Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 4 de octubre de 2012

FALLING DOWN IIV (2012)



Que en el underground musical lo que prima son la ilusión, las ganas y la pasión por encima del sucio dinero es algo de sobra conocido, y no sólo por englobar géneros de muy difícil acogida masiva por parte del público. No, hay una filosofía de trasfondo que nos habla de la búsqueda de un sendero propio e independiente que no responda a ninguna presión más allá de la que ejerce la imaginación y el talento por salir a flote. Aún así de vez en cuando aparecen proyectos que nos sorprenden por su osadía, caso del recopilatorio que traigo hoy a mi humilde morada. Falling Down IIV es el tercero de una serie de recopilatorios creados por una pareja de franceses a los que como mínimo debo tildar de locos. Atreverse en los tiempos que corren a editar en un lujoso formato físico (y de manera completamente independiente) temas inéditos de bandas de primer nivel dentro del metal underground y pretender que la cosa llegue a buen puerto es cuanto menos descabellado. Ya sólo en el aspecto meramente técnico y de confección del mismo la tarea ha tenido que ser titánica: contactar y convencer a las bandas para ceder dichos temas, la edición del recopilatorio (acojonante), el artwork (aún más acojonante) e intentar no arruinarte por el camino son sólo algunos de los aspectos que los creadores de Falling Down llevan sorteando desde que en 2008 apareciera el primer volumen con temas inéditos de Kylesa, Ufomammut, The Ocean, Year Of No Light, Jucifer y Ommega Massif entre otros (hasta un total de 40 bandas!). En 2010 apareció el segundo volumen, y además de conseguir que repitieran muchas de esas bandas, añadieron material sin publicar de otras como Kongh, Farflung, Mumakil o Across Tundras. No contentos con ello regresaron a mediados de este año con Falling Down IIV, de nuevo con una oferta irresistible en la que participan grupazos (20 bandas de 11 países diferentes) del calibre de Hopewell, Year Of No Light, Mars Red Sky, Julie Christmas, Terra Tenebrosa, Rorcal, Mouth Of The Architect o Ayahuasca Dark Trip. Y si eres de los afortunados que pudiste hacerte con la Endless Edition (ya agotada), podrías haber disfrutado de un CD y un DVD extras a los que se sumaban Pelican, Stoned Jesus, The Great Old Ones o Zatokrev más directos exclusivos de Ufomammut, Ocoai o Amen Ra. Casi nada!



Entrando en materia y centrando la mirada en lo estrictamente musical, lo primero que sorprende es el gusto y conocimiento exquisitos con que se ha estructurado el recopilatorio. Y no es sólo que los temas sean espectaculares (¿por qué los escondían de nuestros oídos?!!), sino que el orden en que están colocados hace que las casi dos horas y media que contienen los dos discos fluyan con una naturalidad asombrosa, sin altibajos ni cambios bruscos entre propuestas. Sólo os diré que he sido capaz de disfrutar ambas partes de una tacada varias veces, sin perder la atención ni saltarme ningún corte. Aquí todos aportan, y de qué manera. La compilación comienza pillándote a contrapié con la ultravitaminada y muy funky This Is This de los psicodélicos Hopewell, un temón para morir en la pista de baile bajo los efectos de un coktail de peyote y anfetaminas. Tras la sorpresa inicial nos adentramos en las entrañas del primer CD, que se apoya en las propuestas más progresivas y sugerentes, comenzando por la maravillosa colaboración entre Year Of No Light y Mars Red Sky. Green Rune With Totem es un corte ciclópeo lleno de pasajes etéreos salpicados por explosiones de vulcanismo ruidista y guitarreos plúmbeos que incluso hacen guiños a una épica soterrada pero palpable en el latir de cada nota. Los estadounidenses Ocoai demuestran que lo conseguido con el tremendo Breatherman (2008, Missing Words Records) no fue la suerte del principiante, y Mère De La Lumière Du Matin les reafirma como todo un valor de futuro merced a una propuesta que conjuga la pesadez del sludge con desarrollos y sonoridades propias de los mejores Pink Floyd. En Apollo Creed los hippies de The Flying Eyes nos convencen entre psicodelia, sonoridades orientales y trascendentalismo que no han compartido escenario con Jeff Beck y Hawkwind por su cara bonita, reivindicándose también como otra banda muy a tener en cuenta en el futuro (el año pasado ya avisaron muy seriamente con el estupendo Done So Wrong). El dúo italiano Vanessa Van Basten (nada que ver con el genial delantero holandés) nos deleitan en Got To Stay con su sonido marca de la casa, pura ensoñación que se mueve entre el post-rock y el minimalismo más bello. Los también italianos Dyskinesia dejan de lado su rostro más ruidista y agresivo (aquel que nos golpeó en el genial Dalla Nascita del año pasado) en Tra I Ghiacci pero sin perder esa mordiente que hace de ellos una de las bandas más inquietas, sorprendentes y oscuras del planeta. Para todos los que no los conozcáis, podéis descargar su último disco a través de la página del estupendo sello digital Frohike Records. Con Planning For Burial despertamos de la ensoñación entre sábanas de lija, y es que Friendship nos manda de una patada en el culo a postrarnos ante el proyecto de este neoyorquino capaz de subyugar en una misma propuesta los universos del post-metal, el drone, el noise, el shoegaze e incluso el black metal. Aidan Baker de Nadja nos rescata del colapso nervioso con una instrumental para recuperar el resuello y encarar el final del disco. Falta hace cuando acto seguido llega esa diosa llamada Julie Christmas con su noise rock desquiciado muy deudor de su anterior banda, los nunca suficientemente reverenciados Made Out Of Babies (además de haber formado parte de la superbanda Battle Of Mice y actualmente estar inmersa en la no menos "super" Spylacopa junto a gente de The Dillinger Escape Plan, Candiria e Isis). Cierran el primer disco los post-rockers británicos The Winchester Club (con Harry Armstrong de los geniales End Of Level Boss en sus filas), un corte bellísimo y que hará las delicias de los fans de Godspeed You! Black Emperor.





