Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 31 de diciembre de 2009

BLUT AUS NORD - Memoria Vetusta II Dialogue With The Stars (2009)


Tracklist:
  1. Acceptance (Aske)
  2. Disciple's Libration (Lost In The Nine Worlds)
  3. The Cosmic Echoes Of Non-Matter (The Immaterial Voices Of The Fathers)
  4. Translucent Body Of Air (Sutta Anapanasati)
  5. Antithesis Of The Flesh (And Then Arises A New Essence)
  6. Meditant (Dialogue With The Stars)
  7. The Alcove Of Angels (Vipassana)
  8. The Formless Sphere (Beyond The Reason)
  9. Elevation
Otro disco que había pasado de largo, y que definitivamente me va a obligar a hacer una lista completamente nueva de lo mejor de este año. También es un recordatorio de que a día de hoy, las bandas de black metal francesas no tienen rival en ningún rincón del planeta. Ni la furia noruega ni la experimentación norteamericana le llegan a la suela de los zapatos a formaciones del calibre de Deathspell Omega, Peste Noire, Hell Militia o The Black Legions. Si a ello le sumamos grupazos de otros géneros metálicos como Amesoeurs, Alcest, Gojira o Gorod, tenemos que el país de los croissants es probablemente la mayor potencia metálica del mundo. Así de clarito. Y en estas que llega el nuevo disco de Blut Aus Nord, la banda que en 2003 redefinió el black metal con su enorme The Work Which Transforms God gracias a su mezcla de oscura rabia, atmósferas exquisitas y melodías arrebatadoras. Todo ello gracias al genio de Vindsval, cantante, guitarra y principal compositor, y una de las mentes creativas más gigantescas que ha dado la música moderna. Porque lo que sale de la cabeza de este señor no está al alcance de cualquiera, y con este Memoria Vetusta II Dialogue With The Stars ha vuelto a conseguir una nueva obra maestra, probablemente la mayor de su carrera, cosa que muchos aventurábamos imposible. Puede que con The Work Which Transforms God elevara el avant-garde a los cielos (algo de lo que se aprovecharon formaciones como Akercocke o Arcturus), pero es que con este nuevo trabajo han llevado a cabo algo tan grande que directamente se salen de cualquier posible etiquetado. Y dudo que suponga un antes y un después o creen escuela, por la simple razón de que esto es imposible de imitar. Cualquier otro músico que no fuera Vindsval acabaría volviéndose loco. Centrándonos en la música, lo que contiene este Memoria Vetusta II... es un compendio de las diferentes fases por las que ha pasado la banda. Todas sus facetas, desde la más rabiosa de la primera parte de Memoria Vetusta (1996), los oscuros ambientes de Ultima Thulee, pasando por las melodías de MORT. También está presente el viaje que hicieron a las raíces del black con su anterior Odinist, aunque incorporadas en su justa medida dentro del monumental conjunto global que se llama Blut Aus Nord. Los arreglos de cuerda y las melodías de temas como Antithesis Of The Flesh, Elevation o Meditant son simplemente perfectos, y de una exquisitez que puede transportarte al mismísimo cielo (aunque esto no sea muy blacker,jeje). También hay arranques de mala hostia, cosa que se puede comprobar en el inicio de Disciple's Libration o The Cosmic Echoes Of Non-Matter. Del mismo modo, hay que destacar los sonidos orientales que Vindsval le arranca a su guitarra, y que junto a los teclados dotan al álbum de una grandiosidad difícilmente alcanzable por cualquier otra banda. El único punto flaco que le veo a este trabajo es el aspecto vocal. Yo soy un gran fan de las voces blackmetaleras y su putridez como el que más, pero hay contextos en los que no entran ni con calzador. Y al igual que Blut Aus Nord se salen del black mas ortodoxo introduciendo melodías, teclados, arreglos de cuerda para darle mayor versatilidad a sus temas, lo mismo deberían hacer con las voces, que son otro instrumento más. Esto no desdentona en los pasajes más furiosos, pero en los atmosféricos le hace fruncir el ceño a uno. Vamos, sería como meter blastbeats de batería en un tema de Radiohead. Aún así, es tan grande la calidad de este disco, que ni siquiera eso priva al oyente de una de las experiencias más mágicas que uno puede escuchar hoy día.

Una obra maestra de un grupo que sigue agrandando su status como verdadero torrente creador dentro del metal moderno. Esencial.

Nota: 9,75/10



miércoles, 30 de diciembre de 2009

SLOUGH FEG - Ape Uprising (2009)


Tracklist:
  1. The Hunchback Of Notre Doom
  2. Overborn
  3. Ape Uprising
  4. Simian Manifesto
  5. Shakedown At The Six
  6. White Cousin
  7. Ape Outro
  8. Nasty Hero
Este tipo de discos me hacen feliz. Muy feliz. Me recuerdan por qué he estado enamorado de esta música desde que tengo uso de razón. Antes del sexo, de las ideas políticas, de las juergas salvajes, de las responsabilidades... Antes de eso, ya movía la cabeza como un descosido cuando en mi walkman (que invento tan entrañable...) sonaban Metallica o Iron Maiden. Aquella era una sensación increíble, un acelerón de adrenalina que te dejaba sin resuello. Con la edad uno va perdiendo la capacidad de sorpresa (desgraciadamente), al menos a ese nivel, aunque bien es cierto que gana en experiencia y recursos y gracias a ello puede descubrir y apreciar una gama de estilos mucho mayor. El caso es que a pesar de todo, de vez en cuando aparece algún disco que te retrotrae a aquellos tiempos, o al menos te hace recordarlos, e inevitablemente uno sonríe y se emociona. Son discos que en los tiempos que corren no suponen ninguna innovación, pero que respiran tanta frescura y actitud que te llegan dentro, por encima de conceptos como técnica, progresiones o propuestas intelectuales. Y frescura y actitud es lo que de sobra tienen Slough Feg. Este Up Uprising es el séptimo disco de una de las bandas más injustamente infravaloradas del panorama metálico norteamericano. Veinte años de carrera en el que han dejado una impronta musical que aunque no es novedosa, si han conseguido imprimirla de un carácter tan personal que al escuchar cualquier canción suya uno reconoce a la primera su código genético.

En la coctelera de Slough Feg vamos a encontrar stoner, doom, pero sobre todo un profundo amor por el hard'n'heavy de los 70. La impronta de Iron Maiden está muy presente, pero también las de sus dos grandes influencias, Black Sabbath y Thin Lizzy. Comienza el disco con la sorpresiva The Hunchback Of Notre Doom. Un increíble temazo de doom clásico, raro en la banda, pero que cuando entra la increíble y personalísima voz de Mike Scalzi ya nos indica que sí, que son Slough Feg. Con Overborn o Shakedown At The Six tenemos a los Slough Feg más desatados, y sus duelos guitarrísticos nos recuerdan a los de los grandiosos Brian Robertson y Scott Gorham cuando allá por 1976 deslumbraron al mundo con el Jailbreak. Y es que las guitarras en este disco son simplemente alucinantes. Velocidad, ritmo, solos de vértigo...buf! También presentes están las influencias folkies/celtas de la banda, en cortes como White Cousin o Nasty Hero, otra de sus señas de identidad. Pero la joya de esa corona es el tema que da nombre al disco. Todo un monumento de diez minutos de duración. Aquí los años setenta explotan en tu cara y Thin Lizzy, los Sabbath, Rainbow, Iron Maiden...se condensan en un corte que es simplemente perfecto. Cabalgadas guitarrísticas, la increíble interpretación vocal de Scalzi, momentos de auténtica jam session, y una épica del tamaño de un castillo. Sólo por este tama ya merecería la pena el álbum. Y si va acompañado de canciones también redondísimas como Simian Manifesto o Ape Outro, pues para que se quiere más. Y cuando uno quiere darse cuenta, los 35 minutos de duración del disco (esto no es Tool, señores) han llegado a su fin, obligándonos sin remedio a volver a darle al play.

