Ecos de una ciudad sumergida.

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viernes, 27 de abril de 2012

DE FINALES, PRINCIPIOS Y TRAVESÍAS: Entrevista a NAHRAYAN

No hay ninguna duda de que uno de los principales atributos para mantener viva una banda en los tiempos que corren es la perseverancia. La fe absoluta en las ideas propias y la búsqueda constante de una mejor forma de moldear los esquivos susurros de las musas. Nahrayan encarnan a la perfección esa tenacidad, la necesaria para dar cuerpo a un sueño febril que Julián (guitarra, bajo, voces, efectos y producción) y Miguel  (batería y percusión) compartieron hace más de una década. Sorteando decepciones, cambios de formación y callejones sin salida, el dúo por fin presentó a principios de año la consecución de ese sueño, el colosal The Beginning Of The End / The End Of The Beginning (2012, Les Fleurs Du Mal Records), una apocalíptica travesía por los males del mundo, que no son otros que los que laten en nuestros propios corazones. Decidido a saber más de su mensaje antes del fin de los días, quedé con ellos via chat para llevar a cabo una entrevista que se convirtió en una divertida maratón de revelaciones, risas y no poca cantidad de absurdeces junto al dicharachero Miguel y el cabroncete esquivo de Julián. 

Para acceder a la reseña de The Beginning Of The End / The End Of The Beginning, PINCHA AQUÍ.

Lo primero felicitaros por “Beginning…”, todo un discazo que a servidor le sigue volando la cabeza como el primer día. Una vez hechas las pajillas, ¿cómo valoráis la recepción que ha tenido entre crítica y público?

Miguel: Muchas gracias Mikel. Pues en cuanto a crítica desde luego estamos muy contentos. Apenas hemos movido mucho el disco, pero lo poco que lo hemos hecho y la gente que se ha interesado por él han hecho unas valoraciones muy muy positivas sobre nuestro trabajo. Desde luego es como una recompensa después de muchos años de esfuerzo, que acabaron en frustración. Ahora de verdad hemos conseguido quitarnos la espina que teníamos clavada. En cuanto a público... No sabría decirte... La gente que ha adquirido la edición que sacó Les Fleurs du Mal está muy contenta, han recibido el disco muy bien, pero desde luego al no hacer directos no sabría decirte hasta que punto ha calado en la gente. Eso sí, por internet nos han llegado muchas y muy buenas reacciones, felicitándonos y esas cosas, y la verdad también es de agradecer. Julian?

Julián: Yo no digo nada, paso el cabrón.

Miguel: Jajaja Así en todas las entrevistas que hemos hecho juntos... Tú te crees?

Jajaja Ya veo... Él es el genio torturado y arisco y tú la estrella.

Julián: Me estoy descojonando imaginando la cara de Miguel en una estrella.

Miguel: jajajajaja

Venga, pues seguimos,jajaja Como decía en la crítica, el álbum es a la vez un nacimiento y una defunción, pues es la gran presentación de un trabajo que llevaba fraguándose más de una década, casi como si no pudiérais dejar morir a vuestro hijo hasta poder despedirlo como merecía. ¿Podéis explicar un poco el periplo vital de Nahrayan?

Julián: Con lo que se enrolla Miguel te va a escribir un puto testamento! Aunque se podría resumir en muchos años de un quiero y no puedo...

Miguel: Voy a intentar sintetizar y no irme por las ramas de Yggdrasil... Sin duda alguna que Nahrayan muriera en el pasado era algo necesario, ya que fue un "quiero y no puedo" casi desde el principio. Empezamos con esto en el 2000, había grandes ideas a nivel musical y demás, pero por distintos motivos no acaba de salir del todo bien. Los cambios de formación no ayudaban y desde luego la falta de compromiso tampoco. Por eso Julián me dijo justo antes del último concierto que era mejor dejarlo. Dolió y no pensábamos retomar de nuevo el grupo, pero viendo las ideas que habían quedado grabadas un poco de aquella manera... Pues aún nos sentíamos más frustrados. Es por eso que decidimos regrabar canciones y arreglarlas bien, hacerlo como debía ser y ya matar a Nahrayan con un final digno.



Vosotros dos os encargáis de todo en el disco, algo más propio de un combo blacker noruego que de una formación de vuestras características, jajaja. ¿Se debe a que ya estabais hartos de tanto cambios de formación o a una comunión en la que no era necesaria ningún miembro más?

Miguel: Julián? Creo que esta es para los dos...

Julián: Qué va! Tu ve contestando,jajajaja

Miguel: En realidad es un poco la combinación de ambas cosas. Nahrayan siempre ha sido, desde mi punto de vista, la expresión y vía de escape, lo que sentimos expresado en música. Mucha gente no entiende eso, o su compromiso con la banda o con la música en general es menor que el que nosotros podamos tener, o simplemente, distinto. Los cambios de formación, la imposibilidad en algunos casos de no poder seguirnos cuando improvisábamos riffs y ritmos Julián y yo o el no ir por el mismo camino musical y con la misma actitud nos mermó mucho. Cuando decidimos grabar este disco teníamos claro que debíamos plasmar lo que Nahrayan debía haber sido y no pudo ser, por todo lo mencionado arriba. No todo el mundo tiene la misma visión de las cosas y entre Julián y yo sí había ese entendimiento para transmitir los sentimientos, las atmósferas y en definitiva, lo que queríamos expresar con Nahrayan. Por todo esto y con la capacidad de Julián para poder grabar en casa y demás, grabando sólo la batería en estudio, decidimos que nosotros dos nos bastábamos.

Julián: Muy bien, Miguel!

Centrándonos en el disco, sorprende mucho la manera en la que jugáis al contraste entre el sludge más fiero y pasajes post rockeros. Como si Cough se fueran de paseo con Russian Circles, vamos... Viendo la propuesta general del disco, he sacado la conclusión de que es vuestra peculiar manera de representar que todo en este mundo, incluso las cosas más bellas, acaban hundiéndose en la negrura de su propio lado oscuro. ¿Voy bien o definitivamente se me ha ido la olla?jajajaja

Julián: Yo sólo diré... que vas bien,jajajaja

Si la pregunta son siete líneas y la respuesta un "vas bien", me hundo...

