perdido arte de volar cabalgando nuestra imaginación, a través de notas que son color, delirio y pasión desbordada.

NOTA: 9,5/10


miércoles, 15 de febrero de 2012

REBOBINANDO..: CAN - Tago Mago (1971)




Corría 1971... En Alemania, unos jóvenes pero desmesuradamente talentosos músicos imbuidos de una docta y pulida educación artística intentaban llevar la música a nuevos niveles de vanguardia, poseidos por esa explosión de libertad creativa y nuevas ideas que fueron el símbolo de identidad de las décadas de los 60 y 70. Con el dios Stockhausen como maestro y la Velvet Underground de referencia inmediata, Can habían debutado en 1969 de la mano de Monster Movie, un notable disco cuya única pega eran las excesivas similitudes con las huestes de Lou Reed. Un año más tarde, y ya con el japonés Damo Suzuki como nuevo vocalista, editan Soundtracks, otro disco notable pero en el que todavía se veía a una banda en busca de su personalidad, o más bien intentando destruirla, porque si algo demostró Tago Mago es que era imposible describir la propuesta de los germanos reduciéndola a conceptos técnicos, analíticos, mundanos. Con Tago Mago la libertad absoluta, el genio creativo sin mesura, la divinidad incognoscible arribaron en el campo musical para dejar boquiabierto a medio mundo.

Karlheinz Stockhausen

En Tago Mago aconteció uno de esos casos de poderosa sinergia que a veces se dan en el rock, pero casi nunca con unos resultados tan espectaculares: uno de los mejores baterías que jamás hayan existido, Jaki Liebezeit, y su obsesión con aunar su experiencia en el free jazz con los ritmos percutivos surgidos de África. Irmin Schmidt, salido de la escuela del insigne Stockhausen, aportaba unos teclados que hacían de la seducción entre bambalinas su principal acierto (no por nada a este señor se le considera uno de los padres del ambient, especialmente por su labor en el grandioso y de profético nombre Future Days). Holger Czukay, también alumno de Stockhausen, era la cementación de Can mediante su poderoso sonido de bajo. Michael Karoli era el único que provenía de la escena rock de los 60, algo que hacía notar con una labor a las seis cuerdas que fusionaba un virtuosismo inusitado con un sobriedad puesta al servicio de las necesidades de la banda. Y por último la guinda al pastel, la última pieza que necesitaba Can para catalizar toda su energía potencial, el vocalista Damo Suzuki, con un carisma desbordante y una interpretación vocal indescriptible.


El resultado de esa unión de talentos fue un disco tan vanguardista que sigue sonando vigente cuatro décadas después, y que si me apuráis todavía está preñado de futuro, porque sinceramente no conozco a ninguna banda actual con la capacidad de lanzarse hacia delante en el tiempo como lo hicieron (y hacen) Can en Tago Mago. Un álbum que durante la hora y cuarto de metraje que alberga llega tan lejos en su depuración y eliminación de los esquemas preestablecidos y las fronteras, que podríamos hablar del ejercicio de des-creación más osado y exitoso jamás realizado. Viajando a la esencia misma del proceso de composición, ese lugar donde bullen ideas y energías en estado puro, el quinteto alemán, lejos de intentar canalizar ese inmenso potencial, abrió todas la ventanas y puertas que lo contenían y cabalgó sobre él sin miedo a morir abrasados por su fuego. De esa carga de caballería surgió una amalgama insólita en la que el clasicismo contemporáneo, el rock y las más extrañas visiones proféticas se daban la mano para chapotear en un multicolor lago de LSD. El álbum, cuyo nacimiento parte de la más absoluta improvisación, se va desplegando en irreales espirales hasta alcanzar cumbres de experimentación sorprendentes, evocadoras, inquietantes y de una fuerza arrebatadora. Abriendo de manera juguetona y engañosa, Tago Mago nos seduce con sus tres primeros cortes, pegadizos y de estructuras más "clásicas", pero en los que Damo Suzuki ya daba muestras de un carisma superlativo y una interpretación más allá del raciocinio. Paperhouse o Oh Yeah son claros ejemplos de ello, pequeñas joyas de brillo seductor que nos preparan para lo que va a llegar... Y lo que llega en primer lugar son los casi 20 minutos de Halleluhwah, una jam descomunal con alma de funk y cimentada sobre la hipnótica y compleja percusión de Liebezeit (me juego el culo a que Danny Carey de Tool se masturba todas las noches con esta canción). Tras ella, y sin estar preparados porque es imposible preveer algo así, nos caen encima los 17 minutacos de Aumgn, una de las obras cumbres de los Can experimentales, donde colisiona un maelstrom indescriptible de diferentes sonoridades con la voz de Suzuki, que en este corte nos muestra sus origenes acercándose a la interpretación vocal de los monjes tibetanos. Auténtica trascendentalidad lisérgica. Pero es que la cosa no queda ahí, ya que es el momento de O Peking y su espíritu demente, encarnado por un Suzuki completamente desatado, transformado en una fuerza elemental que copula sin miramientos con un trasfondo musical desquiciado, para el que yo sinceramente no tengo adjetivos. Pero tranquilos, que tras el clímax siempre llega el relajante cigarro, en este caso de la mano de la final Bring Me Coffee Or Tea, una hipnótica y preciosa canción en la que de nuevo el funk y la complejísima batería de Liebezeit nos bajarán las pulsaciones a un ritmo tolerable para nuestro maltrecho corazón. El colofón perfecto para un disco que si aún no tiene la categoría de clásico es porque todavía no se ha asentado en el tiempo, imposible cuando nos espera en algún momento dentro de 200 años. O más. 