Una delicia de disco. Fresco, exhuberante y deshinibido. Y un recordatorio, por si era necesario, de que el rock es la cosa más grandiosa que el ser humano haya podido parir jamás.

Nota: 8,75/10


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Y aqui la impresionante Ape Uprising:



martes, 29 de diciembre de 2009

GIANT SQUID - The Ichtyologist (2009)


Tracklist:

  1. Panthalassa
  2. La Brea Tar Pits
  3. Sutterville
  4. Dead Man Slough
  5. Throwing A Donner Party At Sea
  6. Sevengill
  7. Mormon Island
  8. Blue Linckia
  9. Emerald Bay
  10. Rubicon Wall
Buf...que discazo. Y no es que no estuviéramos bajo aviso, porque con su anterior trabajo, Metridium Fields, ya apuntaban muy, pero que muy alto. Algunas dudas generaron el cambio completo de la formación, quedándose solos al frente del Calamar Gigante el líder y compositor Aaron Gregory y el bajista Bryan Beeson. A ellos parece que no les generó ninguna. Trasladados a California, donde Gregory trabaja como buzo del Acuario de la Bahía de San Francisco, sumaron a su proyecto a la genial cellista/vocalista Jackie Perez Gratz (Neurosis, Grayceon, Amber Asylum...) y al batería Chris Lyman (compañero de trabajo de Gregory en el Acuario). Junto a ellos, numerosos músicos de diversas disciplinas fueron también seducidos por la propuesta musical de Gregory, y el monstruo comenzó a mover sus tentáculos.

¿Estamos ante un disco de post-metal? Puede que sí, y por momentos se sitúa en esas coordenadas. Pero The Ichtyologist es mucho, mucho más que un disco de post-metal, o de metal, o de progresivo. Es una entidad aparte, y que haciendo honor a su nombre despliega sus enormes extremidades abrazando numerosas influencias que devora, digiere y convierte en una energía vital personalísima, incluso diría que inimitable. Durante el transcurso de este viaje marino (si, es un álbum conceptual, algo normal viendo el oficio del compositor) nos van a asaltar guitarras de reminiscencias doom, voces árabes, cellos, violines, flautas, oboes, trompetas y hasta un banjo. Por favor, que nadie se asute, que esto no es una bizarrada ni Mike Patton se ha metido a emular a Jackes Cousteau. Por extraño que parezca, todo este eclecticismo e infinidad de sonidos se conjuntan en The Ichtyologist a la perfección en unos temas que nada tienen que ver con una aburrida e infinita jam-session de música masturbatoria. Algo que se debe agradecer no sólo a la increíble personalidada de Aaron Gregory, sino también a la obra de orfebrería que lleva a cabo Matt Bayles en la producción. Otra medalla más para alguien que ha estado tras los controles de obras maestras de bandas tan importantes (y diferentes entre sí) como Isis, Soundgarden, Mastodon, Pearl Jam o Botch. Es un álbum con un equilibrio exquisito entre la pericia instrumental, las progresiones y la capacidad de transmitir emociones, de las que aquí hay todo un torbellino. Si a ello le añadimos la aparición de la maravillosa voz de Anneke Van Giersbergen (ex-The Gathering) en la oscura Sevengill, el orgasmo está casi asegurado. También en estas líneas se mueve La Brea Tar Pits, donde Gregory y Jackie se unen a las voces creando un mantra en el que emergen Neurosis, System Of A Down (la voz de Gregory es muy similar a la de Serj Tankian) y el rock psicodélico de los 70 como si tal cosa. Los temas más rabiosos, en la línea de Phantalassa o Sutterville, sacan el lado más metálico de la banda, con un Chris Lyman demostrando todo su talento. Cualidad que tiene para dar y regalar Jackie Perez, ya que su cello es una de las estrellas durante toda la función. Especialmente en los cortes más alocados, como Throwing A Donner Party At Sea o Dead Man Slough, el instrumento serpentea salvaje a lo largo de todo el metraje, cobrando un protagonismo realmente estelar. Supongo que el ser un disco tan extraño, y la dificultad de movilizar a tantos músicos es una de las razones de que no encontraran discográfica y se vieran obligados a autoproducirlo. O puede (lo más probable), que a estos tíos se la sude, y que este Calamar Gigante sea el producto de la conjunción en el momento y lugar adecuado de muchos amigos con la única pretensión de dar vida a sus inquietudes musicales. Da igual, lo único importante es que gracias a esto podemos disfrutar de una de las obras más especiales que nos puede ofrecer el rock hoy en día. De esas que navegan al margen de portadas, etiquetas o corsés estilísticos.

Una joya llena de innumerables brillos y facetas, que te tendrá fascinado durante toda la escucha, y durante toda una vida.

Nota: 9,25/10


lunes, 28 de diciembre de 2009

ULCERATE - Everything Is Fire (2009)


Tracklist:
  1. Drown Within
  2. We Are Nil
  3. Withered And Obsolete
  4. Caecus
  5. Tyranny
  6. The Earth At Its Knees
  7. Soullessness Embraced
  8. Everything Is Fire
Uno se sienta frente a la pantalla de ordenador, con expresión seria y la mayor de las concentraciones, dispuesto a realizar su lista de lo mejor de 2009. Se estruja la cabeza, intentando dilucidar quién aparecerá, en qué posición, por qué debería hacerlo, etc. Tras varias horas de dilucidar, colgar comentarios y enlaces, sonríe satisfecho por un trabajo bien hecho. Sí señor, ha quedado una lista acojonante, me digo con una mueca mezcla de cansancio y delirio. Me acuesto. Al levantarme, un mail de un colega recomendándome un disco de este año. Me dispongo a escucharlo tranquilo, confiado, pues nada puede trastocar una lista que contiene más arte que el Louvre y la Biblioteca de Alejandría juntos. Ulcerate, se llaman, y hacen Technical-Death Metal. Bah, ni de coña, no hay de que preocuparse, suficiente si me gusta. Me tumbo en la cama, me pongo los cascos y cojo papel y lápiz para garabatear (mi liturgia a la hora de escuchar un disco). Le doy al play...mi mundo explota. Me ahorro las descripciones acerca de la incredulidad, asombro, babeo, extásis y cabreo que siguieron. Tan sólo decir una cosa: este álbum puede ser perfectamente el mejor disco del año sin despeinarse, y entre los diez mejores que he escuchado en toda la década. Porque o mucho me equivoco, o estamos ante uno de esos raros lanzamientos que van a pasar a la historia.