Julián: jajajaja

Miguel: A ver... Desde luego, sin haberlo de manera premedetida, tanto la música como el apartado letrístico va justo por donde dices. En cierto modo el ser humano es capaz de cosas maravillosas y también de las más despreciables. Aunque no las haga, todos, hasta el más santo, ha pensado en hacer algo horrible. Eso es lo que tratamos de manifestar con las letras (aparte de la muerte del Sol y el fin de la vida) y en cierto modo es lo que hacemos siempre que componemos la música de nuestras canciones. Nos gustan las melodías, desde luego, que sean bonitas y melancólicas, pero también nos gusta que todo suene oscuro y desesperanzador, porque al fin y al cabo somos muy conscientes de que el ser humano nace para morir, sabemos que todo lo bello, por bien que empiece, acaba mal. Y eso no podemos evitar trasladarlo a nuestra música. Por otro lado, en realidad esa manera de ver las cosas es muy propia del doom y bandas de ese palo, que realmente nos han influenciado mucho más que las bandas de post-rock. Esas bandas que tanto nos han influenciado tienen una manera parecida de ver las cosas, tanto a nivel lírico como a nivel musical.


Volviendo a ese contraste, he de reconocer que agradezco bandas que saben conjugar melodías y fiereza con gusto, como es vuestro caso, y no caer en la esquizofrenia barata del metalcore con sus estribillos melódicos… ¿Qué pensáis al respecto?

Miguel: Gracias por lo que dices... En realidad lo de mezclar partes duras y otras más melódicas es algo innato en Nahrayan. Surgió así desde el principio. Es decir, cuando empezamos con la banda muchos grupos estaban metidos en toda aquella fiebre del nu-metal, que en cierto modo ya practicaban lo que dices de la esquizofrenia del metalcore (de hecho, pienso que el metalcore es el nu-metal del siglo XXI) y es algo que nosotros no entendíamos. La manera de cantar y mezclar voces era un poco absurda y nosotros preferimos dejar los contrastes para la parte instrumental. No concebíamos una canción sin partes limpias o sin una parte que diera oxígeno a la composición. Sin embargo esas bandas preferían hacer riffs gordos de dos notas, sin molestarse en currarse más las composiciones. Nunca nos planteamos hacer contrastes con la voz, la voz sólo era un instrumento más para transmitir agresividad. Y bueno...en cuanto al metalcore en sí, al principio surgieron buenas bandas que hacían música de calidad, pero como todo cuando es masivo, se corrompe, pierde el encanto y la calidad. Sin entrar en más polémica, simplemente decir que nosotros venimos de otra escuela, no tenemos nada que ver con todo eso.

Julián: No se, yo creo que en cualquier estilo hay buena mierda, pero si que es cierto que en estilos que suelen caer en lo superficial como el metalcore o el nu-metal abunda lo apestoso. De todas formas siempre se advierte quién lo hace por "molar"...

Julián, las guitarras tienen mucho curro en el disco, sobre todo sus diferentes capas y texturas, como en las colosales When Sun Sets Down y A Dying Sun. ¿Te llevó mucho tiempo tejer ese tapiz sonoro?

Miguel: Habla perra!

Julián: Jajajaja Buff, qué difícil es esto. En algunas sí me ha llevado algo de tiempo, en otras ya lo tenía más claro, incluso en el momento de grabarlas por primera vez hace años. La base y estructura de las canciones ya estaba hecha, son temas que tienen algunos años pero en su momento la mayoría de arreglos no los mirábamos con tanta atención entre unas cosas y otras...ahora ha sido algo más íntimo, yo sólo en casa con la luz apagada y centrado totalmente en sentir lo que estaba haciendo, buscando contrastes y que me llenaran. Como ha dicho Miguel, había buenas ideas pero no podíamos o no sabíamos llevarlas a cabo.

También el filtro de voz le da un resultado muy abrasivo al conjunto. ¿Cómo se os ocurrió pasar las voces por esa lija del 10?

Julián: Siempre me han gustado ese tipo de voces oscuras, algo demoníacas y mal "rolleras", una vez más ayudan al contraste que teníamos claro queríamos para Nahrayan.

Miguel: Definitivamente crean el contraste que buscábamos, aparte de que encajan muy bien con la temática de las letras, un poco antihumanas.


El disco supera con desparpajo la hora de duración, lo que habla a las claras de que lo vuestro dista mucho de intentar ponérselo fácil al oyente, que tenga que abrirse paso… Siempre me ha gustado la música que me exige cierto esfuerzo, que no se limita a dármelo todo hecho. ¿Supongo que vosotros comulgaréis con esta filosofía, no?

Miguel: Absolutamente. La música "easy-listening" (como podría ser dentro de la caña el metalcore) te engancha enseguida, pero te aburre y cansa igual de rápido. El doom, el progresivo y estilos similares no son tan agradecidos en la primera escucha, pero sin embargo van ganando más y más conforme lo vas escuchando. Se van apreciando más detalles y cosas que en un primer momento no oyes. Así consiguen la atención del oyente y envolverlo, que creo es lo mejor que se puede conseguir como músico, porque sin eso es muy difícil transmitir sentimientos. Además, a la hora de tocar también es más entretenido y lo vives mucho más, también te requiere un esfuerzo que hace que te impliques para conseguir transmitir lo que quieres. La gran mayoría de bandas que nos han influenciado son bandas de este tipo, que requieren más escuchas, pero que cuando te llegan lo hacen de verdad. Discos como el How to Measure a Planet, el Times of Grace o el Silent Enigma, entre un montón más...

En lo tocante a la edición del álbum, lo sacáis con 5 sellos (si no me falla la memoria), algo que cada vez más están haciendo las bandas. ¿Cómo llegasteis a contactar con todos ellos y poneros de acuerdo?