Tago Mago es el arte cuando trasciende al mismo creador, pero a la vez es todo el potencial del ser humano entre surcos de vinilo, su corazón ilimitado. Sin él no podríamos entender ni el krautrock, ni la electrónica, ni el punk, ni la new wave... No podríamos entender nada. UN DISCO MÁS GRANDE QUE LA VIDA.


ESTA ENTRADA HA SIDO DENUNCIADA, OBLIGÁNDOME A SUPRIMIR EL ENLACE DE DESCARGA. SIENTO LAS MOLESTIAS.

martes, 7 de febrero de 2012

LOVE SEX MACHINE - S/T (2012)



2012 empieza a desojar sus esencias y no sólo respecto a los lanzmientos esperados (King Giant, Black Pyramid) sino en su secreto cupo de sorpresas, en este caso por partida doble. Love Sex Machine es un quinteto galo del que nada se sabe ni se ha filtrado ninguna imagen más allá de la de su vocalista en directo. El disco que os presento es su debut, editado por un sello que supone la segunda sorpresa para un servidor. Y es que con tan sólo un año de vida, Throatruiner Records tiene un catálogo que suple su todavía pequeño nivel cuantitativo con una calidad soberbia a cargo de lo mejorcito de las promesas galas en el campo metálico. As We Draw, Calvaiire, Huata (cuyo maravilloso Atavist Of Mann está coeditado con, entre otros, Odio Sonoro) o Birds In Row son una alineación capaz de cortar el aliento y que comienzan a meter la cabeza entre los grandes nombres de sus respectivos géneros. El otro gran aliciente del sello es su política de ofrecer en libre descarga todos los discos que edita (de hecho el enlace que cuelgo os envía a su web para descargarlo), un paso arriesgado y valiente ante el que un servidor sólo puede quitarse el sombrero. De todo corazón espero que las cosas le salgan genial a esta discográfica, tanto por los grupos que cobija en su seno como por una filosofía que considero el futuro de la música, al menos de la que sigue fiel a una ética y respeto por el público.

Centrándonos en el debut de Love Sex Machine, puedo decir desde ya que se trata de una de las sorpresas del año, y el primer álbum metálico que me ha volado la cabeza. A pesar de su ridículo nombre, de su risible portada y de desconcertantes (cuanto menos) títulos de canciones como Killed With A Monster Cock o Vagina Curse, estamos ante un trabajo que hay que tomarse muy en serio si uno no quiere acabar humillado, vejado o triturado, incluso todo a la vez. Porque Love Sex Machine duele, es un impío monolito elevado a horribles deidades perdidas en la memoria de nuestra especie, es la sodomía cuando los látigos dejan paso a la lija. Algo que comprobarás cuando comience Anal On Deceased Virgin y su riff te salte todos los empastes de la boca. Partiendo de la la inclemencia abrasiva del sludge, Love Sex Machine han sumado a su propuesta los característicos, todopoderosos y ultramundanos riffs de Meshuggah, dando como resultado una obesidad sonora cuya comparación más acertada sería encontrarse en mitad de un terremoto y una explosión termonuclear junto a una estampida de elefantes. Todo ello mientras un mono colocado de speed te desgarra el ano con una taladradora industrial y suelta alaridos apocalípticos en tu oreja. A pesar de hacer de la lentitud y densidad asfixiante sus coordenadas de partida, la banda gala es capaz de compactar la mayoría de temas en metrajes que no superan los 5 minutos de duración, ya que de no haberlo hecho la OTAN hubiera bombardeado Francia por desarrollar armas biológicas. En todo caso el resultado sobre tu córtex cerebral es el mismo, y al terminar los poco más de 30 minutos que dura el álbum te sentirás peor que después de recibir una paliza de campeonato. Lo que hace soberbio a este álbum es que a pesar de hacer saltar todos los sismógrafos de aquí a Tokio y provocar espasmos esquizoides en 9 de cada 10 oyentes, a la vez despliega una pegada y gancho que lo convierten en tremendamente adictivo. Absolutamente imposible no llorar con placer malsano ante estigmas sangrantes como Fucking Battle, Plenty Of Feelings o Killed With A Monster Cock, que te obligarán a hacer headbanging como un poseso, aunque probablemente contra tu madre o una pared. Como los colores y las gamas cromáticas son cosas de hippies amanerados, no esperes aquí versatlidad ni matices, ni falta que hace. Love Sex Machine no dan cuartel, respiro ni tregua alguna, tan sólo una blitzkrieg sonora, despiadada y de una densidad cósmica. Tómalo o déjalo, da igual, ellos saldrán victoriosos de cualquiera manera.


