Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 4 de octubre de 2012

FALLING DOWN IIV (2012)



Que en el underground musical lo que prima son la ilusión, las ganas y la pasión por encima del sucio dinero es algo de sobra conocido, y no sólo por englobar géneros de muy difícil acogida masiva por parte del público. No, hay una filosofía de trasfondo que nos habla de la búsqueda de un sendero propio e independiente que no responda a ninguna presión más allá de la que ejerce la imaginación y el talento por salir a flote. Aún así de vez en cuando aparecen proyectos que nos sorprenden por su osadía, caso del recopilatorio que traigo hoy a mi humilde morada. Falling Down IIV es el tercero de una serie de recopilatorios creados por una pareja de franceses a los que como mínimo debo tildar de locos. Atreverse en los tiempos que corren a editar en un lujoso formato físico (y de manera completamente independiente) temas inéditos de bandas de primer nivel dentro del metal underground y pretender que la cosa llegue a buen puerto es cuanto menos descabellado. Ya sólo en el aspecto meramente técnico y de confección del mismo la tarea ha tenido que ser titánica: contactar y convencer a las bandas para ceder dichos temas, la edición del recopilatorio (acojonante), el artwork (aún más acojonante) e intentar no arruinarte por el camino son sólo algunos de los aspectos que los creadores de Falling Down llevan sorteando desde que en 2008 apareciera el primer volumen con temas inéditos de Kylesa, Ufomammut, The Ocean, Year Of No Light, Jucifer y Ommega Massif entre otros (hasta un total de 40 bandas!). En 2010 apareció el segundo volumen, y además de conseguir que repitieran muchas de esas bandas, añadieron material sin publicar de otras como Kongh, Farflung, Mumakil o Across Tundras. No contentos con ello regresaron a mediados de este año con Falling Down IIV, de nuevo con una oferta irresistible en la que participan grupazos (20 bandas de 11 países diferentes) del calibre de Hopewell, Year Of No Light, Mars Red Sky, Julie Christmas, Terra Tenebrosa, Rorcal, Mouth Of The Architect o Ayahuasca Dark Trip. Y si eres de los afortunados que pudiste hacerte con la Endless Edition (ya agotada), podrías haber disfrutado de un CD y un DVD extras a los que se sumaban Pelican, Stoned Jesus, The Great Old Ones o Zatokrev más directos exclusivos de Ufomammut, Ocoai o Amen Ra. Casi nada!



Entrando en materia y centrando la mirada en lo estrictamente musical, lo primero que sorprende es el gusto y conocimiento exquisitos con que se ha estructurado el recopilatorio. Y no es sólo que los temas sean espectaculares (¿por qué los escondían de nuestros oídos?!!), sino que el orden en que están colocados hace que las casi dos horas y media que contienen los dos discos fluyan con una naturalidad asombrosa, sin altibajos ni cambios bruscos entre propuestas. Sólo os diré que he sido capaz de disfrutar ambas partes de una tacada varias veces, sin perder la atención ni saltarme ningún corte. Aquí todos aportan, y de qué manera. La compilación comienza pillándote a contrapié con la ultravitaminada y muy funky This Is This de los psicodélicos Hopewell, un temón para morir en la pista de baile bajo los efectos de un coktail de peyote y anfetaminas. Tras la sorpresa inicial nos adentramos en las entrañas del primer CD, que se apoya en las propuestas más progresivas y sugerentes, comenzando por la maravillosa colaboración entre Year Of No Light y Mars Red Sky. Green Rune With Totem es un corte ciclópeo lleno de pasajes etéreos salpicados por explosiones de vulcanismo ruidista y guitarreos plúmbeos que incluso hacen guiños a una épica soterrada pero palpable en el latir de cada nota. Los estadounidenses Ocoai demuestran que lo conseguido con el tremendo Breatherman (2008, Missing Words Records) no fue la suerte del principiante, y Mère De La Lumière Du Matin les reafirma como todo un valor de futuro merced a una propuesta que conjuga la pesadez del sludge con desarrollos y sonoridades propias de los mejores Pink Floyd. En Apollo Creed los hippies de The Flying Eyes nos convencen entre psicodelia, sonoridades orientales y trascendentalismo que no han compartido escenario con Jeff Beck y Hawkwind por su cara bonita, reivindicándose también como otra banda muy a tener en cuenta en el futuro (el año pasado ya avisaron muy seriamente con el estupendo Done So Wrong). El dúo italiano Vanessa Van Basten (nada que ver con el genial delantero holandés) nos deleitan en Got To Stay con su sonido marca de la casa, pura ensoñación que se mueve entre el post-rock y el minimalismo más bello. Los también italianos Dyskinesia dejan de lado su rostro más ruidista y agresivo (aquel que nos golpeó en el genial Dalla Nascita del año pasado) en Tra I Ghiacci pero sin perder esa mordiente que hace de ellos una de las bandas más inquietas, sorprendentes y oscuras del planeta. Para todos los que no los conozcáis, podéis descargar su último disco a través de la página del estupendo sello digital Frohike Records. Con Planning For Burial despertamos de la ensoñación entre sábanas de lija, y es que Friendship nos manda de una patada en el culo a postrarnos ante el proyecto de este neoyorquino capaz de subyugar en una misma propuesta los universos del post-metal, el drone, el noise, el shoegaze e incluso el black metal. Aidan Baker de Nadja nos rescata del colapso nervioso con una instrumental para recuperar el resuello y encarar el final del disco. Falta hace cuando acto seguido llega esa diosa llamada Julie Christmas con su noise rock desquiciado muy deudor de su anterior banda, los nunca suficientemente reverenciados Made Out Of Babies (además de haber formado parte de la superbanda Battle Of Mice y actualmente estar inmersa en la no menos "super" Spylacopa junto a gente de The Dillinger Escape Plan, Candiria e Isis). Cierran el primer disco los post-rockers británicos The Winchester Club (con Harry Armstrong de los geniales End Of Level Boss en sus filas), un corte bellísimo y que hará las delicias de los fans de Godspeed You! Black Emperor.