Miguel: Buff... Es que la cosa está muy mal. Básicamente fuimos enviando mails a los sellos que creíamos podrían estar interesados. La intención era hacer una edición en vinilo (2xLP) con lo que muchos por el coste no accedían. Finalmente fuimos consiguiendo poco a poco sellos interesados y que fueron accediendo a co-editar. Al mismo tiempo Les Fleurs du Mal nos ofreció hacer la edición en cd, manufacturada y sin  tener que hacer nosotros nada, con lo que accedimos. Fredi, dueño del sello, se ha portado muy bien y se lo ha currado. En cuanto al vinilo, aparte de nuestro propio sello, participan unos 5 selllos más. Todos de aquí, más uno alemán si no recuerdo mal. Esperamos poder sacar el vinilo de cara al verano, pero la cosa a nivel económico está muy mal y tenemos que ver cómo lo vamos a hacer.

Julián: Saldrá. Antes o después pero saldrá.

Supongo que mirado por el lado positivo, cuantos más sellos participen en principio más gente podrá enterarse de la existencia del disco, no? 

Julián: Si, claro. De todas formas va a ser una tirada pequeña, unas 300 copias.

Miguel: Sí, aparte son sellos que se mueven bien dentro del underground de aquí y que algún sello de fuera ayude, como es Maniyax por ejemplo, nos viene genial ya que tendrá más tirada fuera de nuestras fronteras.

Respecto a los directos, creo entender que no tenéis pensado dar ninguno. Es debido a que tan sólo sois vosotros dos, o es que con la edición del álbum consideráis que podéis dejar descansar a Nahrayan definitivamente?

Miguel: Eso es algo que no hemos concretado realmente.La idea es dejar a Nahrayan definitivamente muerto, o al menos era la idea en un principio. El motivo principal es que sólo somos dos, y aunque tenemos la posibilidad de programar cosas, necesitaríamos más músicos y eso es quizá lo que más pereza nos da. Volver a buscar a gente que de verdad cumpla en el grupo es algo que no nos apetece nada. Siempre hemos dicho que si viniera alguna oferta interesante para tocar, lo valoraríamos, pero tendría que ser muy muy interesante para volver a pasar por el proceso de búsqueda de músicos y todo eso... Dicho esto, Nahrayan está oficialmente muerto hasta que alguna vez decidamos volver a resucitarlo o no... Nunca se sabe...

Julián: Son muchos años de frustración, yo no quiero volver a pasar por lo mismo. Me gustaría poder tocar esto en directo o simplemente ensayar de nuevo en el local, pero no lo veo posible.

Miguel: Fue un conjunto de circunstancias los que hizo que dejáramos Nahrayan, y en algunos casos los bolos tuvieron mucho que ver... De hecho, el penúltimo bolo que hicimos fue la gota que colmó el vaso, teníamos dos seguidos con Moksha y como digo, el penúltimo fue un desastre... Por eso ya fuimos al día siguiente a tocar sabiendo que iba a ser el último.

Supongo que es difícil hoy día encontrar gente comprometida.

Julián: Sí, es bastante difícil que lo sienta de la misma manera.

Miguel: Definitivamente es muy difícil encontrar gente comprometida y seria, que se meta en esto por hacer las cosas de corazón...

Puede que esa sea una de las razones que cada vez más bandas se contraigan y aparezcan en formato dúo, no? A menos miembros más complicidad y menos discusiones...

Julián: Eso es.

Miguel: Desde luego, estoy convencido de ello. No se necesita una orquesta para hacer buena música y cuanta más gente, más difícil es cuadrar todo, a nivel musical, personal, horarios y todo lo que se te pueda imaginar. No descartamos volver como dúo en otro proyecto... La involución de Nahrayan podríamos decir.



Hablando de otros proyectos, ambos coincidís también en la banda de rock pesado The Sand Collector, que el año pasado editó el estupendo Lord Of The Sun ¿Cómo están las cosas por ahí? ¿Bolos? ¿Disco nuevo en ciernes?

Miguel: Ahí nos has pillado,jajaja

Julián: Contente, Miguel! Jajaja

Miguel:  Estamos componiendo temas nuevos. En cuanto bolos estamos completamente parados, sólo queremos tocar cuando tengamos el disco nuevo terminado. El plan es entrar a garbar en breve, supongo que de cara a julio. Desde luego la orientación será mucho más doom que lo anterior, temas más largos y pesados...en plan doom clásico y esas cosas.

Contadme sobre vuestros otros proyectos, porque no paráis! Julián, creo que el nuevo disco de Muerte Por Mil Cortes está al caer, no?

Miguel: Yeah! Otros que expresan muy bien el odio.

Julián: Sí! Estamos terminando de grabar por fin, ha sido un parto muuuy difícil pero creo que los 5 que somos vamos a acabar muy satisfechos cuando lo tengamos terminado. Oscuridad ojetal! Es también un disco conceptual, como el de Nahrayan. De hecho la historia que cuenta es muy similar en cuanto a la finalidad.

Bueno, pues tan sólo me queda daros las gracias por dedicarme vuestro tiempo!

Julián: Gracias a ti, Cthulhu. Una vez más.

Miguel: Exacto, gracias a ti por el curro que te pegas y el apoyo. Y por hacer las cosas con buen gusto y dedicación.

jueves, 26 de abril de 2012

ASTRA - The Black Chord (2012)



Puedes escuchar el álbum completo a través de AOL Music. PINCHA AQUÍ.

Ya tenemos aquí el último trabajo de los nuevos titanes del rock progresivo, los estadounidenses Astra. Abanderados de un género que suscita por igual odios y pasiones (reacciones ambas que un servidor puede suscribir dependiendo el caso), el quinteto de San Diego debutó hace tres años con el mastodóntico The Weirding (2009, Rise Above Records), una ida de olla de 80 minutos no apta para cualquiera en la que dejaban claro su filiación a la década de los 70, especialmente a los plásticos de Pink Floyd, Yes y King Crimson. Tachada su propuesta de inmovilista y autoindulgente por algunos, era sin embargo tan grande el talento y la pasión con que la desgranaban que pronto se ganaron toda una base de acérrimos defensores, principalmente los amantes del rock más añejo. The Black Chord (2012, Rise Above / Metal Blade) es la reafirmación de Astra en sus postulados aunque con la humildad suficiente como para aprender de parte de las críticas respecto a su predecesor.