Uno de los debuts del año sin ningún atisbo de duda. Cruento, tectónico, abrasivo y terriblemente adictivo, Love Sex Machine supone la irrupción del quinteto galo como una de las grandes promesas del metal francés, y por extensión del puto planeta entero.

NOTA: 9/10


sábado, 4 de febrero de 2012

KING GIANT - Dismal Hollow (2012)


Pues 2012 va arrancando, y parece que cada vez con más fuerza! Porque si ayer reseñaba el notable II de Black Pyramid, hoy toca lanzarse a por el segundo LP de este quinteto de North Virginia, que ya nos sorprendieran hace dos años con el estupendo Southern Darkness. Aunque la propuesta de King Giant fue acusada por algunos de demasiado genérica, la verdad que un servidor disfrutó como un enano con temazos de la categoría de 13 to 1 o Desert Run, auténticas joyas de metal sureño. Manteniéndose firmes en su filosofía DIY, vuelven a editar con sus propios medios un disco que desde ya os digo que va a cerrar muchas bocas y llenar su impía iglesia de centenares de conversos.



Y es que Dismal Hollow supone no sólo un paso adelante respecto a Southern Darkness, sino más bien un salto olímpico digno del mismísimo Carl Lewis. No es que la propuesta haya variado de coordenadas, porque los ecos de The Gates Of Slumber, Corrosion Of Conformity y Down siguen estando ahí, pero han ajustado las piezas de su bólido de tal modo que el disco sale disparado de cabeza a los exclusivos parajes de la excelencia. Los riffs son verdaderos ejercicios de demolición sureña, inapelables invitaciones al headbanging, lo que unido a unos solos de escándalo convierten el trabajo de David Towalski y Todd Ingram en soberbios clínics de cómo hacer metal sureño en el siglo XXI. De la mano de estos señores los temas de Dismal Hollow elevan su groove hasta la estratosfera, haciendo de cortes como Appomatox o A Steward's Prayer hits gordos como cabezas de enano. Cuando se sueltan y liberan de corsés también lo bordan, como con esos solos de poner los pelos de punta en las grandiosas Pistols And Penance y Tale Of Mathias. Otro de los factores ganadores de King Giant es la voz de Hammerly, a medio camino entre la cazalla de Lemmy y el poderío de Glenn Danzig, que junto a una lírica profunda y llena de sentimiento le convierten en uno de los frontman más personales del género. Respecto a esa lírica, hago un inciso para remarcar lo complejo de la psicología estadounidense, su diversidad y lo fácilmente que desde Europa se les tacha de ignorantes fascistas en base a prejuicios completamente infundados. El país que nos legó el Día del Trabajador, que hizo la Revolución Francesa un siglo antes que en el Viejo Continente y cuyas vanguardias artísticas han sido referente en medio mundo merece mucho más respeto y un acercamiento más científico que la constante comparación con el redneck imaginario que pulula por nuestras cabezas. Y lo digo porque estos señores, provenientes de un Estado dado a esas comparaciones, son capaces de recrear una vívida historia en torno al fantasma de un oficial sudista atormentado (Appomatox), cargar contra el maltrato de género (Tale Of Mathias), apoyar la lucha de los oprimidos (Steward's Prayer) o contar la soledad de un artista al que ninguna mujer quiere conocer (O Drifter). Una vez finalizado el paréntesis, continúo postrándome ante las virtudes musicales de King Giant, cuyo corte 6 O'Clock Swill es el mejor valedor y contenedor de todas ellas. Un riff inicial que te gana desde el primer segundo, la poderosa voz de Hammerly apoyada por unos coros bestiales y unos solos incendiarios capaces de volarte la cabeza. Acojonante. El grado de madurez que el quinteto ha adquirido en estos dos años es algo tremendamente asombroso, y todos aquellos que les tachaban de planos o genéricos se van a encontrar una banda que ha encontrado su propio sonido, personal e intransferible, y que ha adquirido todo un arsenal de fintas y golpes capaces de noquearte al primer asalto.