En el segundo CD viajamos al lado más oscuro, plúmbeo y desgarrador del underground, ese que nos obliga a apretar los puños y enseñar los dientes aunque sin desdeñar los viajes astrales a los rincones más insondables del cosmos. Y es que cuando la cosa arranca con ese esputo cargado de odio hardcore que es Syntax Error de los escoceses Black Sun, uno sólo puede agarrarse los machos y esforzarse por no perder los dientes. Yo los tenía por una banda de sludge/doom, pero aquí se cascan un himno furibundo que me levantó de la silla de un guantazo. Sin tiempo para recuperarnos llegan los suizos Rorcal para recordarnos por qué son considerados uno de los grupos más oscuros e intensos del planeta. Si Heliogabalus (2010, Cal Of Ror Records) te pareció una obra maestra similar a un enorme taladro roñoso en el centro de tu alma, Világvége V hará que te corras del gusto entre espasmos de dolor y muerte. Si no los conoces (y deberías), puedes acceder a su discografía gratuitamente a través de su página web. De dolor, muerte y decadencia también saben un rato los suecos Terra Tenebrosa, con ex-miembros de los legendarios Breach en sus filas y que colaron su debut The Tunnels (2011, Trust No One Recordings) en muchas de las listas de lo mejor del año, incluida la mía. Escuchando Apokatastasis uno se sorprende de que no estuviera incluida en el LP, porque es todo un puto temón que me recordó por su poderío al Stones From The Sky de Neurosis, aunque imbuido de un amor especial por Godflesh. Desde Bayona nos llegan los todopoderosos Monarch! para alzar bien alta la bandera del doom, y os aseguro que Daggvrs se gasta unos riffs capaces de romperle la mandíbula al mismísimo Hulk. Con la guitarra tremebunda de Shiran Kaidine (Year Of No Light), el golpeo inmisericorde de Rob Shaffer (Dark Castle, ex-YOB) y los gritos maníacos Emilie Bresson (completa la alineación MicHell Bidegain al bajo), el cuarteto es una máquina salida del Infierno para pulverizarte todos los huesos del cuerpo. Tras la paliza llega Syndrome, el proyecto personal de Mathieu Vandekerckhove de los grandiosos Amenra. Now And Forever (la versión inédita y ceñida a un metraje "manejable", la original dura media hora) es capaz de ponerte los pelos de punta con su oscurísima mezcla de minimalismo, post-rock y drone, contando además con la participación de Colin H. van Eeckhout (voces) de Amenra y Josh Graham (piano y Moog) de Neurosis. Un pasote. La psicodelia cósmica de tintes orientales llega de la mano de los geniales Ayahuasca Dark Trip, que haciendo honor a su nombre nos regalan en Manantial todo un viaje hacia el lado oscuro del trascendentalismo hindú. Una vez vuelto del mismo uno entiende el considerable revuelo que han montado con tan sólo un LP y un EP entre la parroquia más fumeta. Siguiendo la senda de la tectónica entran en tromba los ucranianos Ethereal Riffian. Mars Of Spiritu (Rise Of Sheol) corrobora las grandes sensaciones de su EP debut Shaman´s Visions (2011, Autoeditado), una de las gratas sorpresas del año pasado merced a su brillante continuación del legado de los seminales Sleep. El corte es una marcha marcial de densidades cósmicas y efluvios cannábicos capaz de dejarte en un trance insalvable, pero que a la que te descuidas te suelta unos sopapos de órdago. Una banda muy a tener en cuenta, y en cuyo universo os animo a entrar a través de su Bandcamp. La psicodelia y el space-rock asoman la cabeza con los galeses Sendelica. Nunca he sido muy fan de su propuesta (me falta algo en sus discos, tal vez un poco más de energía), pero estoy seguro que los fans acérrimos del género sabrán valorar mejor que yo un corte como Ingrid Cold (el remix editado). Los rusos Vespero ya son otro cantar, pues no sólo se trata de la mejor banda de su país, sino uno de los grupos de space-rock más grandes de todo el puto planeta. Desquicie cósmico, energía desbordante y un dinamismo imparable que en Flight Of The Lieutenant nos retrotraen a hace dos añitos cuando nos dejaron el culo roto con el magistral By The Waters Of Tomorrow (2010, RAIG). Y para cerrar el disco qué mejor que hacerlo a lo grande con Mouth Of The Architect, que tras el viaje espacial nos lanzan contra el suelo con el post-metal de How This Will End. Colofón perfecto para una de las maratones sonoras más maravillosas a las que puedas acceder hoy día.




Falling Down IIV es un recopilatorio alucinante, una joya facturada con un gusto exquisito y que abraza con sus tentáculos buena parte de la grandeza musical de nuestros tiempos. La mayor bofetada y contestación a aquellos que dicen que ya no se hace música como antes. Ignorantes. 