Porque no se si habrá salido de ellos o será un reconocimiento a dichas críticas, pero The Black Chord es media hora más corto que The Weirding, algo que en mi opinión ayuda mucho a la homogeneización del álbum y a que su escucha sea el viaje cósmico que pretende y no tanto una maratón de peyote hasta caer exhausto. Puede que sea un poco de ambos factores, porque unido al recorte de metraje nos encontramos ante una banda muchísimo más madura y con las ideas muy claras. Así como en The Weirding había momentos donde uno tenía la sensación de que el quinteto quería verter demasiadas de esas ideas en un espacio imposible, en The Black Chord todo se encuentra en su justa medida merced a una formación que por fin ha cogido las riendas de un barco que antes se movía a golpe de las deudas con el pasado. Y no es que Astra se hayan movido un ápice de su campamento en el corazón del progresivo setentero, pero ahora conocen su configuración y sus lugares favoritos mucho mejor que antes, descubriendo de paso parajes nuevos que insertan con acierto en su propuesta. Además de las ya conocidas sonoridades deudoras de Pink Floyd, King Crimson y Yes, aparece ahora una tendencia a la cosmicidad de Hawkwind que antes se encontraba soterrada en su maelstrom creativo. Y con sólo un tema por encima de los 10 minutos y un minutaje que no llega a los 50, los 6 cortes que conforman The Black Chord son verdaderas joyas de brillo ultramundano, obrando con acierto y maestría la casi imposible amalgama entre concisión y evocación sin límites, algo tremendamente meritorio cuando uno decide enrolarse en la armada del rock progresivo. Desde que el álbum se abre con la maravillosa Cocoon es imposible no sonreír recordando magnas obras como Starless And Bible Black de King Crimson o Close To The Edge de Yes, alegría que continúa hasta el cierre espacial de Barefoot In The Head y sus reminiscencias a los todopoderosos Hawkwind. Y por el camino toda una orgía sonora a golpe de Hammond, sintetizadores Moog, baterías jazzísticas y guitarras de mil recursos (wah-wah, riffs sabbathicos, delays, solos incendiarios...), que sumado a una mayor presencia vocal que en The Weirding acentúan la sensación de estar ante "canciones" propiamente dichas y no tanto ante una jam sideral si medida (lo que tenía su encanto también, todo hay que decirlo). Con un sonido maravilloso de textura más añeja que su predecesor, The Black Chord es la comunión perfecta entre rock y atmósferas contemplativas a cargo de una banda que ha dado un paso de gigante en sus ya de por sí enormes capacidades compositivas. Si es así yo vuelvo a apuntarme al LSD.


The Black Chord es lo que ocurre cuando cinco mentes geniales entran en comunión con su vasto bullir de ideas y pasiones. El mejor homenaje a la década de los 70 imaginable, posee sin embargo la suficiente personalidad para reclamar su sitio en el rock del siglo XXI, que a veces se nos olvida le debe la vida a sus orígenes. El disco de rock progresivo del año y una maravilla a guardar con tus grandes clásicos.


martes, 24 de abril de 2012

MGLA - With Hearts Toward None (2012)



Buf, no os podéis imaginar las ganas que le tenía a este disco. Uno de los secretos mejor guardados del black metal underground, los polacos Mgla (que significa niebla en su idioma) me volaron la cabeza hace cuatro años con su descomunal debut Groza (2008, Northern Heritage Records), merced a una propuesta personalísima que aunaba toda la fiereza del black metal ortodoxo con unos riffs y un gusto por las melodías realmente especiales. Indagando un poco más me topé con su EP Mdlosci (2006, Northern Heritage Records), otro trabajo soberbio que nada tenía que envidiar a su posterior LP, y que me convenció de que estaba ante una banda con todos los visos de convertirse en una entidad de culto. Nacidos en el año 2000, Mgla está compuesto por Darkside a la batería y M. a la guitarra, bajo y voces, y desde su también espectacular debut en formato split junto a los finlandeses Exordium (Crushing The Holy Trinity, 2005, Northern Heritage Records), todas sus apariciones se cuentan por victorias aplastantes.


Debutar con un disco tan grandioso como Groza tiene su aspecto negativo, y es el hecho de que desde el principio de tu carrera ya vas a tener un listón comparativo muy difícil de superar. Se puede argumentar que muchas bandas matarían por grabar un artefacto de esas características aunque sólo fuera una vez en la vida, pero eso no mitiga las dificultades derivadas de una entrada en escena de tamañas características. Sin embargo me da a mí que el dúo polaco ni se inmutó por todo esto, sabedores de la libertad que les brinda el moverse por el underground más absoluto y muy probablemente por la confianza ciega en sus excepcionales virtudes compositivas. Sin entrar en comparaciones (se me hace muy difícil comparar dos criaturas tan poderosas como son su nuevo trabajo y Groza), With Hearts Toward None es otro álbum descomunal que incide en el pulido y abrillantamiento de las virtudes melódicas de su debut. Sin necesidad de teclados, coqueteos con el folk ni pasajes acústicos, Mgla se han cascado una obra con más gancho y capacidad de seducción que el 99% de bandas de black metal de nueva hornada, demostrando por el camino que no hace falta buscar en otros parajes las bondades que siempre han latido en el interior del género. Si tuviera que hacer alguna comparación esa sería con los noruegos Taake, no tanto por los símiles musicales sino por una filosofía que mira hacia el futuro pero sin perder en ningún momento la filiación ni el respeto por las raíces y ADN constitutivo del black metal. Aumentando el número de temas y reduciendo su metraje, Mgla confirman su apuesta por profundizar en un álbum más directo y ganador que su predecesor, sin lugar para la fatiga o la dispersión de atención por parte del oyente. Y aunque un servidor sigue siendo fiel defensor de Groza, no puede sino aplaudir un disco que abre con el gancho inmediato de I (vuelven a nombrar sus temas con números romanos), un corte que al primer parón de revoluciones y la entrada de las melodías ya te tiene babeando el suelo. Sobrados de capacidades técnicas, es sin embargo en el gusto compositivo donde sobresalen los polacos, principalmente por la maravillosa labor a las seis cuerdas de M., toda una exhibición de como parir riffs ganadores y soberbias melodías manteniendo a la vez toda la mordiente y mala hostia, cortesía también de los gruñidos iracundos del propio M. Y es que pocas veces la palabra del Maligno se ha propagado con una capacidad de seducción como en With Hearts Toward None, una invitación a rendirle pleitesía con los puños en alto y desafiando las capacidades motoras de tus cervicales. Si tuviera que destacar un tema por encima de los demás, ese sería III. Compendio de todas las bondades (o maldades, más bien) de Mgla, en mi opinión es la mejor canción que jamás hayan compuesto, una absoluta pasada que con su amalgama de épica desaforada, melodías arrebatadoras, guitarreos incendiarios, baterías marciales y proclamas heréticas te harán salir corriendo a quemar la iglesia del barrio. El hit blacker del año, os lo digo yo. Sería injusto no mencionar el trabajo a los parches de Darkside, porque estamos ante otro ejercicio que se sale de la ortodoxia para sumar a los característicos golpeos con la quinta marcha puesta una elegancia y versatilidad nada comunes en el género. En resumen estamos ante una de esas raras joyas capaces de atrapar tanto a los fanáticos de la ortodoxia como a los conversos de nueva hornada, toda un ejemplo de que la verdadera evolución es un perfeccionamiento del código genético propio y no su cruce con otras especies. 


