Ecos de una ciudad sumergida.

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viernes, 16 de abril de 2010

TWILIGHT - Monument To Time End (2010)

Jo,jo,jo, que ganazas de tener por fin este discazo entre mis garras. Mucho se venía hablando de él, y enorme era la expectación generada por los miembros que componen esta superbanda. Porque señores, hablamos de los músicos que han conseguido convertir el underground metálico en un movimiento de semi-masas gracias obras maestras de calibre incuestionable, y de erigir sus respectivas bandas en grupos de culto y esenciales para entender la música de nuestro tiempo. Hablamos de (todos en pie):

N. Imperial (Krieg, N.I.L.) - Voz.
Aaron Turner (Isis, Old Mans Gloom) - Guitarra, Efectos, Voz.
Blake Judd (Nachtmystium) - Guitarra, Voz.
Wrest (Leviathan) - Batería, Bajo, Guitarra.
Sandford Parker (Minsk) - Sintetizadores.
Stavros Giannopoulos (The Atlas Moth) - Guitarra.

Pues si, todo un all-star que se ha reunido con la única intención de hacer black-metal con denominación de origen norteamericana. Ese que ha encumbrado a formaciones como Wolves In The Throne Room o Kult Ov Azazel. De todos modos, y como suele ser habitual en estos casos, la pregunta es ¿está el álbum al nivel de sus insignes integrantes?.

A diferencia del debut de la banda, más enfocada a un black metal primario y en el que se notaba la participación de Malefic (Xasthur) y Hildolf (Draugar), la salida de éstos y la incorporación de Giannopoulos, Aaron Turner y Sandford Parker ha provocado un comprensible cambio de rumbo en el sonido del combo, más enfocado ahora hacia el cuidado de las atmósferas y con una más que evidente propensión a las progresiones. Aún así no preocuparse, porque esto suena 100% black metal, o al menos puro black metal norteamericano, de ese que hace tiempo decidió abrirse su propio camino sin atender a estúpidos corsés, prejuicios o estereotipos. Ya la inicial The Cryptic Ascension nos asalta con una genial mezcla de black rabioso con las atmósferas oscuras de Isis, y sus reverberaciones sludge, lejos de provocar una espantada general, suenan increíblemente conjuntadas y naturales. Imperial y Turner hacen gala de sus voces más brutales para cargar de rabia cada corte de una manera bestial, mientras que la aparición estelar en algunos de ellos de la voz limpia de Robert Lowe (Om) ayuda a matizar y versatilizar el conjunto. Las sorpresas no tardan en llegar tan pronto comienza 8,000 Years, con una base industrial impresionante a cargo de unos sintetizadores que por momentos transforman la canción en una suerte de black metal bailable. ¿Suena terrible?. Pues nada más lejos de la realidad, porque es un temazo acojonante, os lo aseguro, y que viene a remarcar una vez más la libertad creativa que ha hecho tan grandes a estos tíos. Convulsions In Wells Of Fear es un pepinazo de black norteamericano, y que nos recordará en muchos momentos a los grandes Kult Ov Azazel. Pero sin lugar a dudas lo que todos esperábamos llega con la final Negative Signal Omega, cinco minutos de oscuridad muy doom, llena de experimentación, con una brillante aportación de Robert Lowe y que nos hará pensar incluso en los mismísimos Radiohead en su tramo último. Es pronto para valorar un disco que, como éste, acaba de salir, pero apostaría que en un futuro será visto como la constatación en firme del rumbo que el black metal del nuevo siglo decidió emprender de manera brillante. Puede que a los más ortodoxos no les haga ni pizca de gracia. Bueno, pueden seguir alímentándose a base de discos de Mayhem y Darkthrone toda la vida, no hay problema. Para todos los demás que aplaudimos a aquellos músicos que se arriesgan a adentrarse en sendas inexploradas, éste es nuestro disco.

Una gozada de álbum en la que poder disfrutar como enanos del talento de algunos de los artistas más talentosos de nuestra época. Un atisbo del futuro que ya está aquí. Un más que firme candidato a disco del año.

Nota: 9,5/10



2 comentarios:

Soulkiller dijo...

Coño, y yo que desconocía de esto... Lo he escuchado y me ha parecido SUBLIME. Además de todo lo que has dicho, en los últimos temas se nota mucho la mano de Wrest, sobre todo en Decaying Observer. Suena 100% Leviathan.

Saludos.

Cthulhu dijo...

Si, no me puedo imaginar cómo tuvo que ser la composición del álbum con tanta idea enorme encerrada en una habitación!