En el segundo CD viajamos al lado más oscuro, plúmbeo y desgarrador del underground, ese que nos obliga a apretar los puños y enseñar los dientes aunque sin desdeñar los viajes astrales a los rincones más insondables del cosmos. Y es que cuando la cosa arranca con ese esputo cargado de odio hardcore que es Syntax Error de los escoceses Black Sun, uno sólo puede agarrarse los machos y esforzarse por no perder los dientes. Yo los tenía por una banda de sludge/doom, pero aquí se cascan un himno furibundo que me levantó de la silla de un guantazo. Sin tiempo para recuperarnos llegan los suizos Rorcal para recordarnos por qué son considerados uno de los grupos más oscuros e intensos del planeta. Si Heliogabalus (2010, Cal Of Ror Records) te pareció una obra maestra similar a un enorme taladro roñoso en el centro de tu alma, Világvége V hará que te corras del gusto entre espasmos de dolor y muerte. Si no los conoces (y deberías), puedes acceder a su discografía gratuitamente a través de su página web. De dolor, muerte y decadencia también saben un rato los suecos Terra Tenebrosa, con ex-miembros de los legendarios Breach en sus filas y que colaron su debut The Tunnels (2011, Trust No One Recordings) en muchas de las listas de lo mejor del año, incluida la mía. Escuchando Apokatastasis uno se sorprende de que no estuviera incluida en el LP, porque es todo un puto temón que me recordó por su poderío al Stones From The Sky de Neurosis, aunque imbuido de un amor especial por Godflesh. Desde Bayona nos llegan los todopoderosos Monarch! para alzar bien alta la bandera del doom, y os aseguro que Daggvrs se gasta unos riffs capaces de romperle la mandíbula al mismísimo Hulk. Con la guitarra tremebunda de Shiran Kaidine (Year Of No Light), el golpeo inmisericorde de Rob Shaffer (Dark Castle, ex-YOB) y los gritos maníacos Emilie Bresson (completa la alineación MicHell Bidegain al bajo), el cuarteto es una máquina salida del Infierno para pulverizarte todos los huesos del cuerpo. Tras la paliza llega Syndrome, el proyecto personal de Mathieu Vandekerckhove de los grandiosos Amenra. Now And Forever (la versión inédita y ceñida a un metraje "manejable", la original dura media hora) es capaz de ponerte los pelos de punta con su oscurísima mezcla de minimalismo, post-rock y drone, contando además con la participación de Colin H. van Eeckhout (voces) de Amenra y Josh Graham (piano y Moog) de Neurosis. Un pasote. La psicodelia cósmica de tintes orientales llega de la mano de los geniales Ayahuasca Dark Trip, que haciendo honor a su nombre nos regalan en Manantial todo un viaje hacia el lado oscuro del trascendentalismo hindú. Una vez vuelto del mismo uno entiende el considerable revuelo que han montado con tan sólo un LP y un EP entre la parroquia más fumeta. Siguiendo la senda de la tectónica entran en tromba los ucranianos Ethereal Riffian. Mars Of Spiritu (Rise Of Sheol) corrobora las grandes sensaciones de su EP debut Shaman´s Visions (2011, Autoeditado), una de las gratas sorpresas del año pasado merced a su brillante continuación del legado de los seminales Sleep. El corte es una marcha marcial de densidades cósmicas y efluvios cannábicos capaz de dejarte en un trance insalvable, pero que a la que te descuidas te suelta unos sopapos de órdago. Una banda muy a tener en cuenta, y en cuyo universo os animo a entrar a través de su Bandcamp. La psicodelia y el space-rock asoman la cabeza con los galeses Sendelica. Nunca he sido muy fan de su propuesta (me falta algo en sus discos, tal vez un poco más de energía), pero estoy seguro que los fans acérrimos del género sabrán valorar mejor que yo un corte como Ingrid Cold (el remix editado). Los rusos Vespero ya son otro cantar, pues no sólo se trata de la mejor banda de su país, sino uno de los grupos de space-rock más grandes de todo el puto planeta. Desquicie cósmico, energía desbordante y un dinamismo imparable que en Flight Of The Lieutenant nos retrotraen a hace dos añitos cuando nos dejaron el culo roto con el magistral By The Waters Of Tomorrow (2010, RAIG). Y para cerrar el disco qué mejor que hacerlo a lo grande con Mouth Of The Architect, que tras el viaje espacial nos lanzan contra el suelo con el post-metal de How This Will End. Colofón perfecto para una de las maratones sonoras más maravillosas a las que puedas acceder hoy día.




Falling Down IIV es un recopilatorio alucinante, una joya facturada con un gusto exquisito y que abraza con sus tentáculos buena parte de la grandeza musical de nuestros tiempos. La mayor bofetada y contestación a aquellos que dicen que ya no se hace música como antes. Ignorantes. 

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