Y es que este segundo trabajo de los neozelandeses Ulcerate es de otro planeta. Suena como nada que uno haya poido oir, y con todas las piezas en su sitio: rabia y mala hostia a raudales, técnica abrasadora, una batería que no se puede describir con palabras, y unas composiciones que trascienden el género porque se le queda pequeño. Es difícil de explicar, porque Ulcerate te embiste como un mamut, como sólo una banda de death-metal puede hacer, pero a la vez te enganchan y no te sueltan, y uno descubre infinidad de matices que no deberían estar ahí pero encajan a la perfección. Imaginaros un cruce entre Deathspell Omega, Gorguts y la brutalidad de Immolation, y os podréis hacer una idea. O no, porque esas referencias están muy de fondo, ya que lo que Ulcerate presentan en estos ocho temas dudo que nadie más que ellos lo puedan repetir. Es complicado definir con palabras este monstruo, pero si una puede encajar esa es dinamismo. Si, aqui no hay patrones predefinidos, ni estructuras a seguir, tan sólo un rabioso fluir de ideas a todo trapo, soltadas como una ametralladora. Eso sí, todo con una coherencia monolítica. ¿La banda sonora del Apocalipsis? Muchas veces lo he oido, pero con estos tíos me lo creo. Blastbeats salvajes e incesantes, acordes atonales, cambios de ritmo, riffs de una discordancia repleta de ira...y los momentos más calmados (Withered and Obsolete, The Earth At Its Knees), de corte jazzístico, no hacen más que apoyar esta idea, pues más que respiros, están pensados para romperte el ritmo y dejarte sin aliento en los arranques de furia. Paso de resaltar temas o intentar analizar en exceso el álbum, adoro lo poco de cordura que me queda. Además, es un trabajo que con cada escucha desvela nuevos colores y matices, y que deja con ganas de más, eso os lo aseguro. ¿Al nivel de Effigy The Forgotten o Altar Of Madness? En mi humilde opinión por calidad les puede mirar a los ojos, y creo sinceramente que habrá un antes y un después a este disco.

Lo siento por Vreid, Mastodon y Converge, y más por mí que me había quedado una lista de lo más bonita. Y lo siento porque este Everything Is Fire es probablemente el mejor disco del año.

Nota: 10/10

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Jamie Saint Merat grabando el tema Everything Is Fire. Sin palabras:



domingo, 27 de diciembre de 2009

TOP 2009 - Parte 2

Bueno, pues continuamos con la lista de los que, a mi parecer, han sido los mejores albumes del año. Para acceder a la primera parte, pincha aquí.

11.- Coalesce - Ox
Diez años de espera han merecido la pena. Desde que reinventaran el hardcore a finales de la década pasada junto a gigantes como The Dillinger Escape Plan, Botch o Converge, nada habíamos sabido del cuarteto. Pues bien, están de vuelta, y a su velocidad y mala hostia legendarias se les suma una madurez compositiva tremenda, junto a escarceos con pasajes de un cariz más progresivo. Nadie conjuga técnica y complejidad con la naturalidad y expresividad como estos tíos. Los Dioses han vuelto, y los demás solo podemos postrarnos a sus pies.
Nota: 9/10




12.- The Gates Of Slumber - Hymns Of Blood And Thunder
Lo que comenté al respecto: [...] este álbum desprende verdaderos clásicos instantáneos. Cuando los oigas parecerá que toda una manada de surios prehistóricos está destruyendo tu casa. [...]aquí no tenemos barrocas producciones de heavy metal artificial, ni rockeros de sonido ligeramente endurecido, tan sólo a tres tíos gordos y feos como un culo haciendo doom a un nivel al que pocos pueden acercarse. [...] Un álbum genial, que nos recuerda por qué tantos nos enamoramos de este género llamado heavy metal.
Nota: 9/10




13.- Dysrhythmia - Psychic Maps
Lo que comenté al respecto: [...] se han empeñado en revolucionar el metal con sus propuestas eclécticas y llenas de influencias de todo tipo, entre las que destaca el jazz. En Dysrhythmia vamos a encontrar esa técnica pasmosa asociada al género, y los constantes cambios de ritmo, todo ello ejecutado a una velocidad que no es humana, pero sin caer en ningún momento en la masturbación, ya que cada canción muestra una cohesión interna inquebrantable, fruto de la subordinacion de esas increíbles habilidades a una idea musical concreta.
Nota: 9/10



14.- Russian Circles - Geneva
Lo que comenté al respecto: Enorme nuevo disco de este trío de Chicago. Tras sorprender a la comunidad post-rockera con su debut Station, vuelven a la carga con un trabajo a la altura, si no superior, de su antecesor. Mucho más pausados en este trabajo, siguen siendo excepcionales a la hora de crear atmósferas. Desde ya claro candidato a disco del año.



Nota: 9/10




15.- Isis - Wavering Radiant
Lo que comenté al respecto: Otra maravilla de uno de los pesos pesados del metal progresivo. A la altura de obras maestras como Panopticon o In The Absence Of Truth. Isis se vuelve a mostrar en todo su esplendor, aunando riffs pesados, atmósferas oscuras, y grandes melodías. [...] Reinventándose continuamente, vuelven a demostrar el por qué están entre los mejores grupos de post-metal.


Nota: 9/10





16.- Krallice - Dimensional Bleedthrough
Lo que comenté al respecto: [...] la propuesta de Krallice es tremendamente interesante y necesaria dentro de un género que pedía a gritos una renovación y apertura de miras. [...]Otro gran disco de black, o de avant-garde, o de math-metal, como uno quiera llamarlo, que junto a las formaciones renovadoras del género en la vieja Europa (Arcturus, Opeth, Vreid...), nos llenan de esperanzas y dejan abierto un futuro muy prometedor para los amantes más inquietos de la música extrema.

Nota: 8,75/10





17.- Minsk - With Echoes In The Movement Of Stone
Lo que comenté al respecto: [...] un disco inmenso, infinito, que se expande más y más con cada escucha, y donde cada corte es un mundo en sí mismo, pero conectado a los demás por poderosas fuerzas gravitatorias que los atan a un personalísimo sistema cuyo eje es la intensidad, ya sea de sus pasajes más psicodélicos como de sus arranques de furia. [...] brillante, tanto por lo que es, como por el futuro que nos hace vislumbrar. Una banda completamente libre de ataduras y con un talento y originalidad que les hace desde ya estar en la primera división del post-metal.
Nota: 8,75/10





18.- Baroness - The Blue Record
Lo que comenté al respecto: [...]Donde antes mostraban agresividad y músculo metálico, ahora mutan y despliegan un disco de esos que fluyen sin altibajos, y donde el muro sonoro es adornado por diferentes pinturas, que van desde el jazz-rock al progresivo más clásico, pasando por pinceladas de garage-rock. [...] The Blue Record es una única entidad, homogénea, consiguiendo dar coherencia a todo ese talento que está bullendo bajo el nombre de Baroness.

