Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 5 de mayo de 2011

40 WATT SUN - The Inside Room (2011)



Cómo pasa el tiempo... 5 años han transcurrido ya desde que Warning se cascaran esa obra maestra que respondía al nombre de Watching From A Distance (2006), referencial no sólo dentro del doom metal sino de toda la década pasada. La banda de Essex, capitaneada por el batería Stuart Stringthorpe y el guitarra y vocalista Patrick Walker, ya había avisado antes con otro artefacto de culto, su debut The Strenght To Dream (1999), pero las constantes convulsiones internas dentro de la formación impidieron que la carrera de Warning gozara de la continuidad deseada por todos los fervientes admiradores del genio de Walker. Tras disolverse por segunda vez en 2009, pocos abrigábamos esperanzas de volver a disfrutar de la belleza melancólica de la banda inglesa, aunque servidor se negaba a creer que algo tan grande como aquello muriera para siempre. Pues en estas que la vida, esa rata traicionera, a veces nos obsequia con alguna sonrisa que nos hace el transitar por ella un poco más llevadero. En este caso en la forma del nuevo proyecto de Patrick Walker, 40 Watt Sun, acompañado de Christian Leitch (Electric Mountain, The River, Warning) a los parches y el bajista William Spong. Todo un notición que hizo cabalgar mi corazón al enterarme, con la inevitable (aunque injusta) sombra de Watching From A Distance sobrevolando desde el día que el disco vió la luz.


Y es que The Inside Room es una secuela de aquel disco, como no podía ser de otra manera (¿alguien se imagina a este señor componiendo otra cosa?), lo que hace imposible saltarse las comparaciones. Desde ya digo que el debut de 40 Watt Sun no llega al nivel de Watching From A Distance, pero es que dudo que nadie sobre la faz de la tierra (ni el propio Walker) sea capaz de superar lo expuesto en tamaña obra maestra. Sin embargo, analizado sin las pesadas cargas del pasado, puedo afirmar que estamos ante uno de los mejores trabajos de 2011, con una carga pasional capaz de hundir a cualquier otro disco que a uno le pueda venir a la mente. De nuevo con la melancolía por bandera, el genio de Essex ha parido un álbum cuyas primeras notas ya te arrastran directamente a su terreno, un paisaje dominado por el gris plomizo y la lluvia, pero que palpita de una belleza retorcida y  un fuego soterrado capaz de abrasarte mientras yaces empapado en el suelo. Un mismo sentimiento dividido en 5 temas que no cortan en ningún momento un hilo conductor que abarca tanto lo musical como lo lírico, conceptos indivisibles en la carrera de Patrick Walker. Si en mi anterior reseña sobre el debut de Arenna hablaba de lo raras que son las voces realmente evocadoras, la de Walker probablemente es la más arrebatadora que existe en el panorama actual. Ardiendo con un cegador fuego interno, su interpretación vocal es como un puñetazo en el estómago, enguantado en terciopelo pero con los mismos efectos devastadores que un gancho de Vin Diesel. Como esa congoja que te agarra las tripas y sube lentamente, dolorosamente, hasta alojarse en tu garganta, de donde ya no se va jamás. Acompañado de una guitarra de distorsionados riffs monótonos, la sensación es la de encontrarte sumido en la más absoluta tristeza mientras ves como la lluvia cae a plomo a través de la ventana. A lo expuesto el trío añade momentos de intimismo acústico en los que creerás que 40 Watt Sun se encuentran en tu habitación, cantando sólo para tí y sumiéndote en un Universo de infinitas tonalidades grisáceas, sin ningún asidero posible. No es este un álbum de matices, ni siquiera de variadas sensaciones, supeditado como está a la tiranía de la melancolía. No podía ser de otra manera, porque no es un estado que se preste a variaciones ni altibajos más allá de esa especie de ensoñación difusa y plomiza en la que la mente mira hacia atrás con una mezcla de añoranza y dolor. Respecto a anteriores trabajos de Walker, observamos que aquí ha dado un paso adelante en lo tocante al papel de su voz, aquí omnipresente y mucho más trabajada si cabe que en los dos álbumes de Warning. Con unas letras maravillosas, marca de la casa, sorprende que a pesar de la tristeza que reina en el mundo personal de este hombre, en The Inside Room, cuando las últimas notas de la final This Alone desaparecen queda un regusto a esperanza en el fondo de la boca, como un pequeño rayo de luz que se filtrara en un cubierto cielo apocalíptico. Un motivo para seguir adelante más allá de la propia inercia vital, que en el caso del inglés supongo será el bálsamo que supone seguir componiendo y ahuyentando demonios con su música. Esperanza que, dado lo expuesto en el álbum de debut de 40 Watt Sun, espero no desaparezca jamás, porque el mundo perdería la oportunidad de seguir disfrutando el arte de uno de los pocos genios que le quedan.


Otra obra única fruto del privilegiado talento de Patrick Walker. De cabeza al Top de 2011. Tan sólo queda rezar para que 40 Watt Sun tenga la continuidad que le faltó a Warning...

NOTA: 9,5/10


6 comentarios:

abbath dijo...

joder, si que tiene una voz acojonante, no los conocía. Estoy ansioso por escuchar a arenna. Layne Stanley? palabras mayores tío. Ya te comento...

Anónimo dijo...

Impresionante el album,la voz de Patrick es hipnotizante,junto con el disco de Light Bearer lo mejor en lo que va de año.

Soulkiller dijo...

Un grandioso disco, sin duda alguna. Tiene casi todo lo que tenía Warning y su grandioso disco con el que nos dejaron (hasta el pecar de ser bastante repetitivo, jajajaja), y lo cierto es que volver a escuchar algo así me ha dejado con gran sabor de boca, a la par que la piel de gallina.

De lo mejor del año, desde luego. ¡Un saludo, compañero de blogs!

Cthulhu dijo...

abbath: me alegro que te molen! Arenna estoy casi convencido de que te van a flipar... espero tus impresiones!

Anónimo: con el de Light Bearer llevo unos días. A pesar de que no soy muy fan de Fall Of Efrafa, he de decir que me está gustando bastante, tiene más matices.

Soulkiller: es Doom, si no fuera repetitivo me indignaría! jajaja Cierto, es un discazo. Esperemos que tengan continuidad!

Anónimo dijo...

He visto este disco como un millón de veces y no se por que razón, pero nunca le había prestado atención hasta que leí tu crítica y me enteré de que Patrick Walker estaba detrás de todo. La verdad, he sido un gilipollas integral por ignorar conscientemente este disco durante más de dos meses: ¡una joya! Espero que nunca te canses de hacer reseñas. Merci!

Cthulhu dijo...

Jajajaja, no te castigues, Gerhard, lo importante es que al final le has hincado el diente! Gracias por el apoyo, un saludo!!!