Más información sobre Falling Down IIV:

Puedes comprar el recopilatorio aquí:



miércoles, 26 de septiembre de 2012

NUEVAS BANDAS: MUDBATH - Red Desert Orgy (2012)


Puedes escuchar y descargar gratuitamente el EP a través del Bandcamp de Mudbath. PINCHA AQUÍ.

De nuevo desde Francia nos llega una prometedora banda militando desde las filas del sludge/doom, en lo que parece ser toda una efervescencia del género a nivel nacional. Mudbath es un quinteto procedente de Avignon e integrado por Félix (voz, percusión), Micka (guitarra), Flo (guitarra), Marco (bajo) y Luke (batería). En su corto periplo ya han compartido tablas junto a otros ilustres compatriotas como Verdun o Birds In Row. Red Desert Orgy es su primer trabajo, un EP autoproducido y que de momento sólo ha sido lanzado en formato digital.



Escuchando los tres temas que componen el EP uno debe reconocer lo acojonantemente bien que los franceses están asimilando las enseñanzas de Electric Wizard y Eyehategod, aunque siempre basculando hacia los primeros. En el caso de Mudbath las deudas se reparten más equitativamente, pues la abrasividad y contundencia que despliegan les acercan mucho a los de Lousiana, aunque sin alcanzar ese punto álgido de  crudeza malsana que tan grande ha hecho a las huestes de Jimmy Bower. Félix canta como empachado de lija y furia esquizoide, las guitarras de Micka y Flo son lo más parecido a una pareja de trolls aporreando la puerta de tu casa, mientras que la sección rítmica es mórbida como la obesidad de Ronaldo. Vamos, todo un placer para nuestros oídos cascados. El nicho de crudeza que los de Avignon dejan libre lo ocupan con el inconfundible aire rockero de Electric Wizard, y que sin llegar a transitar por el blues que ahora abrazan los británicos sí que hará las delicias de los amantes del lado stoner de la fuerza. Elevando plegarias al riff como arma de destrucción masiva, Mudbath utilizan tan insigne recurso más como un martillo pilón que blandir contra nuestras cabezas que como mantra de iniciación al viaje astral, lo que unido a la pútrida voz de Félix hacen de temas como Loserwood himnos perfectos para una sesión de sodomía. En Mudjahideen la tortura se conjuga con unos solos maravillosos, revelándonos que podemos disfrutar de una colonoscopia salvaje si tenemos un buen porro entre las manos. Cierra el festival Smells Like Teen Cunt (título soberbio donde los haya), de nuevo con un riff invocado para pulverizar órganos internos y que exhibe a partes iguales el amor que el quinteto tiene tanto por la vertiente cafre como por la rockera que operan en el sludge/doom.


Resumiendo estamos ante una fantástica carta de presentación para una banda a seguir muy de cerca en el futuro. Tan sólo tres temas necesitan Mudbath para demostrarnos que tienen dominado al dedillo los entresijos del género, dejándonos con su Red Desert Orgy llenos de ganas por escuchar su siguiente acto de abrasividad tectónica. 

viernes, 14 de septiembre de 2012

EAGLE TWIN - The Feather Tipped The Serpent's Scale (2012)



Puedes escuchar el disco a través de la web 3voor12. PINCHA AQUÍ.

Con muchas expectativas se esperaba el segundo disco de los estadounidenses Eagle Twin tras su tremebundo debut The Unkindness Of Crows (2009, Southern Lord Records), un poderoso y plúmbeo ejercicio de sludge/doom que recibió los parabienes tanto de la crítica como del público adscritos al género. Tirando de su particular y oscura visión del mismo, el dúo de Utah compuesto por Tyler Smith (batería) y Gentry Densley (guitarra, voz) creó un disco conceptual en toda regla que narraba la batalla perdida de unos cuervos contra el mismísimo Sol, intercalando no pocas referencias a la Biblia y su mito de la creación. Un año después nos obsequiaron con un jugoso split junto a los británicos Pombagira (2010, Mordgrimm), así como diversas giras acompañando a bandas como Pelican, Tombs, Gaza o Sunn O))) y tocando en festivales de referencia como el Roadburn en 2010, el Super Sonic de ese mismo año o más recientemente en el The Power Of The Riff angelino. The Feather Tipped The Serpent's Scale (2012, Southern Lord) es no sólo el disco que viene a confirmar las enormes sensaciones de su debut, sino la constatación de que tenemos disfrute y banda para rato...