Nota: 8,5/10





19.- Kylesa - Static Tensions
Lo que comenté al respecto: [...] han ampliado con mucho acierto su catálogo de referencias, sonando como unos Motorhead desbocados en Scapegoat o como los Black Sabbath más hipnóticos en temas del calibre de Running Red. Pero no olvidemos que estos tíos (y una tía) tocan metal, y con el añadido de contar con dos baterías le dan a todos sus temas una masivividad y contundencia excepcionales. [...] un discazo, más si cabe si uno quiere visitar el lado más cafre de ese terremoto que tiene su epicentro en la (desde ahora) Gran Atlanta.
Nota: 8,5/10





20.- The Rippers - Seeds Of The New Dawn
Auténtico discazo de uno de los secretos mejor guardados de Cataluña. Pocos discos que recuerde están a la altura en pegada, actitud y redondez como este Seeds Of The New Dawn. Increíble e incontestable copula entre Melvins, los Wipers y Rocket From The Crypt, The Rippers te harán alcanzar el éxtasis con unas estructuras fundamentalmente basadas en oscuros medios tiempos, teniendo especial cuidado en mantener unas melodías que te enganchan al instante y que te harán corear sus estribillos automáticamente. Además, su disco se puede descargar directamente de su sitio web.
Nota: 8,5/10

viernes, 25 de diciembre de 2009

BLOOD TSUNAMI - Grand Feast For Vultures (2009)


Tracklist:
  1. Castle Of Skulls
  2. Nothing But Contempt
  3. Personal Exorcism
  4. Laid To Waste
  5. Grand Feast For Vultures
  6. Horsehead Nebula
  7. One Step Closer To The Grave
Pues otro impresionante trabajo desde las heladas tierras noruegas. Hasta aquí nada nuevo. Pero si digo que no es un álbum de black metal, sino de thrash, seguro que más de uno se sentirá extrañado. Pues sí, Blood Tsunami supuran thrash metal por todos los poros de su piel, no en vano titularon a su anterior disco (y debut) Thrash Metal, por si había algún resquicio de duda. En un momento en el que decenas de bandas se baten el cobre dentro de lo que se ha llamado la New Wave Of Thrash Metal, llegan estos noruegos para dar un golpe en la mesa. Si he de ser sincero, de toda esta hornada de nuevos grupos pocos alcanzan a mi parecer un nivel demasiado elevado, siendo la mayoría unos mediocres clones de las formaciones clásicas. Sin embargo, algo de esperanza hay, y grupos como Municipal Waste, Toxic Holocaust o Blood Tsunami nos recuerdan el por qué de la grandeza de este estilo, revitalizado también por los recientes discazos de popes como Exodus (Tempo Of The Damned) o Testament (The Formation Of Damnation).

Lo primero que viene a la mente en cuanto comienza el álbum es la idea de que estos tíos se han estudiado al dedillo el manual del buen músico thrashero, aunque eso sí, acomodado a sus gustos. Especialmente remarcables son esos duelos guitarrísticos a toda hostia cortesía de Pete Evil y Dor Amazon, y a traves de los cuales uno viajará a aquellos grandiosos años ochenta donde bandas como Metallica o Slayer se comían el mundo. Estos últimos son la referencia más evidente en Grand Feast Of Vultures, y el trallazo inicial que es Castle Of Skulls nos recordará perfectamente a los norteamericanos de la época South Of Heaven. Sí, no es el thrash ultraveloz el que predomina a lo largo de los ocho cortes contenidos en este álbum, sino el más reposado y cargado de tintes oscuros y clásicos. De todos modos, demuestran que cuando quieren pueden romper la barrera del sonido (Grand Feast For Vultures), pero como modo de encabritar a los temas y no como filosofía general, lo que en mi opinión es muy acertado, ya que los temas en ningún momento caen en una linealidad cafre, sino que se despliegan versátiles, con algo más de profundidad. Nothing But Contempt es otro corte en la misma línea que el anterior, y sería toda una lección (de querer tomarla) para unos Slayer que hace ya un tiempo que son incapaces de recuperar el nervio. Ayuda en el esfuerzo la voz de Pete Evil, de estilo black metalero (la sangre noruega tenía que aparecer por algún lado) y que dota a los temas de una especial mala hostia. A pesar de los grandiosos temas que nos presentan durante la mayoría de metraje inicial, la excelencia, de la mano de la sorpresa, nos llega con sus dos últimos cortes. Horsehead Nebula es una instrumental increíble, que bebe directamente de la New Wave Of British Heavy Metal y suena a unos Iron Maiden en estado de gracia. Tremenda, te mantiene sus 12 minutos haciendo cuernos y moviendo el cuello, a la par que anonadado por tamaña sorpresa. Y la labor de las guitarras, simplemente de otro planeta. El corte final, One Step Closer To The Grave, es un viaje de 10 minutos, mucho más pesado, pero también más evocador, y muy en la línea del The Call Of Ktulu de Metallica, con final apoteósico incluido, de esos que cuando acaba el álbum tan sólo puedes suspirar sonoramente recordando lo que acabas de oir.

He leido cosas por ahí acerca de su falta de originalidad. Paparruchas, esto es thrash metal, señores, y de la mano de estos noruegos descubrirás el camino más corto para llegar al Infierno. También he leído que les haría falta ser más heavys y rápidos. Bueno, lo mismo decían en su momento del South Of Heaven o el Master Of Puppets, y son indiscutibles obras maestras del género. Lo mejor es no hacer caso de estas voces, ni siquiera de la mía, y escuchar Grand Feast Of Vultures por uno mismo. Eso sí, apuesto mi podrida alma que te apasionará.

Nota: 9,25/10



miércoles, 23 de diciembre de 2009

TOP 2009 - Parte 1

Bueno, pues como es tradicional por estas fechas, en blogs, revistas y demás formatos dedicados a hablar sobre música, llegan las listas de mejores lanzamientos del año. Evidentemente, es algo muy subjetivo, y cada cual pondría o quitaría a grupos, o los movería de posición. Esta es tan sólo otra de ellas, y recoge lo que a mi parecer ha sido lo más destacable de un 2009 con una calidad acojonante. Todos los discos tienen los enlaces para descargar, menos los que aún no he subido.

1.- Vreid - Milorg
Lo que comenté al respecto: Estamos ante un disco básico en el black metal de este siglo, y entre los mejores discos de metal (y por qué no rock) de la década. Imprescindible álbum para todas esas mentes inquietas y libres de prejuicios, de los que pensamos que para nada está todo escrito o compuesto en la música. Dáles una oportunidad a Vreid, y me apuesto mi alma inmortal a que no te decepcionarán.


Nota: 9,5/10





2.- Mastodon - Crack The Skye
Lo que comenté al respecto: No es un disco fácil, de esos que entran a la primera, pero si uno le pone tesón y paciencia, todas las capas se van desplegando, y revelan una de los tapices sonoros más bellos que ha producido el rock moderno en muchísimo tiempo [...] un disco genial, barroco e imaginativo, que encumbra a Mastodon como la mejor banda de rock del planeta, y cuyos límites no se avistan aún en el horizonte. Así de claro.