Mi candidato por el momento a mejor disco de black metal del año, With Hearts Toward None supone la confirmación de Mgla como una entidad de primer orden dentro del género, y un clínic de como conjugar pegada, melodías y satanismo furibundo. No se puede pedir más para celebrar el fin del mundo...

BUY IT!!!:



lunes, 23 de abril de 2012

THE GREAT OLD ONES - Al Azif (2012)


Puedes escuchar un adelanto del disco a través del Bandcamp de The Great Old Ones. PINCHA AQUÍ.
Que no está muerto lo que duerme eternamente, y con el paso de los Eones, aún la misma muerte puede morir


De este modo abría el árabe loco Abdul Alhazred su ignominioso Necronomicón, escrito con sangre sobre piel humana y que con el paso de los siglos se ha convertido en codiciado volúmen para los estudiosos de lo oculto y en objeto de repudia y temor para todos aquellos hombres de bien que saben que hay conocimientos y poderes más allá de nuestra comprensión que es mejor dejar en paz. Al Azif era su denominación en árabe, y a él le dedica su debut este quinteto francés cuyo nombre hace referencia a los peores de esos poderes, los más dañinos y que una vez caminaron por la Tierra hundiéndola en la más negra de las sombras... Los Primigenios. Desterrados del planeta o encerrados en sus moradas por innombrables actos de blasfemia, los seres cósmicos esperan a que las estrellas vuelvan a alinearse como antaño para reclamar un planeta que consideran suyo por derecho. Porque "los Antiguos fueron, los Antiguos son y los Antiguos serán" (De los Antiguos y su Simiente, Necronomicón).



Con estas referencias ya supondréis la excitación tentacular que me invadió al recibir la copia promocional hace un par de meses, y os aseguro que el contenido hizo que casi escapara de mi prisión en R'Lyeh para devorar humanos con avidez y frenesí. Nacido originalmente como el proyecto personal de Benjamin Guerry (guitarra, voz) en 2009, The Great Old Ones incorpora poco después a Jeff Grimal (guitarra, voz), Xavier Godart (guitarra), Sebastien Lalanne (bajo) y Léo Isnard (batería) al barco, con el fin de plasmar y llevar a un nuevo nivel el black metal atmosférico de temática lovecraftiana que bullía en la cabeza del citado Guerry. Producido y mezclado por Cyrille Gachet (Year Of No Light) y masterizado por Alan Douches (Tombs, The Dillinger Escape Plan, Mastodon, Clutch) en Nueva York, Al Azif verá la luz el 27 de Abril a través de Les Acteurs De L'Ombre (CD) y Antithetic Records (Digipack). Ésta última también se encargará de la edición en doble vinilo que verá la luz este verano. El fantástico diseño del álbum corre a cargo del guitarrista Jeff Grimal.



Al Azif es como los retazos de realidad que se nos revelan en nuestros sueños más pavorosos, esos en los que atisbamos el verdadero rostro del cosmos: vasto, caótico y de un hipnotismo terrorífico, más allá de nuestra ínfima capacidad de comprensión. Haciendo suyo el universo onírico de Lovecraft, The Great Old Ones respalda la máxima de que es necesario dormir para despertar al Universo, transportando al oyente a un plano existencial de sensaciones encontradas e irreales, mezcla de belleza, terror e ira infinita. El quinteto galo toma como punto de partida ese difuso género conocido como post-black metal, concretamente en su vertiente más evocadora y que cuenta como principales valedores a los irlandeses Altar Of Plagues y los estadounidenses Wolves In The Throne Room, pero imprimiéndole un sello personal que es poco menos que sorprendente habida cuenta de la condición de novatos que atesoran. Tampoco hacen ascos a la hora de echar mano de las estructuras en espiral propias del post-rock y su amor por los finales explosivos, lo que unido a la oscuridad cortante y malsana del black metal deviene en momentos de pavorosa revelación cósmica, como un tortuoso viaje a través del espacio no euclidiano para descubrir que la realidad es sólo bullente caos tentacular, encarnado en la forma de un todopoderoso dios idiota que se mueve al son de una flauta. Porque el proceso creativo, al igual que el universo, es caos e infinitud. Moviéndose por las ciclópeas tensiones eternas entre belleza y fealdad, quietud y cambio, creación y destrucción total, The Great Old Ones erigen una obra tremendamente ambiciosa por la complejidad compositiva que atesora, pero que lejos de errar se muestra como un trabajo colosal, evocador y con momentos capaces de ponerte los pelos de punta. La labor de los tres guitarristas es de un nivel ultramundano, creando una compleja maraña de sonoridades y texturas que pueden ir desde la cortante frialdad eléctrica del black metal a languidecer entre notas de evocación post-rockera, sin olvidar el gran acierto de Al Azif y que no es otro que la inclusión de unas melodías bellas como ver morir el Sol. Este carácter contrapuesto, bicefálico y dialéctico deviene en obra maestra en el corte final My Love For The Stars (Cthulhu Fhtagn), dedicada a mayor gloria de un servidor y que son 10 minutos de verdadero éxtasis sonoro a golpe de ensoñación, furia y uno de los clímax más catárticos que nos haya brindado el metal en años. Sin temor al fallo y conocedores de su supremacía, The Great Old Ones no dudan en adentrarse en terrenos como los de la psicodelía o los ecos jazzísticos, y los sumergen en la infinita oscuridad de su propuesta para parir la barroca Rue d'Auseil, otra de las grandes triunfadoras del álbum y en la que dan rienda suelta a todas sus habilidades compositivas con unos resultados acojonantes. Y por el camino disfrutarás del poderío épico de los galos de la mano de joyas como Al Azif o Jonas, demostraciones de que la teoría del in crescendo no tiene secretos para ellos. Porque no hay secretos en el mundo de The Great Old Ones, todos son revelados y desechados por intrascendentes ante la infinitud y complejidad irracional del Universo, empacada aquí mediante alquimia oscura en 6 cortes de blasfemia irresistible. 