Y es que en líneas generales podemos hablar de que The Feather Tipped The Serpent's Scale es incluso mejor álbum que The Unkidness Of Crows, principalmente por unas composiciones mucho más focalizadas y maduras que nos muestran a una banda que ha descubierto exactamente lo que quiere. Con la seguridad y claridad de conceptos como base los de Utah han podido dejar a un lado esa experimentación iniciática de la que hacían gala para potenciar su personalísima amalgama de doom, sludge, stoner y rock progresivo tan identificable para el oído aguzado en estos parajes sonoros. A pesar de tocar géneros con diversos y evidentes lazos de unión, la manera en que Eagle Twin los atraviesan transversalmente es de lo más personal y efectiva, añadiendo por el camino una ambientación densa y oscura que es marca de la casa y que potencia esa sensación de sofocante trascendentalismo que ya vivimos en su debut. Siguiendo la narración de aquélThe Feather Tipped The Serpent's Scale nos habla de la caída a la Tierra de los cuervos carbonizados y convertidos ahora en serpientes negras, volviendo a hacer símiles bíblicos en lo tocante a la raíz del mal y la historia del primer asesinato acometido por Caín (según algunas tradiciones judías no era hermano de sangre de Abel y sí hijo de la mismísima serpiente que embaucó a Adán y Eva). Las densidades que Eagle Twin consiguen alcanzar en el álbum son asombrosas, mucho más teniendo en cuenta que nos encontramos ante un combo de batería-guitarra, lo que no es obstáculo para desplegar un trabajo cargado de sonoridades sinuosas y con no pocos matices serpenteando soterrados tras la muralla de sonido que le da cuerpo. Gran ejemplo de ello es la inicial The Ballad Of Job Cain (estructurada en dos actos que juntos alcanzan los 18 minutos de duración), un leviatán armado de riffs basculando entre el poderío tectónico y la cadencia sabbathica, una percusión de otro planeta a cargo de ese genio barbudo que es Tyler Smith, la exhibición vocal del no menos barbudo Gentry Densley (capaz de cantar, gruñir, raspar e imitar cánticos tibetanos por el mismo precio) y una estructura compositiva que se mueve entre la ominosa seducción y el puñetazo de un gigante de leyenda. Cortes como Lorca (Adan) o Horn Snake Horn nos muestran a unos Eagle Twin hundidos en la brea y empapados de blues, dos joyas de languidez introspectiva que se lamen las heridas mientras se enroscan sobre sí mismas, y que lejos de suponer el descanso del guerrero son la recreación en el propio dolor de la refriega. Por el contrario tanto Snake Hymn como Epilogue: Crow's Theology son la exhibición del músculo hipertrofiado del dúo, odas a la vigorexia guitarrera que devienen en auténticos himnos de sludge/doom capaces de licuarte los huesos por la mera presión que imprimen sus mamporros, y que te harán sonreír como un demente desde el ala de traumatología del hospital. Pocas o ninguna pega le puedo poner a un álbum que sin moverse ni un ápice de las leyes constituyentes de los géneros a los que se adscribe es capaz al mismo tiempo de sonar tan personal y diferenciado del resto de referencias, y que por el camino nos regala uno de los trabajos más poderosos e hipnóticos del año.


Si The Unkidness Of Crows les coronó como una de las grandes promesas del sludge/doom,  The Feather Tipped The Serpent's Scale les aúpa como merecidos referentes de un género donde últimamente no es que se regalen las victorias precisamente. Trascendentales, evocadores y con una creatividad asombrosa, Eagle Twin han venido para quedarse.





jueves, 30 de agosto de 2012

NUEVAS BANDAS: EVILHORSE - Cabeza De Vaca (2012)




Muy grata sorpresa me he llevado con este disco, que aparte de revelación demuestra el buen estado de forma del metal underground estatal y concretamente del proveniente de la ciudad de Barcelona. Antaño conocida por su buen clima, oferta cultural y la mayor concentración de gafapastismo por metro cuadrado a este lado de la Vía Láctea, parece que la Ciudad Condal ha degenerado en un gigantesco y hediondo pantano repleto de maldad, nihilismo y adoradores de Satanás habida cuenta de la constante aparición de bandas adscritas al sludge y al doom más heréticos imaginables. Warchetype, Tort o Lords Of Bukkake son algunos ejemplos de la mugre y el dolor que palpita bajo los transitados adoquines de la capital catalana, familia a la que vienen a unirse Evilhorse, trío compuesto por Enric (batería), Joan (bajo) y Carlos (guitarra, voces) y que con Cabeza De Vaca editan su primer trabajo de estudio a través de los sellos estatales Discos Macarras y Odio Sonoro, el francés Le Crepuscule Du Soir y el canadiense Parkour Zombies Rec. El EP está inspirado en las vivencias del explorador y conquistador español Álvar Nuñez (Cabeza De Vaca era su apodo) en los tiempos del descubrimiento de América. Un señor que destacó por su crueldad a pesar de que la media de sadismo y falta de escrúpulos de sus compañeros era casi insuperable, tanto que tuvo que regresar a España para ser juzgado por sus abusos de poder.