Nota: 9,5/10





3.- Converge - Axe To Fall
Lo que comenté al respecto: Creo que estamos ante uno de los mejores discos de Converge, al nivel de las maravillas que han parido desde Jane Doe (este sigue estando en el altar, por calidad y la repercusión brutal que tuvo). Se confirman como ese eslabon que une a Minor Threat con Botch, pasando por Snapcase. Todos ellos destruyendo el hardcore para devolverlo más nuevo y cabreado que antes.


Nota: 9,5/10





4.- YOB - The Great Cessation
Lo que comenté al respecto: Estos cinco temas están cargados de ánimo de revancha, de rabia por el desastre de Middian, y se nota que el trío se moría por demostrar de lo que son capaces todavía. [...] Éstos son YOB, y han vuelto para quedarse. Advenedizos, apártense. Novatos, presenten sus respetos.




Nota: 9,25/10





5.- Dark Castle - Spirited Migration
Lo que comenté al respecto: [...] hará las delicias de todo amante del stoner/doom más actual y progresivo, en la línea de Mastodon o Deadbird [...] Impresionante debut de una banda que desde ya tiene nombre propio en la escena, algo al alcance de muy pocos elegidos. El horizonte que su creatividad y talento abre ante ellos, infinito, como su música.



Nota: 9,25/10





6.- Blood Tsunami - Grand Feast Of Vultures
O cómo serían Slayer de haber nacido en Noruega. Tremendo ejercicio de thrash metal con tintes blackers. En un momento en que el género está viviendo una notable resurrección y decenas de bandas pugnan por el trono de la New Wave Of Thrash Metal, llegan Blood Tsunami dando un golpe de autoridad en la mesa. No es la suya una propuesta original, pero a quién cojones le importa, esto es thrash metal, y de la mano de estos noruegos encontrarás el camino más rapido posible al Infierno.
Nota: 9,25/10





7.- Obscura - Cosmogénesis
Lo que comenté al respecto: [...] lo que aquí tenemos es una fusión perfecta del sonido de Cynic, Death, Atheist, incluso Opeth, junto a las más obvias de Pestilence con el barniz más actual de unos Necrophagist en plena forma. [...] Un álbum de obligada adquisición, y que si no fuera por la fecha en las que nos encontramos, entraría directamente en el Olimpo junto al Human o Focus.

Nota: 9,25/10





8.- Church Of Misery - Houses Of The Unholy
Lo que comenté al respecto: Resaltar una sola canción se hace imposible en un disco tan redondo, pero si uno no salta de la silla y se pone a bailar con el comienzo de Born To Raise Hell, es que su alma muerta ya no tiene salvación posible. [...] Un pepinazo de disco, que enamorará a los fans del doom, pero mucho más a los del stoner, sludge y southern metal.

Nota: 9/10






9.- Katatonia - Night Is The New Day
Lo que comenté al respecto: Siguen la línea melódica de los excepcionales Viva Emptiness y The Great Cold Distance, pero a la vez suenan más duros que nunca por momentos, y se pueden observar muchos guiños a su sonido primerizo. [...] es un disco que exige más esfuerzo que sus dos anteriores, y que carece de la pegada inmediata de aquellos, pero al mismo tiempo propone un viaje mucho más interesante y misterioso, y que va atrapando conforme uno va recorriendo millas.
Nota: 9,25/10





10.- Neila - Danza de Nieblas
Lo que comenté al respecto: Increíble a nivel compositivo, con una producción alucinante y absolutamente redondo, que se muevan por unas coordenadas ya conocidas de sobra no resta un ápice a la valoración de este trabajo. [...] Un discazo, por el que muchas bandas foráneas con menos talento pero más repercusión matarían por parir (es un argumento muy manido, lo sé, pero es que es la puta verdad), y que hará las delicias de cualquier amante del post-metal de calidad.

Nota: 9/10

DARK CASTLE - Spirited Migration (2009)


Tracklist:
  1. Awake In Sleep
  2. Into The Past
  3. Spirited Migration
  4. Growing Slow
  5. Weather The Storm
  6. Flight Beyond
  7. Grasping The Awe
  8. A Depth Returns
Joder...y yo que tenía preparada la lista de lo mejor del año, llega a mis manos el primer trabajo de este dúo norteamericano, y a tomar por el culo, a rehacerlo todo. Porque de cabeza entran en una ya de por si excelsa lista de uno de los años más prolíficos en cuanto a discazos que un servidor recuerda. Procedentes de St. Augustine (Florida), Dark Castle practican un stoner-doom cargado de atmósferas y psicodelía. Stevie (guitarra/voz) y Rob (batería/voz) son los encargados de dar forma a este coloso sonoro, encargándose también de la sintetización que sustituye al bajo.

Varias son las influencias de las que beben Dark Castle, y muy diversas, pero sin caer en un eclecticismo vacío de contenido. Todo lo contrario, su música fluye con toda naturalidad, y los diferentes colores y texturas se integran perfectamente en el bello conjunto que los dos músicos filtran a través de tan especial caleidoscopio. Por un lado tenemos los temas más dinámicos, de una fuerza monolítica y tremendamente rítmica, propia de los primeros Isis o de Neurosis, y cuyos máximos exponentes son la inicial Awake In Sleep y Flight Beyond. Nos presentan en estos parajes los pasajes más arquetípicos del género, pero sin llegar a ser predecibles, y con la gutural voz de Stevie rugiendo con una furia al nivel de cualquier iracundo barbudo. De hecho, hasta el comienzo de Grasping The Awe, donde utiliza su voz limpia, no descubrimos que estamos ante una fémina (y toda una preciosidad, por cierto). Pero dónde en mi opinión alcanza Dark Castle plena magnitud es en los cortes más atmosféricos, en los que dan rienda suelta a su inmensa creatividad y amor por la psicodelia. Increíble es la canción que da título al disco, un minuto y medio de bellísimas guitarras españolas con aires orientales, que al menos a mí me dejó boquiabierto. Del mismo modo, Weather The Storm es otro viaje de recorrido inmenso, que te sumerge en las profundidades de un oceano oscuro, dónde la presión y los intermitentes fogonazos provenientes de peces abisales te rodean en un horizonte que se encuentra pegado a ti, pero que a la vez es infinito. Lo siento, probablemente esto no te diga nada clarificador, pero así me siento yo cada vez que llega este corte, y no podría expresarlo con otras palabras. El tema final, A Depth Returns, es la síntesis de gran parte de la propuesta de Dark Castle, y estoy convencido que hará las delicias de todo amante del stoner/doom más actual y progresivo, en la línea de Mastodon o Deadbird (otro grupazo que debo subir un día de éstos).

Impresionante debut de una banda que desde ya tiene nombre propio en la escena, algo al alcance de muy pocos elegidos. El horizonte que su creatividad y talento abre ante ellos, infinito, como su música.

martes, 22 de diciembre de 2009

SOMBRES FORÊTS - Royaume de Glace (2008)


Tracklist:
  1. Royaume de Glace
  2. The Forest
  3. Cold Forgotten Earth
  4. La Nuit
  5. L'oeil Nocturne
  6. Solstice
  7. Untitle
Se me había pasado por alto el lanzamiento de este fantástico disco, que hace poco tuve el placer de escuchar. Tras las siglas de este proyecto, se esconde la mente creativa de Annatar, único miembro del mismo. La verdad que la calidad de los lanzamientos que en estos últimos años nos han llegado desde Norteamérica en el género del black metal ambiental es realmente increíble, y el caso de éste Royaume de Glace no es menos. En este caso, y desde las francófonas tierras de Québec, lo que nos encontramos es un pedazo de álbum centrado en los aspectos más atmosféricos y depresivos del género.

