Hoy nos toca viajar al lado más denso e introspectivo del panorama musical, de la mano de una banda tremendamente especial, tanto por la propuesta musical que abanderan como por su inmensa productividad en el poco tiempo que lleva la formación en activo (empezaron en 2005 pero sus primeros trabajos vieron la luz a partir de 2007). Porque en los últimos cuatro años este cuarteto de Newcastle ha editado la friolera de 24 títulos, entre LP's, EP's, Splits y discos en directo, en gran parte determinados por la pertenencia de los miembros de Bong a muchas otras bandas de la efervescente escena local de su ciudad. Como es natural, tanta inquietud hace que esas referencias tengan sus altos y bajos, pero se puede decir que en todas ellas Bong se han desmarcado como una banda única, y su heavy/doom de fuertes influencias drone y psicodélicas como una de las propuestas más ilusionantes y frescas de la escena metálica internacional, aunque sólo un puñado de personas les conozcan o (lo más habitual) sean capaces de operar esa transformación mental necesaria para encarar los trabajos de estos visionarios del doom. Beyond Ancient Space es el tercer LP del cuarteto, y a tenor de las críticas recibidas, un aspirante claro a colarse en muchas listas de lo mejor de 2011, aunque operando desde un underground del que dudo que vayan a salir nunca. La alineación de este equipo de cosmonautas es Dave Terry al bajo y voces, el batería Mike Smith, Mike Vest como encargado de las seis cuerdas y efectos, y Ben Freeth poniendo el toque exótico con su sitar y shahi baaja (versión electrificada y ligeramente modificada del bulbul taranj indio, y que con sus doce cuerdas y teclado suele ser utilizado tanto en composiciones techno del país como en bandas de drone y psicodelia).
Ya comentaba que para escuchar la música de Bong hacía falta cierto ejercicio de adecuación mental, de liberarnos de cualquier otro concepto ajeno a la receptividad sensorial plena, paso previo y necesario para empaparse de lleno en ese Universo infinito y extraño que está contenido en Beyond Ancient Space. En este mundo de prisas, ajetreos y estrictos horarios, de modas y estilos artísticos muertos a los segundos de nacer, no es de extrañar que una propuesta como la de los británicos no sea la más popular del vecindario. Y es así porque su música es una invitación a detenerse, a vaciar la mente de todo concepto superficial y adentrarse en ese vasto cosmos aterrador y maravilloso que no es otro que el que existe dentro de cada uno. Para ello no han dudado en viajar a la fuente y hacer suyas las enseñanzas tanto de los primeros músicos de nuestra civilización como de lo más granado del rock en todas sus vertientes, en un viaje sonoro que recorre desde el Sama Veda o Veda de los cánticos a la heterodoxia doom de Hey Colossus, pasando por ecos del space rock de Hawkwind e incluso del shoegaze de My Bloody Valentine. Pero, y esto es lo más importante, todas estas influencias no son más que herramientas para obrar un fin mayor, diferente, la experiencia como cristalizadora de las conclusiones presentes y los actos del mañana. Las murallas de sonido, los efectos drone, el sitar y shahi baaja siempre en primer plano, los cánticos, los 75 minutos divididos en 3 cortes mastodónticos, todo está conjurado en Beyond Ancient Space para obrar en el oyente una transformación trascendental, un efecto narcótico que prepara sus constantes vitales y espirituales para adentrarse en ese infinito desgraciadamente tan desconocido como es el que vive en nuestro fuero interno. Por todo lo dicho sería, no obstante, todo un error catalogar la música de Beyond Ancient Space como simplemente psicodelia, ya que aunque la miríada de matices que convierten el álbum en un fresco intrincado puedan desviar la mirada de la raíz, ese punto de partida es inequívocamente doom, y de una potencia, fuerza y densidad que nada tienen que envidiar a las bandas más plúmbeas del panorama actual. Como si de unos Om sumergidos en mercurio líquido se tratase, pero sin ninguna de sus pajas mentales pseudo-religiosas, Bong actúan a un nivel mucho más primario, moviéndose en una espiral expansiva contradictoria, ya que en realidad su trazado se va enroscando cada vez más dentro, más profundo, en nuestras entrañas, reflexión que habla de que para alcanzarnos tenemos antes que abrirnos al infinito. Por todo esto dudo mucho que una banda como Bong sea jamás un nombre de primera fila dentro del doom, y del metal en general. Es imposible que ocurra en un mundo donde la gente ha renunciado a vivir su propia vida, delegando ese don preciado (el más preciado) en arquetipos de plástico y banales historias de bazofia catódica. Puede que en un futuro más radiante, con menos toneladas de mierda encima, una propuesta como la de los británicos sea por fin reconocida, y sus álbumes estudiados en conservatorios. Hasta que ese día llegue, un servidor se seguirá conformando con pinchar Beyond Ancient Space, cerrar los ojos y perderse en las constelaciones de su mente.
Si YOB es la mejor banda doom de la actualidad, Bong se han confirmado como el mejor grupo fuera de la corriente temporal. Porque eso nos propone Beyond Ancient Space, romper las barreras de lo físico, de lo posible, para adentrarnos en un plano de ritmos primarios y ensoñaciones lisérgicas, donde la música es mucho más que discos, formatos, giras o estribillos. La música como espíritu destilado, insustancial, poderoso y creador.
NOTA: FUCKING CLASSIC (+10/10)
5 comentarios:
Llevaba tiempo esperando el último de estos chicos, y a tenor de sus últimos discos me esperaba que este sería uno de los grandes del 2011… pero ni de lejos me imaginaba esto: supera todas mis expectativas, es más que música. Uno de mis discos favoritos en lo que va de año, sin duda. Los psiquiatras deberían reconsiderar el recetar discos de Bong en vez de pastillas.
Desde luego no es un disco para ponerse todos los días, pero es perfecto para cuando quieres recrearte en tus propios pensamientos y demás. No es que me parezca ni muy malo ni muy bueno, simplemente me parece especial para un instante especial.
Un saludo.
orale¡¡ gracias por el material¡¡
Gerhard: efectivamente, hay pocas bandas que puedan trascender lo estrictamente musical de la manera que lo hacen estos tíos. Muy grandes.
Gracias por comentar y un saludo, crack!
Soulkiller: sobre lo que comentas, supongo que depende de cada cual. Hay quien escuchará a Bong a menudo, como es mi caso, y gente que sólo los pueda encarar en determinados momentos. Al igual que hay gente que se levanta y se acuesta con death metal, y otros que sólo pueden darle al extremismo de vez en cuando. Es algo subjetivo. Pero independientemente de eso, nadie puede negar, por ejemplo, que Nasum eran dioses caminando entre mortales, o que Bong han conseguido un sonido realmente personal y de una intensidad dificilmente igualable.
Un saludo!
Yaolli Toltecayotl: gracias por comentar, y espero que te guste!!
Gracias por el narcótico material hermano y hacer que extienda mis alas por este día. Saludos.
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