Candidato directo a mi lista de los mejor de 2012, Al Azif es un corte de mangas a la cordura, la celebración del éxtasis demente ante el verdadero rostro del mundo, la belleza más allá de los patéticos conceptos de la superficialidad humana. Otro éxito incontestable para el metal francés y la entrada en trombra de The Great Old Ones en las distinguidas filas de la aristocracia blacker de nueva hornada. 

Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn!

BUY IT!!!:







sábado, 21 de abril de 2012

TORCHE - Harmonicraft (2012)


Puedes escuchar el álbum entero a través de SPIN.COM. PINCHA AQUÍ.

Vaya sorpresa más grata me han dado Torche. A pesar de que los grandes medios siempre les han colocado en la Primera División junto a titanes como Baroness, Mastodon o Kylesa, a un servidor la propuesta de los de Florida nunca le hizo especial gracia, y su tendencia a transitar por los parajes del stoner más genérico no es que ayudara. No se si su fichaje por Volcom Entertainment ha influido, pero en este su tercer trabajo su música se ha visto impregnada por una energía y vitalidad punk que a buen seguro hará las delicias de muchos surferos del asfalto. La inclusión de Andrew Elstner como segundo guitarra les ha permitido aumentar la paleta de colores de su tapiz sonoro para parir una pequeña joya muy superior al sobrevalorado Meanderthal (2008, Hydra Head). Desde su colorida e infantil portada a sus 13 directísimos cortes, Harmonicraft es la carta de presentación de los nuevos Torche, y yo no puedo sino aplaudir enérgicamente con mis tentáculos ante tamaña transformación.


Porque independientemente de las valoraciones subjetivas o gustos de cada uno, Harmonicraft nos presenta a una banda con personalidad propia que por fin ha encontrado su sonido. Abandonando sus deudas con el stoner, Torche han parido una criatura que aúna la pesadez de sus característicos riffs con una vitalidad, inmediatez y melodías que beben directamente del pop (o punk-pop si se prefiere), deviniendo en un disco que se disfruta como un enorme caramelo eléctrico. La urgencia con la que despachan los 13 cortes del disco (excepto el final ninguno alcanza los 4 minutos de duración) es más propia de una banda de punks adolescentes que de barbudos metaleros, pero la maravillosa habilidad de hacer de ellos pequeños himnos de rock luminoso nos habla de una formación en un auténtico estado de gracia compositivo. Mucho más dinámico que nada de lo que hayan grabado anteriormente, también las fuentes de las que se ha nutrido el álbum han variado ostensiblemente respecto a sus predecesores, encontrando la principal y omnipresente a lo largo de todo el metraje de los todopoderosos Melvins, pero también el punk rock de Walk It Off, los ecos a Soundgarden en Letting Go o la mezcla entre noise y southern en Reverse Inverted. Otra de las grandes influencias de los nuevos Torche son Foo Fighters, principalmente por una propuesta que consigue la dificilísima alquimia entre rock de arena y calidad que tan grandes han hecho a Dave Grohl y sus huestes, aunque regado aquí por unos riffs de gran tonelaje que nos hablan de las raíces sludge de los de Florida. Casi imposible se hace detener los pies durante los 37 minutos en que despachan Harmonicraft, así como borrar la sonrisa mezcla de sorpresa y deleite que deparan las entrañas del mismo, cortesía de un Andrew Elstner que en su comunión con Steve Brooks nos regalan todo un ejercicio de contundencia, melodías perfectas, lisergia sonora e incluso unas sorprendentes dosis de virtuosismo ultraterreno en Walk It Off o Harmonicraft. La producción saca matrícula en un examen nada fácil, el de aunar el músculo metálico con las melodías, y en el que seguro que mucho ha tenido que ver la mezcla del últimamente omnipresente Kurt Ballou. Es imposible encontrarle una mancha a un trabajo que despliega tal colección de radiantes virtudes, la mayor de las cuales es impregnar al oyente de la vitalidad y buen rollo del que hace gala. Que falta hace en los tiempos que corren.


Candidato a estar en decenas de listas de lo mejor de 2012, Harmonicraft es el gran trabajo que todos esperábamos de Torche, convertidos ahora en caballeros de luminosa armadura y azote de todos esos escépticos que juraron que sludge y pop no podían ser amiguitos. Que no nos borren la sonrisa.

BUY IT!!! (Torche Official Homepage)







jueves, 12 de abril de 2012

LILACS & CHAMPAGNE - S/T (2012)



Hoy vamos con una de sorpresas, y de las grandes. Lilacs & Champagne es el debut de este proyecto a cargo de Alex Hall y Emil Hamos, cabezas pensantes de los gigantes post-rockeros Grails, de cuyo último trabajo ya di cuenta ayer. El nombre de la banda está sacado del título de una canción de Czeslaw Niemen (de la que hacen una versión en el disco), cantautor y compositor polaco que influenció enormemente a la escena progresiva mundial y que llegó a colaborar, entre otros, con la Mahavishnu Orchestra de John McLaughlin. Con Lilacs  Champagne la pareja de geniecillos ahondan en la senda cinematográfica de Deep Politics pero desde un acercamiento diferente, apoyándose esta vez en la música electrónica.