Cuando uno oye las palabras sludge/doom y Barcelona generalmente sabe a lo que atenerse: sonidos pantanosos, cadencias plomizas y bien de mugre facturadas a un nivel generalmente por encima de la media. Evilhorse no son una excepción a la regla pero contienen ciertos matices que los diferencian ligeramente de sus compañeros de viaje. El principal es el soterrado pero palpable papel que la psicodelia interpreta en el EP, aunque siempre subordinado al protagonismo de unos riffs gordos como pelotas de elefante. Interesado en sofocar y envolver al oyente en una evocadora presa, Cabeza De Vaca se centra más en recrear el ambiente de sordidez, desolación y pérdida de moral y valores de los conquistadores que en sus vivencias explícitas, y os aseguro que esa misión la consiguen con creces, pues el nivel de densidad pétrea y oscuridad de los 3 temas y 30 minutos que lo componen son todo un viaje al interior de la desesperación humana. Con una sección rítmica contundente e indestructible, unos riffs que por momentos alcanzan la excelencia tectónica y la iracunda y cazallera voz de Carlos poniéndole la guinda al pastel, Evilhorse actúan como una bestia salida de nuestras peores pesadillas para recordarnos cuán bajo podemos llegar a caer. Cortes como Awake o Cabeza De Vaca son puro sludge de cinco estrellas pero condimentado con esos ramalazos psicodélicos de los que hablaba y que aumentan el poderío evocador de las composiciones, tanto que lo que más he echado en falta en el álbum es una mayor profundización en esas líneas, porque el talento y la pericia con la que conjugan ambas herramientas (contundencia y clase) no son moco de pavo. Probablemente el tema que mejor muestre las aptitudes del trío catalán es el final The Path Must Be Walked, un coloso de casi 12 minutos de duración donde se dan la mano unas cadencias hipnóticas, riffs de órdago y una lisergia maligna que alcanza el clímax cuando oyemos un fragmento de la película El Topo del maestro Jodorowsky. Sludge, psicodelia y Jodorowsky, el cóctel ideal para mandar nuestra pobre cordura a tomar por el culo entre heces, sangre y febriles imágenes de dolor y decadencia. Eso es lo que ofrecen de manera magnífica Evilhorse en su presentación oficial, y aunque bien es cierto que en líneas generales no va a sorprender a ningún amante experimentado de bandas como Crowbar, Eyehategod, Electric Wizard o Bongzilla, en su interior late a las claras el potencial para poder ser una banda muy especial. 


Evilhorse pueden estar satisfechos no sólo por haber facturado un genial trabajo de sludge/doom por encima de la norma, sino por hacernos entrever que son capaces de más a base de sodomizar la psicodelia para someterla a sus propios fines. Una banda a seguir muy de cerca...

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viernes, 3 de agosto de 2012

shEver - Rituals (2012)




Continuamos con las sorpresas gratas, de nuevo viajando al lado más oscuro de las evocaciones sonoras. Y esta vez esa sorpresa viene por partida doble, por el lugar de procedencia de la banda que visita mi cubil y por lo (tristemente) raro de su conformación. Y es que shEver es un cuarteto procedente de la neutral Suiza y compuesto exclusivamente por féminas (el nombre de la banda ya lo indica por el juego de palabras con la palabra anglosajona "shiver", traducida como "temblar" en castellano). El origen geográfico de las bandas me la suda bastante, pero me alegra mucho ver que el sector femenino reivindica su lugar dentro de los parajes sonoros por los que un servidor siente predilección, y más teniendo en cuenta que allá donde ellas llevan la voz cantante el resultado suele ser bastante novedoso y especial. Me vienen a la mente, así a bote pronto, grupos geniales como Grayceon o SubRosa, y la verdad que tras escuchar este Rituals podríamos incluir a las suizas como una formación aspirante a entrar en tan selecto grupo. Formadas en 2004, shEver cuenta ya con un nada despreciable bagaje consistente en dos demos, el LP debut Ocean Of Illusions (2007, Autoeditado) y el EP A Dialogue With The Dimensions (2009, Autoeditado), así como participaciones en el prestigioso festival Roadburn de Tilburg o el Doom Shall Rise de Göppingen. Sin embargo Rituals supone un paso adelante para la banda al suponer su debut con un sello discográfico, en este caso el notable Total Rust Records, hogar de formaciones como Botanist, los catalanes Tort o Geist entre otros. Espero que se trate del primer impulso en la carrera de Nadine (bajo, violín, coros), Jessica (guitarra, coros), Alexandra (voz) y Sarah (batería), porque sinceramente su música merece llegar a una audiencia mucho más amplia.



Rituals es un viaje tenebroso, mágico e hipnótico a los fríos bosque suizos, la constatación de que en el país helvético hay mucho más que estaciones de ski, relojes caros y dinero sucio en pulcros bancos. Oscuro y evocador como pocos discos vas a escuchar este año, se trata de un trabajo especial no tanto por los elementos que lo componen (conocidos todos ellos) sino por la proporción y mezcla alquímica con que han sido tratados. Desde el doom al sludge pasando por el post-metal o la guturalidad del death, donde de verdad se llevan el gato al agua las de Zurich es imbuyendo al conjunto de una densa y escalofriante atmósfera capaz de poner los pelos literalmente de punta. Combinando con pericia sobrenatural la mayor de las capacidades devastadoras con un gusto exquisito por las melodías y las ambientaciones, Rituals se muestra como una bestia de colores cambiantes y brillos hipnóticos sin perder por ello la mordiente propia de los peores monstruos de leyenda. Como si metiéramos en una misma saca a Cathedral, My Dying Bride, Cough y Neurosis y la dejáramos a la intemperie en el frío invierno alpino, shEver han invocado una propuesta que no deja lugar a equívocos desde ese comienzo demoledor con Ritual Of Chaos, un corte que se mueve entre los sobrecogedores aullidos y susurros de su primera parte y la tectónica aplastante que va adquiriendo con el metraje, deviniendo en verdadera muralla de sonido en su segunda mitad. Deliria es como una bruja pérfida y juguetona, de nuevo con una Alexandra moviéndose en una gama de registros vocales aterradora que acompaña a un corte majestuoso, con una segunda parte capaz de levantarte del asiento. Je Suis Née, además de ser el tema más corto del disco ("sólo" 7 minutos) es también el más maligno, puro sludge que erige un altar al todopoderoso dios del riff y que sin necesidad de cambiar de estructura ni tempo te pulverizará todos los huesos del cuerpo. Souls Colliding es todo el talento superlativo de estas señoritas filtrado y contenido en 9 minutos de éxtasis malsano, colisionando de manera catártica ambientaciones espectaculares, preciosas voces melódicas y toda la furia del invierno centroeuropeo en un maelstrom de evocaciones ultraterrenas. Un pasote, os lo digo yo. (You Are) The Mirror comienza recordando a los mejores My Dying Bride, toda una cortina de granizo melancólico sobre tu cabeza, para ir mutando en una abominación de doom/sludge devastador en el que incluso hay lugar para cargas en forma de aumento de revoluciones y doble bombo. Y cuando ya te ves sin fuerzas y con el cuerpo dolorido, shEver se apiadan de tu pobre alma con un golpe de gracia balsámico de título Tha He Na Te, una maravilla hipnótica a golpe de riff y percusión con la que te sentirás morir por fin hundiéndote en las profundidades de un lago helado. Cierre apoteósico para un disco diferente, grandioso y en cuyas entrañas late un futuro acojonantemente prometedor.