La verdad que sorprende el abrumador talento que atesora Annatar, y más teniendo en cuenta que estamos ante el que es tan sólo su segundo trabajo, y en el que demuestra una talla como compositor al alcance de muy pocos. Todo ello ayudado por una producción que pese a encontrarse entre los niveles mínimos propios del black metal, alcanza la suficiente calidad para permitir que las atmósferas del álbum alcancen toda su plenitud. De hecho, es esta producción "sucia" la que en muchos momentos ensalza los temas, dándoles un aura de decadente belleza realmente sublime. Las referencias de popes del género como Burzum están ahí, pero este trabajo posee personalidad suficiente como para brillar por sí mismo. Annatar, como suele ser habitual en este tipo de discos, le presta especial atención al sonido del bajo. La explicación es que el sonido de bajo es "feo", lento, y permite dotar a los temas de una profundidad acojonante. De hecho, escuchando el álbum uno se da cuenta de que las estructuras de los diferentes cortes están edificadas sobre el sonido de bajo, que es el que guía a los diferentes instrumentos en este viaje hacia el abismo. La batería es correcta, cuidándose de no ser excesivamente furiosa ni técnica y distraer la atención del sonido de conjunto. Las guitarras son otro punto muy destacado en este Royaume de Glace, pues llevan a cabo toda la labor de matización de tan profundo sonido. Por momentos llegan a rozar la perfección, especialmente cuando Annatar las transporta hacia terrenos melódicos, donde conjuga con genialidad solos fantásticos, pasajes acústicos de tétrica y decadente belleza, y jugueteos con el folk más evocador. La base black sigue ahí, con unas guitarras afinadas para sonar como auténticos calambrazos, pero todo ello arropado por una infinita variedad de recursos, ante los que uno no puede más que quitarse el sombrero. Además, los teclados, que no se despegan en ningún momento de las seis cuerdas, expanden el sonido hasta el infinito, con el mérito añadido de llevarlo a cabo sin ser en ningún momento evidentes. Temas como La Nuit o L'oeil Nocturne son ejemplos espectaculares de ello, dotados de una fuerza y sensibilidad que dejan sin aliento. El despliegue vocal de Sombres Forêts es también fantástico, con una versatilidad que es perfecta dentro del caleidoscopio sonoro del álbum. Annatar no sólo utiliza la clásica voz rasposa y monótona, sino que nos regala una colección de aullidos, lamentos y sollozos que por momentos me hacen recordar a la mejor época de los grandiosos Bethlehem. También tira de voces limpias en los pasajes más reposados, consiguiendo gracias a todos estos recursos añadir un grado más al nivel de expresividad de este trabajo. Creo que lo que hace grande a Royaume de Glace es que se trata de esos rarísimos albumes que cuando le das al play, es capaz de sumergirte en su sonido, y lo más importante, hacerte pensar que está escrito para tí, que nadie más que tu lo ha escuchado. Y eso está al alcance de muy pocos discos, y de muy pocos músicos poder llevarlo a cabo.

Sucio, oscuro, evocador, bello... Esencial.

Nota: 9,5/10

miércoles, 16 de diciembre de 2009

MINSK - With Echoes In The Movement Of Stone (2009)


Tracklist:
  1. Three Moons
  2. The Shore Of Transcendence
  3. Almitra's Premonition
  4. Means To An End
  5. Crescent Mirror
  6. Pisgah
  7. Consumed By Horizons
  8. Requiem From Substance To Silence
Otro interesante lanzamiento, de los que son, junto a The End, la principal apuesta de futuro del sello Relapse. Es éste el segundo trabajo con el prestigioso sello, y las expectativas eran considerables teniendo en cuenta la buena aceptación que tuvo su anterior obra, The Ritual Fires Of Abandonment. Hay que decir que son Minsk una banda muy joven, formados en 2002 en Peoria (Illinois), aunque también es cierto que no se han dormido en los laureles, teniendo ya en el mercado tres álbumes, y firmando muy pronto por una de las discográficas de más peso dentro del metal.

Empezaré diciendo que With Echoes... es un disco bastante mejor que The Ritual Fires Of Abandonment. Además es un disco inmenso, infinito, que se expande más y más con cada escucha, y donde cada corte es un mundo en sí mismo, pero conectado a los demás por poderosas fuerzas gravitatorias que los atan a un personalísimo sistema cuyo eje es la intensidad, ya sea de sus pasajes más psicodélicos como de sus arranques de furia. No se anda con tonterías el cuarteto norteamericano, y sin ponernos las cosas fáciles, nos entregan un denso y psicotrópico ejercicio de doom/stoner de ¡más de una hora! de duración. No asustarse, porque el resultado merece la pena. Para mí, uno de los puntos fuertes de la banda es el abrumador caleidoscopio con el que juguetean para tejer su tapiz sonoro, ya que la cantidad de influencias que nos van a venir a la cabeza es importante. Desde Neurosis a Isis, pasando por el rock más marciano y psicodélico de los 70. Sumando a esto que en sus momentos más reposados e introspectivos podremos ver el amor que estos tíos sienten por los Om de Al Cisneros. Algunos cambios notables se han obrado en la banda, y uno de ellos es en el aspecto vocal, donde el guitarrista Christopher Bennett y el bajista Sanford Parker llevan a cabo una labor magnífica debido en gran parte a la ampliación de registros respecto a anteriores lanzamientos. Se puede observar en la inicial Three Moons, donde Minsk entran a todo trapo para dejarnos claro que la escucha del álbum no va a ser un camino de rosas. El teclado gana también en importancia en este With Echoes..., mención especial para su papel en la inmensa The Shore Of Transcendence, de prácticamente 10 minutos de duración y que en mi opinión es de largo el mejor corte del álbum. Lenta, pesada, pero que va cargándose de matices, de melodías, con unas voces perfectas y una intensidad que se eleva en espiral alcanzando el cielo. Una verdadera delicia. No me puedo olvidar del batera, Tony Wyioming, ya que es uno de los elementos diferenciadores de Minsk. Su exquisita técnica, junto a la utilización que hace de sonidos y percusiones tribales, llenan todas las canciones de una cadencia muy especial, y convierte a muchas de ellas en verdaderos mantras que pueden transportarte a otro plano de existencia. Es complicado diseccionar los temas, o destacar algunos sobre otros, con este grupo es imposible. Cuando cada tema es un compleja entidad en expansión, exponer las variables se convierte en un absoluto ejercicio de futilidad, y servidor no quiere correr el riesgo de enloquecer en el intento. Y este es el punto fuerte y la mayor debilidad de Minsk. Me explico: han conseguido algo tremendo dentro del post-metal, y que no es otra cosa que crear un sonido original que ha roto con el rígido esquema (impuesto de manera magistral por grupos como Neurosis o Isis) de comienzo lento-explosión sonora-final lento y épico que ya se estaba volviendo algo cansino y muy manido. Y eso es de un mérito enorme. Pero a su vez tiene su reverso tenebroso, que es el de pecar por momentos de demasiada experimentación y de abusar de unas progresiones que a veces les expanden tanto que les hacen translúcidos e insustanciales, y que dificultan el segumiento por parte del oyente. Aún así, tengo que decir que esos momentos son los menos dentro de un álbum que en la mayoría de su metraje roza la absoluta genialidad. Y que hablamos de una banda tremendamente joven cuyo márgen de mejora, por lo mostrado en este disco, no conoce límites.

