Aquí estoy de nuevo, aprovechando a tope estos días libres de curro y excesos para comentar todos los discos que tenía en la recámara. Hoy le toca el turno a una de las gratas sorpresas de 2011, y de la que tuve conocimiento hace poco más de un mes a través de la página de Facebook de Kvelertak. Djevel es una banda noruega de black metal, creada y capitaneada por el gran Trond Ciekals, ex-guitarrista de Ljå, aquella formación que en 2006 nos asaltaran con ese tremendo ejercicio de black old school que respondía al nombre de Til Avsky For Livet. No contento con el rumbo que estaba tomando el sonido de su antigua banda, Ciekals decide emprender el vuelo y poner en marcha un proyecto en el que verter sin interferencias toda su creatividad y su visión primigenia del género. Encargándose el solito de las composiciones, letras, guitarras y voces limpias, decide sin embargo rodearse por dos auténticos escuderos de lujo: para las labores de bajista llama a Mannevond, integrante también de Koldbrann y Urgehal, además de ex-bajista de directo para Endstille; como principal vocalista recluta a Erlend Hjelvic de los emergentes Kvelertak, que con su grandioso debut del año pasado se consagraron como uno de los valores más a tener en cuenta dentro del panorama metálico noruego. El álbum verá la luz el 27 de Junio a través de Aftermath Music, hogar de Goat The Head, Poema Arcanus o Leafblade (el proyecto folk de miebros de Anathema). También acaban de editar el proyecto de Anneke Van Giersbergen junto a Danny Cavanagh.
Dødssanger recoge el testigo de aquel brillante debut de Ljå, reivindicando las excelencias del True Norwegian Black Metal a través de una propuesta que bebe de combos como los primeros Darkthrone pero sin hacer ascos a las melodías bucólicas de Ulver, y añadiéndole al conjunto la contundencia de combos como Marduk. Partiendo de unas coordenadas que les acercan al raw black metal, Djevel despliegan un trabajo que transmite rabia, oscuridad y frío, mucho frío. Con unas guitarras de grano fino e hiriente, te sentirás como atravesado por fríos puñales de hielo, que una vez instalados a pocos milímetros del corazón se recrean a través de melodías de belleza malsana mientras la voz de Erlend Hjelvic se despacha agusto entre heréticos alaridos de fanatismo pagano. Comparten con Burzum esa fascinante capacidad de construir universos con unos pocos mimbres, especialmente cuando entran las voces limpias de Ciekals, y sin aspavientos ni alardes técnicos consiguen transportarte a un mundo de inviernos eternos y naturaleza despiadada, cuando los dioses no eran hijos de carpinteros sino soberbias entidades capaces de invocar a la tormenta y cabalgar los rayos, y la resistencia y habilidades en la batalla eran las únicas medidas del hombre. Hay que quitarse el sombrero ante el genio compositivo de Ciekals, capaz de construir un álbum que aunque no se mueve un ápice de los preceptos del black metal tradicional, si que juega con maestría con las diversas sonoridades que hace más de dos décadas surgieron del frío noruego y dejaron boquiabierto a medio mundo. Ataques de fiero black metal dándose de la mano con aterradoras y bellas melodías, sin desdeñar el uso de guitarras acústicas ni imprimir a muchos de los temas unas atmósferas opresivas e irreales, y todo ello con un regusto folk que por momentos les acerca a los grandes combos de viking metal como Windir. La acertada distribución de los cortes hace que Dødssanger se desarrolle con un fluir muy acertado y natural, empezando con la quinta marcha puesta de Djevelheim y Mørkefødt para ir expandiéndose hasta finalizar con las espectaculares y muy ambientales Vi Malte Verden I Sort y Paktens End-I Satans Eie. Como el ataque de una pitón, a la fierza inicial le sigue un lento, sofocante y opresivo final, hasta que los pulmones se ven incapaces de albergar ni una pizca de oxígeno y todo se vuelve oscuridad y ese irremediable rendirse a la muerte. Ciekals ha conseguido crear un álbum que es todo un homenaje a las raíces del género, aunando rabia y delicadeza de manera soberbia, a lo largo de 8 temas en los que no hay ni un solo altibajo. Si consigue mantener la formación y no ocurre nada extraño, estamos ante una banda con un futuro deslumbrante. De momento, el título de mejor debut black metalero ya es suyo.
Si Looking For An Answer son los nuevos portadores de la llama, Djevel pueden convertirse en los nuevos señores del invierno noruego, en los transmisores de la vieja tormenta. Talento y actitud les sobran para ello.
NOTA: 8,75/10
2 comentarios:
Buena muy buena el sonido fue muy cautivador en cuanto lo puse nada me importo por casi una hora!
Si, ese es el punto fuerte del disco, su capacidad de evocación. De ahí me vienen a la mente las comparaciones con Burzum...
Un saludo, y gracias por escribir!
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