Rituals demuestra que todavía queda mucho que decir en los vastos páramos del doom metal, y supone otra de las grandiosas sorpresas de este año 2012. Vayan apuntando el nombre de shEver en sus agendas porque o mucho me equivoco o estas señoritas acabarán sentadas en la mesa de los grandes del género. De momento van por muy buen camino, bien lo sabe Satanás...




miércoles, 1 de agosto de 2012

NUEVAS BANDAS: VERDUN - The Cosmic Escape Of Admiral Masuka EP (2012)


Puedes escuchar y descargar gratuitamente el EP a través del Bandcamp de Throatruiner Records (pinchando en Digital Album). PINCHA AQUÍ.

Vamos hoy con otra de sorpresas, y de nuevo procedente de la inagotable cantera francesa. No contento con volarnos la cabeza este año vomitando los impresionantes trabajos de The Great Old Ones, Huata, Love Sex Machine o Cult Of Occult, parece que el país galo todavía se sigue guardando grupos noveles de potencial mayúsculo. Es el caso de Verdun, quinteto de doom/sludge formado en 2010 cuyos integrantes provienen de bandas como Fleshdoll, Grandizer o Raspoutine donde fueron puliendo sus habilidades dentro del campo del hipnotismo devastador hasta decidir dar un nuevo paso en sus carreras. Declarando su amor por titanes como Hawkwind, Black Sabbath, Pentagram, Pagan Altar o Saint Vitus y tras llegar a un acuerdo con el ingeniero Nico Mazzette (Radio Moscow, Karma To Burn, ÖfÖ AM...) para utilizar sus nuevos prototipos de pedaleras, Verdun estaban preparados para mostrar al mundo su personal visión del doom. La calidad de su EP presentación y las fantásticas críticas que han recibido a lo largo y ancho del globo les valen para compartir escenario con luminarias como Electric Wizard, Kylesa, Red Fang o sus compatriotas As We Draw, en el inicio de lo que se antoja una carrera más que fructífera. The Cosmic Escape Of Admiral Masuka se ha editado a través de Head Records (Pneu, ÖfÖ AM, Goodbye Diana...) y en cassette a través de Throatruiner Records (Birds In Row, As We Draw, Huata, Love Sex Machine...). La banda está compuesta por Geraud Jonquet (batería), Florian Celdran (bajo), Cristophe Doux (guitarra), Mathieu Croux (guitarra) y David Sadok (voz, teclados).


Con tres cortes y una duración de más de media hora, casi podríamos considerar a The Cosmic Escape Of Admiral Masuka un LP en toda regla, y una presentación de sobra de las soberbias cualidades compositivas del quinteto galo. En un universo tan saturado y homogéneo (a veces hasta el hastío) como el del sludge/doom, Verdun sorprenden por una propuesta que sin salirse de los cánones del género es capaz de incorporar a esa base inamovible una serie de nuevos elementos y sonoridades que hacen de ellos todo un soplo de aire fresco en la escena.  Si uno sobrevive a los poderosos embates tectónicos de Verdun y su densidad inhumana, podrá tener la oportunidad de afinar el oído y descubrir soterradas dinámicas post-rockeras, melodías de una belleza torturada y una interpretación vocal que por su pasión e intensidad podría ser inscrita en las filas del hardcore más que en las del sludge. Y lo más importante de todo, las atmósferas... Cuando muchas bandas se centran en el aspecto denso y demoledor de los riffs como fin último de sus propuestas, Verdun recuperan la idea original del doom como vehículo hipnótico, como adecuación de la mente a un estado completamente diferente y receptivo a nuevas sensaciones, imposibles de experimentar en nuestro monótono y racional día a día. Donde muchos se postran a los pies de Eyehategod y su rabia nihilista, el quinteto francés opta por ser el reverso tenebroso y plúmbeo de Hawkwind, donde el Universo no es un lugar de maravillosas luces de colores sino un frío páramo de desolación y desesperanza. Tejiendo una desasosegante atmósfera capaz de oscurecer el sol y asfixiar gargantas, Verdun nos sumergen en un estado de trance a través del cual seguir la desesperada huida del almirante Masuka de un mundo asolado por un cataclismo nuclear. Y como el protagonista, nos veremos sumidos en la desesperación, atenazados por el miedo de abandonar nuestro plano astral en busca de la salvación. Mantras a ritmo de riffs ultramundanos, cabalgadas capaces de hacerte mover el cuello como un poseso, furibundos gritos procedentes de otros planos de existencia y una envolvente oscuridad sonora son las armas con las que Verdun se preparan para huir de este mundo condenado, y por Satán que no se me ocurre mejor compañía de viaje en este apocalíptico año de 2012.