Un álbum brillante, tanto por lo que es ya, como por el futuro que nos hace vislumbrar. Una banda completamente libre de ataduras y con un talento y originalidad que les hace desde ya estar en la primera división del post-metal. Absolutamente recomendables.

Nota: 8,75/10




OBSCURA - Cosmogenesis (2009)


Tracklist:
  1. The Anticosmic Overload
  2. Choir Of Spirits
  3. Universe Momentum
  4. Incarnated
  5. Orbital Elements
  6. Desolate Spheres
  7. Infinite Rotation
  8. Noosphere
  9. Cosmogenesis
  10. Centric Flow
Otro disco que entra de cabeza entre lo mejor de este año. En su debut para la insigne Relapse Records, Obscura ha sufrido un cambio radical de integrantes, dando entrada a tres seres que deberían tener estatuas en su honor en medio mundo. Porque, señoras y señores, los tres nuevos miembros de Obscura son nada más y nada menos que (todos en pie) Christian Muenzner (guitarra) y Hannes Grossman (bateria) de Necrophagist y Jeroen Paul Thesseling (bajo) de Pestilence. Casi nada. Además, los guiños son más que evidentes. El nombre de la banda sacado de la puta obra maestra de Gorguts, el estilo del nombre de la banda calcado al de Obituary, amen de una portadaca y un título que son estándares dentro del technical death metal, ya nos indican por dónde van los tiros. Pues bien, van por ahí y mucho más lejos. Porque lo que aquí tenemos es una fusión perfecta del sonido de Cynic, Death, Atheist, incluso Opeth, junto a las más obvias de Pestilence junto con el barniz más actual de unos Necrophagist en plena forma.

Si, estamos ante un disco de technical death metal progresivo. Yo puse la misma cara de escepticismo, aburrido por la escucha de decenas de virtuosas pero estériles bandas en el pasado. Pues tengo que decir que desde el primer segundo de escucha del álbum, estos tíos borraron esa expresión de un puñetazo. Como los clásicos del género, Obscura son capaces de lanzarte el death más técnico y bizarro del planeta a la cara, y sin embargo sonar acojonantemente grandiosos y melódicos. La guitarra nos bombardea sin cesar con un infinito repertorio de cambios de ritmo, riffs brutales, acojonantes solos de guitarra de otro planeta y ultramelódicos, e incluso aparecen guitarras acústicas en algunos momentos. Hay que quitarse el sombrero ante el despliegue de Muenzner, que nos puede recordar al genio del tristemente desaparecido Chuck Schuldiner cuando hacía diabluras allá por los 90. Thesseling no se queda atrás, y sacando magia de su bajo de 6 cuerdas nos regala toda una exhibición de jazz-fusión que se ve favorecida por una producción donde su sonido es claramente audible, estando en muchos momentos del álbum en un primer plano. Y para completar la tripleta, Hannes Grossman, que aporrea la batería como un auténtico simio atiborrado de speed, desplegando él también una cantidad inconmensurable de recursos, como blast beats, dobles bombos a velocidad sobrehumana y continuos cambios de ritmo que pueden dejarte fácilmente sin aliento. En el apartado vocal, Steffen Kummerer (el único miembro que queda de la banda original) no desentona añadiendo al fantástico conjunto las tradicionales voces guturales y rabiosas, aunque en este caso unidas a otras voces limpias/electrónicas (Noospheres), muy en la onda de Cynic. Acerca de los temas del disco, la verdad es que es difícil destacar uno en especial, puesto que todos ellos son enormes. Vamos a encontrar desde la rabia ultratécnica y a toda pastilla de la inicial The Anticosmic Overload, a la maravillosa instrumental Orbital Elements, que sirve como momento de respiro a mitad de álbum, y que nos introduce en su segunda parte, en la que la velocidad comienza a compartir espacio con pasajes más progresivos, y que en mi opinión suponen el punto álgido del álbum. Ahí están la ecléctica Cosmogenesis o el inmenso corte final, Centric Flow, donde la banda deja fluir con libertad su vena más progresiva, y cuya última media parte pone simplemente los pelos de punta, curiosamente echando mano de las estructuras más sencillas que se puedan oir en los 50 minutos que dura el disco. Tampoco hay que perder de vista Choir Of Spirits (buf! esa entrada de bajo...) ni la genial Desolate Spheres.

Otro discazo de metal extremo a la saca de este año, en el que parece que todas las bandas se han apurado para despedir la década a lo grande. No es Cosmogenesis un ejercicio de originalidad, pero sí un pedazo de tributo a las bandas clásicas anteriormente citadas, y que se encuentra entre los pocos capaz de mirar a los ojos a sus obras emblemáticas. Un álbum de obligada adquisición, y que si no fuera por la fecha en las que nos encontramos, entraría directamente en el Olimpo junto al Human o Focus.

Nota: 9,25/10


Vídeo: The Anticosmic Overload

martes, 15 de diciembre de 2009

WINDIR : 1184 (2001)/Likferd (2003)

Tracklist:
  1. Todeswalzer
  2. 1184
  3. Dance Of Mortal Lust
  4. The Spiritlord
  5. Heidra
  6. Destroy
  7. Black New Age
  8. Journey To The End

DESCARGA AQUÍ


Tracklist:
  1. Resurrection Of The Wild
  2. Martyrium
  3. Despot
  4. Blodssvik
  5. Fagning
  6. On The Mountain Of Goats
  7. Dauden
  8. Aetti Morkna
DESCARGA AQUÍ

La verdad que el colgar el disco de Vreid, junto con el consiguiente comentario de su último disco, Milorg, me causó cierta nostalgia hacia las raíces de tan fantástico grupo, y por eso me he decidido a meterme en faena y subir los dos últimos discos que sacaron como Windir. Fueron estos noruegos un grupo colosal, en mi opinión lo más grande que ha dado el folk/viking metal, y enorme influencia para toda la hornada de bandas que desde esas coordenadas andan saboreando las mieles del éxito en la actualidad, como Finntroll o Thyrfing. Windir no llegaron a tantas cotas de popularidad, pero en cambio nos dejaron un legado increíble. Fueron estos dos sus últimos trabajos, ya que un año después del lanzamiento de Likferd la carrera de Windir fue trágicamente cercenada debido a la muerte de Valfar, su cantante y fundador. Falleció de hipotermia en Enero de 2004, cuando se vió atrapado por un temporal en los montes de Sogndal, su localidad natal.