Lilacs & Champagne es una absoluta delicia, hermano gemelo del último álbum de Grails y de nuevo un trabajo que huele a banda sonora setentera por los cuatro costados. Sin embargo aquí la envoltura formal con la que se visten las composiciones es más psicodélica y oscura, ahondando en ese aire de película de serie B y de espías en el que tan bien se mueven Alex Hall y Emil Hamos. Valientes a la hora de beber de diferentes fuentes estilísticas para vestir adecuadamente a su criatura, en este caso tiran de trip-hop y hip-hop instrumental con un gusto y clarividencia compositiva de quitarse el sombrero. Pero es que el resultado es tan personal y evocador que perfectamente podría hablarse de Lilacs & Champagne como uno de los mejores discos que jamás hayan parido esos géneros, una amalgama perfecta entre guitarras, samplers y programaciones para las que han contado con los inestimables consejos del gran Madlib (Mos Def, De La Soul...). Otro de los grandes aciertos del disco es la inclusión de líneas vocales, algunas extraídas de películas antiguas y otras compuestas para la ocasión, que dotan de mayor profundidad a los temas y que nos hablan de historias de ocultismo, violencia y decadencia, con no pocas dosis de humor. El carácter multirreferencial de una obra como esta es enorme, y muchas de ellas se me escapan, pero por el álbum escucharás a Debbie Harry de Blondie, Barry Gibb de los Bee Gees y al mítico Dino Valente interpretando su legendaria Something New en el corte Laid Fucking Back. Como veis, todo un cóctel que desenterrando el baúl de los recuerdos y haciéndolo copular con las técnicas más modernas deviene en una obra visionaria, valiente y genial. Las comparaciones con popes de la escena como DJ Shadow, Madlib o J Dilla están ahí, pero independientemente de ello Lilacs & Champagne es una entidad con personalidad propia, sin nada que envidiar a nadie y que te sumergirá en un mundo de villanos freaks, espías, coktails y cintas de VHS. Es complicado elegir un tema sobre otro, como lo es decidir tu escena favorita de la peli que amas, por lo que pasaré de ello y os instaré directamente a que os sumerjáis en el que probablemente es el gran debut de 2012.


Si ya reverenciaba a Alex Hill y Emil Hamos, ahora directamente les estoy tallando una escultura. Lilacs & Champagne es lo que ocurre cuando colocas el pasado en una catapulta y lo lanzas hacia el siglo 21, todo un ejercicio de estilo y evocación que demuestra que las barreras sólo existen para los incapaces y temerosos. Voy a prepararme otro Martini.



LISABÖ - Animalia Lotsatuen Putzua (2011)



Demasiado he demorado esta reseña, la de un disco que de no haberse editado tan tarde (Diciembre de 2011) hubiera sido firme candidato a entrar entre mis discos favoritos del año, con opciones de ser fácilmente el nº1. Y es que Lisabö son mucho Lisabö... Su espectacular debut Ezarian allá por el año 2000 ya dejó claro que estábamos ante una banda destinada a ser una entidad de culto, pero de las de verdad. Tanto por una propuesta difícil y personalísima que bebía del post-hardcore y el noise como por una actitud que sin ser arisca con los medios sí daba la espalda al negocio de la industria y todo lo que no tuviera que ver exclusivamente con su alquimia sonora, y terminando por la férrea convicción de cantar en euskera, el idioma de su tierra. De la mano de uno de los directos más intensos y demoledores que uno pueda vivir hoy día y una discografía abonada al carro de la excelencia, el quinteto de Irún se ha convertido en objeto de adoración tanto para los moradores del underground como de modernetes lectores de la inefable Rockdelux. Sin embargo poco parece importarles a los vascos toda esta adulación, permaneciendo en un estado de plácida hibernación del que despiertan cuando así lo consideran para soltarnos una nueva joya de existencialismo sonoro. Es el caso de su nueva criatura, Animalia Lotsatuen Putzua (El Pozo De Los Animales Avergonzados en castellano), de nuevo editando con la plataforma de edición musical autogestionada Bidehuts.


Los seguidores de Lisabö no encontrarán en este nuevo trabajo ninguna sorpresa especial respecto a anteriores discos (exceptuando el preciosista Izkiriaturik Aurkitu Ditudan Gurak de 2005), pero sí la constatación de que siguen en una forma casi inalcanzable para la mayoría de los mortales, con el añadido de moverse en unos terrenos enteramente propios. Recuperando la crudeza y los desarrollos intrincados de su debut, su cuarto trabajo de estudio es un tortuoso y pasional viaje al interior de nuestras heridas, entre sonidos que cortan como alambradas de espino y desgarradores lamentos plenos de intensidad. Moviéndose entre las sombras de la existencia pero buscando constantemente la luz, vastos como el océano pero con la sequedad sonora por bandera, Lisabö son uno de los mayores exponentes de la ley hegeliana de la unidad y lucha de contrarios. Piezas de diferentes rompecabezas que chocan y se rompen pero que acaban encajando bajo los inclementes martillazos de la voluntad, dando como resultado un paisaje mucho mayor que la simple adición de sus partes constituyentes. Alejados ya del cajón de sastre del post-hardcore, nos encontramos de nuevo ante una banda que sólo puede compararse consigo misma, un crisol de sonoridades que a duras penas puede contener la rabia latente en cada una de sus notas, en cada susurro, en cada golpeo de sus dos baterías gemelas. Sigue sorprendiendo la pasmosa facilidad con que conjugan el mayor de los ascetismos, la negación rotunda del artificio, con unas estructuras enrevesadas y filosas como alambre de espino, lo que nos habla de que las cosas es mejor decirlas directamente, pero aún así nada es tan sencillo como parece. Vamos, como la puta vida. Y como en ésta, pocos momentos hay para la relajación y el reposo espiritual, algo de lo que prácticamente nada encontrarás en Lisabö. Desde la demolición abrasiva de Oroimenik Gabeko Filma (La Película Sin Recuerdo) a la preciosa calma tensa e intimista de Ez Zaitut Somatu Iristen (No Te He Sentido Llegar), pasando por la claustrofobia desgarrada y repetitiva de Gordintasunaren Otordu Luzea (El Largo Banquete De La Crudeza), todo en Animalia Lotsatuen Putzua son tendones rígidos y espasmódicos, gargantas rotas, el rechazo de la carne y el espíritu ante la banalidad de la existencia moderna. Algo que queda reflejado perfectamente en los textos del escritor Martxel Mariskal, que de nuevo vuelve a actuar como sexto miembro del grupo en la sombra y que nos deja perlas como las que abren el corte Oinazearen Intimitatea (La Intimidad Del Dolor): "No has venido a mi fiesta. No he ido a tu entierro. Ando cuidando tus libros y tus collares, alimentándome de carcoma en el ático de madera, y tragándome los muchos ojos del recuerdo cada vez que cambian de color". Y tras los 40 minutos de duración a través de los cuales se retuercen los 6 cortes que componen el álbum te quedará una sensación mezcla de agotamiento espiritual y ganas de más, sadomasoquismo fruto de otra victoria incontestable de Lisabö.