The Cosmic Escape Of Admiral Masuka es una de las más gratas sorpresas de este año, y coloca a Verdun como una formación con muchísimo que aportar a un género, el del sludge/doom, necesitado de soplos de aire fresco como el que abandera el quinteto galo. Aunque ese soplo sea capaz de enviarte a morir al espacio exterior...







lunes, 23 de julio de 2012

SONS OF OTIS - Seismic (2012)



Puedes escuchar el disco completo a través del Bandcamp de Small Stone Recordings. PINCHA AQUÍ.

Si existe una banda en el planeta cuyo sonido se pueda calificar de inconfundible esa es Sons Of Otis. Con dos décadas de carrera a sus espaldas, el trío de Toronto formado actualmente por Ken Baluke (guitarra, voz), Frank Sargeant (bajo) y Ryan Aubin (batería) ha llevado al extremo unas enseñanzas que parten del stoner/doom de los seminales Sleep junto al cuelgue espacial de los primeros Monster Magnet para devenir en una propuesta que les ha situado en una posición donde no tienen cabida las medias tintas. O les amas o les odias. Como los mejores. Sobreponiéndose a continuos cambios de batería y quiebras de sellos, nos presentan Seismic (2012, Small Stone Recordings), su sexto álbum de estudio y el tercero desde que firmaran con la discográfica stoner por excelencia en el que demuestran que sus jams cósmicas no necesitan de cambios ni revoluciones para seguir aplastando huesos y expandiendo mentes.


Que a nadie le lleve a equivocaciones la portada del nuevo trabajo de los canadienses porque no estamos ante un trabajo de stoner-rock centrado en coches y mujeres. Sons Of Otis siguen habitando cómodamente en el interior de un agujero negro rodeados de pliegues espacio-temporales y colosales fuerzas gravitacionales desde las que nos envían periódicamente incontestables ejercicios de demolición lisérgica para mayor deleite de nuestros derretidos cerebros. Sin necesidad de moverse un ápice de una propuesta firmemente fusionada a su ADN el trío ha vuelto a facturar un trabajo soberbio que se sigue desplegando en esas coordenadas que tan sólo ellos conocen y el resto de mortales no están preparados para habitar so pena de morir aplastados.  No voy a comparar Seismic con sus anteriores trabajos porque me parece un trabajo inútil dada la calidad y compactación de su discografía. Desde los soberbios e iniciáticos Spacejumbofudge (1996, Hypnotic) y Temple Ball (1999, Man's Ruin Records) al titánico cuelgue de X (2005, Small Stone Recordings), la carrera de Sons Of Otis es la demostración de que, al igual que Lobezno, estos tíos son los mejores en lo que hacen. Otra cosa es que lo que hagan sea algo tan monstruoso quedar atrapado en una colisión entre planetas... Lo que sí se puede asegurar es que el nuevo trabajo de los voceros del Universo les muestra en un estado de forma acojonante, facturando 7 cortes de leyenda donde a nada que uno sobreviva a la experiencia y agudice los pabellones auditivos puede captar las diferentes armas con que nos han subyugado a lo largo de su travesía artística. El comienzo gargantuesco que supone Far From Fine es como recibir un puñetazo en la cara del mismísimo Galactus, con la voz de Ken Baluke (inconfundible con esos efectos de eco marca de la casa) gritándonos con regusto a porros cargados la primera y grandiosa revelación: Here I Go Again/Nothing's Gonna Change. Toda una declaración de intenciones que se verifica a lo largo del disco, y que nos muestra a una banda que es ama y señora de unos dominios que no tiene ninguna intención de abandonar. Lessons continúa la senda del corte inicial, composiciones contundentes que representan la densa, oscura y lisérgica visión que Sons Of Otis tienen del blues, y en la que Baluke demuestra que además de parir riffs gordos como cabezas de enano también puede arder con el fuego de un Hendrix enamorado de Carl Sagan y los porros. Pk y Alone nos retrotraen a los tiempos de X, cuando la banda nos hizo puré a base de tempos ultralentos, riffs aterradoramente gruesos y evocaciones surgidas de las indescifrables entrañas del cosmos. Guilt compacta de manera soberbia las virtudes del trío, lo lejos que han llegado en su amor por la tectónica y el pulido de un trono que actualmente se sitúa entre el que ostentan los italianos Ufomammut y los fumetas Bongzilla. La sonrisa y el gozo extasiado llegan con Never In My Life, la versión que se cascan del clásico de Mountain (ya les versionearon anteriormente en Temple Ball, concretamente la canción Mississippi Queen) y al que le insuflan toneladas de personalidad para dotar al tema de una densidad y alma space-rockera geniales. Termina Seismic con la ultramundana Space Jam, que haciendo honor a su nombre nos muestra la vertiente más rockera y libre de los de Toronto, y donde la sección rítmica se quita su traje de diplodocus para abrazar una interpretación llena de gusto refinado y versatilidad, de nuevo con Baluke haciendo un trabajo espectacular a las seis cuerdas.