Metidos en el saco del Black Metal, siempre he pensado que era una etiqueta errónea para su música, pues la cantidad de elementos folklóricos contenidos en la misma les acercan más al género del Viking Metal. 1184 supone el estreno de Windir como banda completa, pues los dos discos anteriores habían sido un proyecto personal de Valfar. Se le unen al completo los integrantes de Ulcus, otra banda local de Sogndal. Esto repercute en unas composiciones más pulidas, más redondas, gracias a los aportes del resto de músicos, pero a pesar de ello Valfar (guerrero en noruego) sigue siendo el principal motor compositivo del conjunto. La variedad de recursos que atesora su música es realmente increíble, y al lado de sus furiosos ataques metálicos cercanos al black (e incluso el thrash en algunos momentos) encontramos unas progresiones donde muestran preciosos arreglos de cuerda, así como pasajes folk sustentados en las guitarras y unos teclados que llenan la música de matices y sonoridades que nos transportan a helados fiordos y cruentas batallas del pasado. Estos teclados alcanzan la perfección en la final Journey To The End, donde durante sus 6 últimos minutos, y con el único acompañamiento de la batería, llevarán tu alma al éxtasis más absoluto, y creerás estar rozando con la yema de tus dedos el Reino Dorado del Valhalla. Y es que este es uno de los puntos fuertes de los noruegos, que son capaces de hacerte mover las crines a toda velocidad, como sumergirte en preciosas atmósferas cargadas de sonoridades folk sin que chirríe el conjunto. Todo lo contrario, esa perfecta mezcla de conceptos hace de cada tema del disco toda una maravillosa experiencia de la que no querrás salir nunca. Porque os aseguro que al acabrse el disco, en lo único que pensaréis será en volver a darle al play. Las voces son las idóneas para este estilo, dominando el estilo rasposo del black metal, pero conjugado con coros de voces limpias que acentúan la épica de las composiciones. Y de ésta última vamos a encontrar toneladas, como no podría ser de otra manera en este género. En este caso, la temática gira alrededor de las sagas del pueblo de Sogndal, que datan del siglo XII. Todos estos elementos unidos son los que dan lugar a auténticos temazos para la posteridad como son The Spiritlord, Heidra, Todeswalzer o Journey To The End. Aunque si soy sincero, cualquiera de los ocho cortes podrían ser considerados obras maestras del género.

Likferd es la continuación perfecta de 1184, encontrándonos ante otra perfecta colección de canciones, y que suponen el último legado de ese genio que era Valfar. La verdad es que hay pocos grupos en la historia que hayan conseguido sacar una obra maestra del calibre de 1184, y que la continuación alcanzara cotas de maestría casi tan elevadas como su antecesora. No alcanza Linkferd la genialidad de 1184, eso es cierto, pero es un disco que se merienda con patatas al 99% de albumes de viking-metal (o metal a secas) que se le enfrenten, y sin despeinarse. Musicalmente continuaron las líneas maestras del anterior trabajo, y vamos a encontrar un comienzo atronador con Resurrection Of The Wild, cargado de velocidad tanto en las guitarras como a los parches, y la inclusión de elementos folkies y coros que elevan el conjunto al cielo. De nuevo, Windir hace que uno vea imposible aburrirse en ningún momento gracias a la infinidad de elementos que aportan, y que van desde el thrash destrozanucas de Despot, a la catársis folk del final de Blodssvik pasando por el encabronado Black Metal de On The Mountain Of Goats. Todo un discazo, y que a los geniales cortes mencionados, se le suman Fagning y Dauden, probablemente las mejores canciones de Likferd, y donde todas las tonalidades que componen el tapiz sonoro de la banda alcanzan la perfección.

En más de una página web metálica he visto incluido 1184 entre los tres mejores discos de metal de la historia. ¿Exagerado? Puede ser, es algo demasiado subjetivo para dar una respuesta tajante. De lo que sí estoy seguro es que Windir representaban todo lo que para mí hace de único, grandioso e imbatible al metal, al igual que afirmo que pocas bandas de la historia pueden presumir de tener dos obras maestras como las que estos noruegos parieron a principio de la década. Una pareja que podía haber sidomás numerosa si la fatalidad no le hubiera arrebatado la vida a Valfar tan pronto. Aunque viendo como sus compañeros se desenvuelven con Vreid, estoy convencido que el guerrero de Sogndal estará más que orgulloso, se encuentre donde se encuentre.

Nota:

1184 - 10/10

Likferd - 9,5/10




jueves, 10 de diciembre de 2009

HAND OF FATIMA - Obake (2009)


Otro de los grandes discos estatales de este 2009 que agoniza. Formados en 2007 por miembros provenientes de otros grupos (GAS Drummers, Jonas o 8th of September), estos gaditanos aparecen en escena con un notable split junto a los madrileños Toundra (otra grandísima banda estatal), y que obra como perfecta carta de presentación para el lanzamiento de éste su primer larga duración. El disco está producido por Paco Loco en los ODDS estudios del Puerto de Sta. María, y mezclado por el mítico John Agnello (Dinosaur Jr, Sonic Youth, The Living End...).

Adheridos a la nueva oleada de grupos de post-rock instrumental, en este álbum el grupo se centra en el juego de intensidades, arrastrando al oyente al interior de un mar que bien puede ser como un plato, bien encabritarse con olas gigantescas. Además, y creo que es todo un acierto, Hand Of Fatima no practica un post-rock enrevesado y árido, sino que se agarran con las dos manos a una maravillosa esencia melódica que recorre todo el disco, y que hace de su escucha todo un viaje, en el que poder cerrar los ojos y dejarse llevar por su propuesta. El trabajo instrumental es fantástico, bebiendo de fuentes diferentes, y que nos puede recordar a bandas tan diversas como Black Sabbath (en sus pasajes más monolíticos), Mogwai o Pelican, por poner los ejemplos más claros. Es un álbum también de acentuado tono psicodélico, a la par que profundiza en el desarrollo de simples pero maravillosas atmósferas que hacen de hilo conductor para la historia de fantasmas japoneses en la que se basa el concepto de este trabajo. Ubume es un gran ejemplo de esto, siendo uno de los mejores cortes del disco y el que concentra a mi parecer todos los ingredientes que conforman la propuesta de Hand Of Fatima: pasajes reposados interrumpidos por momentos de furia monolítica, que vuelven a fluir para más tarde renovar en su ataque y arrastrarte en un vaivén de sonoridades realmente notable. También fantástico es el siguiente tema, Onryo, probablemente el mejor del álbum, y donde el grupo se mueve en círculos, trabajando la misma estructura una y otra vez, que va ganando intensidad de manera hipnótica hasta explotar con una épica simplemente espectacular. Cierra el álbum la extensa Ofuda, que es un gran final de disco, y que de nuevo nos vuelve a transportar a través de una espiral que va in crescendo, y que al terminar te deja con una fantástica sensación fruto de uno de los viajes más interesantes que a día de hoy hay sobre la mesa en el panorama post-rockero.

Todo un pedazo de álbum, exquisitamente ejecutado, y que supone un debut sobresaliente para una banda que puede darnos enormes alegrías en un futuro próximo.

PD: edita el disco Odio Sonoro y Nooirax Producciones, en un formato en cartón simplemente maravilloso, y diseñado por Victor de sus colegas Toundra. Además, el precio es toda una ganga. Así que si os gusta el álbum, la compra física del mismo es una acertadísima idea.

Nota: 8,25/10



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