Ecos de una ciudad sumergida.

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martes, 21 de septiembre de 2010

KING GIANT - Southern Darkness (2010)

Hoy toca una de esas gratas sorpresas que nos regala la música de vez en cuando. King Giant es un quinteto proveniente de North Virginia que comenzó a dar sus primeros pasos a mediados de la década pasada. Tras varios conciertos, demos y un EP (Identity), lanzan su primer largo autoeditado y con el que esperan llamar la atención de algún sello para su distribución a gran escala. Con el pepinazo que es Southern Darkness no me extrañaría que las ofertas les llegaran muy pronto. Pocos datos más puedo dar sobre ellos, ya que su carrera acaba de empezar, aunque estoy convencido de que estamos ante una estrella naciente en el firmamento del metal sureño. Para los amantes de los nombres propios, King Giant son Hammerly a las voces, David Kowalski y Todd Ingram a las guitarras, Floyd Lee III como bajista y Brooks aporreando los parches. Y por si alguno no lo había sospechado, son cinco rednecks como la copa de un pino.


Los críticos, siempre deseosos de crear nuevas etiquetas aunque éstas sean criaturas que nacen muertas, ya se han apresurado en etiquetar el sonido de King Giant como dark groove o dark southern metal. Pamplinas y ridiculeces pero que hablan, al menos, de una formación que desde su primer trabajo ya hace sudar a los chupatintas a la hora de calificar su sonido. Y no es que sea revolucionario ni mucho menos, pero sí se trata de una muy personal amalgama de géneros como el southern metal y el stoner pero que el quinteto dota del cinismo, acidez y, en general, del aire macabro y oscuro del sludge. Una influencia esta última que es más una actitud y guía espiritual que un elemento claro en su música, que por lo demás es 100% metal sureño. Respecto a ella, nos encontramos ante 10 pelotazos que se mueven por los senderos de los riffs marcadísimos, gordos y rompenucas marca del género, pero que se despliegan sin ninguna prisa, enarbolando una densidad hipnótica, pegajosa y sucia como el fondo de una fosa séptica. Si hubiera que resumir lo contenido en el álbum, se podría decir que vamos a asistir a una fiesta cargadísima de bourbon y porros donde Clutch y Corrosion Of Conformity invitan a Down a agarrarse un colocón tremendo, gruñir ante sudorosas strippers y cometer algún turbio homicidio nocturno. Algo más que evidente desde ese comienzo con Solace, un ataque directo a la yugular a base de guitarreos capaces de tirar muros y una voz, la de Hammerly, que parece un cruce entre Neil Fallon y Lemmy. No sé cuanto tiene que castigarse uno para tener una voz así, pero por lo oido en Southern Darkness este personaje tiene que dormir con una botella de Jack Daniels debajo de la almohada mientras se fuma un paquete de tabaco entre sueño y sueño. Todo el disco se mueve por similares coordenadas de riffs plúmbeos y mastodónticos, pero en rescate del tedio que eso puede provocar aparecen diversos matices que convierten el conjunto en un examen de notable alto. Por un lado unos solos de guitarra increíbles y que están integrados en su justa medida, haciendo de cortes como Potters Field o la bluesera con alma sludge Shinding verdaderas joyas de southern metal. Por no hablar de ese sorpresivo y maravilloso banjo que aparece en el single 13 to 1 y que impregna tu imaginación de olor a establo y whiskey rancio. Continuando con las seis cuerdas, hay que añadir que aunque a primera vista parezcan cortas de registros, a poco que uno aguce el oido, descubrirá que son varias las sonoridades que abrazan, y que van desde el heavy/doom más clásico al blues pasando por los cuelgues más lisérgicos. Muchos son los temas sobresalientes que encierra Southern Darkness, pero si tuviera que quedarme con uno, ese sería Desert Run. Acojonante. Un comienzo auténticamente bluesero, pero que se rompe con un riff de levantar los puños al aire y acompañado todo por un Hammerly que está de 10 junto a una voz femenina de fondo que le da el contrapunto perfecto a la bestia parda. Seguro que a cada cual le seducirá un corte más que otro, dependiendo de sus predilecciones musicales, pero de lo que estoy convencido es que la mayoría tendrá en Southern Darkness el compañero ideal para cometer su primer asesinato, comenzar una pelea de ebria estupidez en el bar de debajo de casa o soñar con que su Renault 205 es una todopoderosa Harley llameante.


Un disco para escuchar mil veces seguidas. Nada revolucionario, eso sí, pero a quién cojones le importa con unos temazos de este calibre.

Nota: 8,5/10

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1 comentario:

KARLAM dijo...

Los escuché hace tiempo, en principio lo tienen todo para ser el típico grupo que me gustaría y no me desagradaron pero los aparqué enseguida. No se, igual no les di suficientes oportunidades, ahora que los veo por aquí voy a rescatarlos no vaya a ser que me pierda algo interesante.

Saludos!!