Puede que nunca reciban el reconocimiento que merecen, pero Sons Of Otis vuelven a demostrar que pocas bandas pueden alardear de una discografía tan maravillosa como la suya y de una propuesta tan personal e intransferible. Seismic es otra victoria incontestable para el trío y la constatación de que tampoco en el vasto Universo hay ley más poderosa que la del riff.


lunes, 16 de julio de 2012

TITAN - Burn (2012)


Puedes escuchar y descargar gratis (o pagar si así lo deseas) el disco a través del Bandcamp de Hypaethral Records. PINCHA AQUÍ.

Menuda sorpresa la que me llevé la semana pasada con esta banda canadiense. A pesar de conocer su estupendo EP Colossus (2009, React With Protest/Feast Or Famine Recordings) que les colocó como una formación con un futuro más que prometedor, no me esperaba un salto de calidad tan grande en su debut en formato LP. Aún con el buen sabor de boca que me dejaron tras el corto pero intenso concierto que se dieron en la sala IBU HOTS de mi ciudad (Vitoria-Gasteiz) el Miércoles pasado, decidí correr a mi casa y pinchar el recién adquirido Burn (2012, Hypaethral Records/React With Protest). Y señores, vaya gozada. No me extraña que Titan se lanzara a una aventurera (dada su condición de novatos) gira europea de presentación, porque sinceramente el disco que ha parido el quinteto merece, y mucho, ese esfuerzo. Editado (además de en CD) en un exquisito doble vinilo, masterizado por el gran Colin Marston (Krallice, Behold...The Arctopus, Dysrhythmia...) y con unas colaboraciones de auténtico lujo, estamos ante un álbum que además de sus innegables cualidades musicales demuestra que Titan se toma su carrera muy en serio.


No es para menos, ya que tratar Burn a la ligera sería un pecado habida cuenta de la calidad inmensa que atesora. Sin necesidad de moverse un ápice de su propuesta, Titan han volcado todos sus esfuerzos en pulir, refinar y potenciar su oscura amalgama de hardcore y post-metal hasta convertirla en una criatura a la altura del nombre de sus padres. Estamos ante un gigante en el que la agresividad y la épica le ganan la partida a la pesadez mayúscula de la que hacían gala en sus dos EP's anteriores (no es casualidad que el título de su anterior trabajo fuera Colossus y éste se llame Burn...), todo un acierto que por el camino permite desplegar las ingentes cantidades de energía que dormían en el interior de estos tíos. Mamando el hardcore de sus legendarios compatriotas Cursed al mismo tiempo que el post-metal de Isis y los Neurosis noventeros, Titan destacan por unas murallas sonoras de órdago, melodías guitarreras cargadas de épica apocalíptica y un James que se desgañita con una ferocidad inusitada adaptando textos de gente nada obvia como Vladimir Smerdiakov, Augustus Psalmanazar o Ellis Bland-Strange, y que dan forma a una obra que sin ser política sí es todo un llamamiento a encender ese fuego que late en el interior de todos nosotros esperando a que le liberemos de las cadenas del conformismo y la mediocridad de nuestra sociedad. Sin necesidad de guardarse sus mejores cartas para el final, Titan abren la función con uno de los grandes cortes del disco, siendo Feast embajadora perfecta de las cualidades del quinteto a golpe de épica desaforada, abrasividad cual lija del 10 y una interpretación vocal capaz de volarte la cabeza tirando de pasión y mala hostia. Al poco llega una de las primeras y grandiosas sorpresas, la aparición en Myopic de la voz del grandérrimo Chris Colohan (ex-vocalista de Cursed y actualmente en los hardcore/rockers Burning Love), que dispara la agresividad del tema hasta cotas de auténtica declaración de guerra. La siguiente sorpresa llega con Telepaths, una bestia descomunal que mezcla ambientaciones oscuras, el golpear del doom y la mala baba del sludge gracias a la participación de Bryan de los drone-doom-noiseros Gates y Tyler Semrick-Palmater de los reverenciados Mare, moldeando otro de los puntos álgidos del álbum y uno de los cortes más malignos que he escuchado este año. Esa conexión con el sludge se hace también evidente en composiciones como Warmer Months, capaz de arrancarte la piel a tiras, masticarla y escupírtela en tu cara sanguinolenta. A pesar de la hora que dura el álbum el quinteto es capaz de mantener la atención del oyente sin abrasar sus centros nerviosos, algo a lo que ayuda el buen gusto y la sabia inclusión de pinceladas de bello minimalismo como en la intro instrumental Corrupt o en el corte-puente Vitiate, que da paso a la canción que cierra el disco y que es mi preferida sin lugar a dudas. Hablo de The Fire Sculptures, una auténtica pasada de canción capaz de reventar los medidores de intensidad con unas guitarras que te llevan en volandas a uno de los finales más épicos de la temporada y un James simplemente ultramundano cantando los versos de un graffitti anónimo. Imposible que no se te ericen los pelos del cuerpo cuando el tema explota y el vocalista grita "the things we have built are so excellent to destroy/destroy it all/restore it all/destroy it all/restore it all". Un cierre apoteósico para un disco que demuestra que no es necesario inventar nada para parir un trabajo soberbio, siempre que se tenga el talento y la pasión necesaria para tal empresa.


Burn es lo que ocurre cuando la abrasividad del sludge, la agresión del hardcore y la capacidad evocadora del post-metal unen fuerzas para saludar al fin del mundo, aupando de paso a Titan ya no como una promesa sino como una poderosa entidad comiéndose el presente. Uno de los grandes debuts de 2012.