Candidato muy serio a disco del año. La grandeza y miserias de la Norteamérica confederada encerradas en 8 temas soberbios, poderosos y adictivos. Salto gigantesco de una banda que ahora sí puede codearse con los titanes del género.

NOTA: 9,75/10


viernes, 3 de febrero de 2012

BLACK PYRAMID - II (2012)



Bien, bien. Parece que 2012 va arrancando tras la clásica cuesta de Enero, que en lo musical también se suele notar. Y lo hace con uno de los albumes más esperados del año, a pesar de que se filtró a finales de 2011. Y es que tras ponernos los dientes largos con el estupendo EP Stormbringer (2011), el trío de Massachusets regresa con la continuación de su demoledor debut autotitulado (2009), que les colocó como uno de los grandes del rock pesado norteamericano junto a Lo-Pan y Wo Fat. II es también un punto de inflexión, pues al poco de terminar su grabación el cantante y guitarra Andy Beresky decía adiós a Black Pyramid para dedicarse en cuerpo y alma a la religión, su nueva pasión (no me preguntéis la variante concreta porque no me interesa lo más mínimo). La sección ritmica ha declarado que seguirá adelante con la banda, así que podemos estar algo más tranquilos pese a que no creo que sea nada fácil sustituir el hueco dejado por el enajenado de Beresky (veremos que tal lo hace Darryl Shepard, el elegido para el puesto e integrante de combos stoner como Milligram y Hackman).



Metiéndonos en harina respecto a II, nos encontramos con un trabajo situado a media distancia entre su debut y Stormbringer, intercalando temas muy directos de hard rock pesadísimo con desfasadas jams a medio camino entre el stoner y la psicodelia. Muy en la línea de Stormbringer, la cara A de su EP del año pasado, Black Pyramid inauguran el álbum con dos temas que galopan a base de bien siendo ideales para levantar cuernos y cervezas al cielo. Endless Agony y Mercy's Bane también muestran sin disimulo la omnipresente influencia de los gigantes Slough Feg, sobre todo en esos característicos riffs que nos remiten al folklore irlandés. Una vez entonado el trío se lanza a por un corte que raya ahora sí en la excelencia que de ellos se espera. Se trata de Night Queen, una maravilla que a base de aumentar el tonelaje de los riffs y hacerlos copular con un tramo final de genial lisergia melódica, provocará más de una erección entre los amantes del stoner. Con Dreams Of The Dead llega la primera sorpresa, ya que nos enfrentamos a un registro inédito en Black Pyramid, una suerte de medio tiempo oscuro que puede recordar a Cloud Of Unknowing (la cara B de su EP Stormbringer) pero sin alcanzar su densidad ni poderío. Sus 12 minutos de metraje tienen algunos buenos momentos, muy buenos, pero no alcanzan la cohesión necesaria para que hablemos de una de las grandes composiciones a las que nos tienen acostumbrados. Otra sorpresa, pero esta sí positiva, es la intro acústica Tanelhorn, una pequeña joya ideal para tomar respiro entre tanto riff quebrantahuesos y que nos habla de una banda que a pesar de moverse en un género de férreas fronteras, es capaz de escaparse y tantear nuevos terrenos. Tras ella llega el embate de los Black Pyramid más sludge con la mastodóntica Sons Of Chaos, un corte que no desentonaría nada en un disco de High On Fire, y donde dan rienda suelta a sus raices punk y su macarrismo más acertado. Ideal para enseñar los dientes y apretar puños. The Hidden Kingdom nos devuelve a esos Slough Feg pasados de bourbon que tanto nos gustan, siendo otro de los momentos álgidos del disco. Con la final Into The Dawn vuelve a ocurrir lo mismo que con Dreams Of The Dead, pues son 15 minutazos de riffs estirados con la sensación de no saber muy bien hacia donde se dirige el asunto, a pesar que como ocurre con aquella tiene grandes momentos que sacan lo mejor de estos tíos (que es mucho!). El veredicto final sería contradictorio, pues aunque II es un disco superior al que podría facturar la mayoría de bandas que pueblan el espectro stoner, deja una sensación agridulce por esos momentos de experimentación fallida. Aún así es un trabajo 100% recomendable para todo amante del rock de elevado octanaje.


Notable sucesor de su gigantesco debut, a pesar del exceso de metraje y la falta de claridad en su nuevo rumbo. Esperemos que Shepard esté a la altura de Beresky, porque talento tienen de sobra para seguir ocupando el trono del rock pesado estadounidense. 


NOTA: 7,75/10