Animalia Lotsatuen Putzua es, de nuevo, la constatación de que no es necesario mirar fuera de las fronteras para hallar obras maestras de belleza... y dolor. Lisabö continúan siendo una banda única en el panorama internacional, ajenos a modas, estilos o etiquetas. Y si ellos le gritan a la existencia, yo le grito a su grandeza. A sus pies.




miércoles, 11 de abril de 2012

GRAILS - Deep Politics (2011)



Esta semana voy a dedicarla a terminar de exprimir un 2011 cuyos ecos todavía se hacen sentir con fuerza bien entrado el año 2012. Y hoy lo hago con la última referencia de los estadounidenses Grails, que se me escapó en su momento debido a que la hiperactividad de estos tíos hace que en algún momento uno tenga que desconectar para poder dedicarle el tiempo de asimilación necesaria que necesitan sus discos. De hecho en la calle está Lilacs & Champagne, proyecto paralelo de la banda y que desde ya os digo que es probablemente el mejor "debut" de 2012. Lo dicho, que no paran. Oriundos de Portland, el grupo empezó su andadura en 1999 bajo el nombre de Laurel Canyon grabando dos EP's autofinanciados que llamaron la atención de Neurot Recordings, el sello de Neurosis, que editó su estupendo debut Burden Of Hope (2003), ya con el nombre de Grails. Su post-rock inclasificable y cinematográfico siempre supuso un quebradero de cabeza para todos aquellos que intentaron (e intentan) constreñir su propuesta en una etiqueta determinada, lo que se complica aún más debido a la constante mutación de la misma. De unos principios deudores de Dirty Three y Morricone al progresivo espacial del EP Interpretations Of Three Psychedelic Rock Songs From Around The World (2005, con versiones de la Flower Travelling Band, The Byrds y Gong), pasando por el enérgico post-rock de fuertes influencias hindúes de Black Tar Prophecies Vol 1,2 y 3 (2006) o Burning Off Impurities (2007) hasta su fase final de acercamiento al progresivo setentero italiano en Doomsdayer's Holiday (2008), la carrera de Grails siempre ha sido sinónimo de excelencia e inconformismo, algo que volvieron a demostrar con Deep Politics, su última referencia hasta la fecha y otra vuelta de tuerca a su genial sonido.


Empezaré declarando que Grails es la mejor banda de post-rock que existe en la actualidad, para acto seguido aclarar que estos señores ya no entran en el saco de ese género. ¿Contradicción? No si uno reconoce que la fórmula estilística del post-rock murió hace años y su escena reemplazada por hordas de zombies clónicos. Olvídate de las clásicas espirales sonoras que acaban en un pseudo-clímax tan previsible que puedes avanzar hasta el final del metraje para ahorrarte minutos de sopor, en Grails no encontrarás nada de eso. Porque la propuesta del quinteto es cinemática en estado puro, un continuo fluir de sonoridades y estructuras mutantes que te llevarán en volandas al interior de la mejor película que puedas imaginar. Y es que esa es otra de las características del grupo, el erigir maravillosas bandas sonoras para que tú imagines una película desplomado en la comodidad de tu sillón favorito. Aunque lo más probable es que si estás familiarizado con el cine italiano elijas un giallo, género por el que los estadounidenses sienten debilidad y que viene corroborado por cortes como All Colors In The Dark, originalmente compuesta por el genial Bruno Nicolai (colaborador habitual de Morricone y artífice de numerosas bandas sonoras de giallos, así como de películas del gran Jesús Franco). Partiendo de unos cimientos netamente rockeros (guitarra, bajo y batería), aunque sin hacerle ascos a la incorporación de otras sonoridades, Deep Politics es un acercamiento vanguardista al sinfonismo cinematográfico pero dejando de lado cualquier pretenciosidad, grandilocuencia o épica barata en la que suelen incurrir el 99% de las bandas que se adentran en ese jardín. La pesadez, distorsión y vulcanismo de anteriores trabajos se ve aquí reducida al mínimo con el fin de ayudar a la construcción de elegantes y evocadores paisajes sonoros en constante movimiento, haciendo gala de un gusto y capacidad compositiva simplemente sobrecogedores. Cortes como el que dan título al disco son poco menos que pequeñas obras maestras por las que cualquier director de renombre mataría por incorporar a su película, aunque dudo que la misma estuviera a la altura. Pianos, violines, sonidos del lejano Oriente... todo tiene cabida en el mundo de Deep Politics con la condición de supeditarse a la dictadura compositiva que gobierna a través de las mentes del quinteto, impidiendo que el álbum se convierta en un collage amorfo de influencias y lo haga en un maravilloso universo orquestado al milímetro para fluir sin obstáculos a través de los resortes de tu imaginación. Y ese es el gran triunfo de Grails, y por extensión de Deep Politics, el de ser capaces de llevar al terreno de la coherencia una de las propuestas más ricas, exhuberantes y multirreferenciales que puedas encontrar en el panorama actual, llevándose además a tu mente a todo un viaje de cine, palomitas y peyote. 


Deep Politics es uno de los mejores discos que jamás hayan parido Grails (las comparaciones entre sus títulos son muy complicadas), un paisaje viviente y en constante movimiento fruto de la paleta de colores infinitos que maneja este cuarteto de genios. Olvídate ya del post-rock y abre tu mente, porque Grails son el presente y futuro de un nuevo mundo.