Mi reseña de hoy tiene tanto de alabanza a un gran disco como reivindicación de una de las bandas más injustamente ignoradas del panorama rockero internacional. El agravio es aún mayor cuando lo que tenemos enfrente es uno de esos rara avis que por sus influencias extravagantes y ganas de romper moldes suponen todo un soplo de aire fresco en un género muy dado a acomodarse en la estática contemplación del pasado. End Of Level Boss es un cuarteto británico que comenzó su andadura en 2003, y cuya curiosa mixtura de stoner con rock progresivo llamó la atención desde el principio al sello Exile On Mainstream Records, hogar de titanes como Beehover, Wino, Hidden Hand o Place Of Skulls. Con el sello se crearía un vínculo que se mantiene hasta la actualidad, y que comenzó en 2005 con la aparición de Prologue, su debut. Las buenas sensaciones cosechadas se vieron refrendadas dos años después de la mano de Inside The Difference Engine (2007), la confirmación de End Of Level Boss como valor en alza dentro de la escena stoner británica, a pesar de la escasa repercusión entre el público. Hay que aclarar que no estamos ante unos novatos en el mundo de la música, pues la formación actual de la banda consta de Heck Amstrong (ex-Hangnail) a las guitarras y voces, Roland Scriver (Sloth) también a las seis cuerdas, y una reformada sección rítmica que incluye al bajista Peter Theobalds (ex-Akercocke, Gonga) y el batería Neil Grant (ex-Raar). Casi nada para el cuerpo. En sus 8 años de vida han girado junto a insignes bandas como Orange Goblin, Volt, Hidden Hand, Todd o Place Of Skulls, y tocado en el Roadburn Festival.
Si uno lee la promo oficial de EOLB, le chocará mucho la definición que de ellos se hace como el resultado de juntar a Kyuss con King Crimson. Bizarrada? Por supuesto, pero no carente de sentido. Aunque la influencia de nuestros amados moradores del desierto se ha ido atenuando con el paso del tiempo en beneficio de otras igual de curiosas, lo que si es cierto es que en la música de los británicos se mezcla con pasmosa naturalidad la contundencia de los riffs sabbathicos con un amor desmedido por la exhuberancia compositiva, rayando por muchos momentos el free-jazz y la música experimental. Otras son las influencias nada veladas en Eklectric, y que para mí hacen aún más grandiosa a la banda, como son las de Voivod y Soundgarden. Otra bizarrada? Pues sí, pero de nuevo tan dispares propuestas se integran en el mundo de estos locos como si nada. El metal progresivo de los canadienses es en Eklectric más patente que nunca, y la interpretación vocal de Armstrong nos recuerda por momentos muy mucho al genial Chris Cornell antes de dedicarse a anunciar calzoncillos y mover las caderas con Justin Timberlake. La impronta de todas estas grandes formaciones es esencial para comprender el mundo de EOLB, eso es innegable, pero también lo es la personalidad con que todas ellas quedan integradas en un todo diferenciado y único, que hará que en todo momento sepas que estás ante un disco del cuarteto británico. La pericia instrumental de estos tíos es superlativa, y los 10 cortes que conforman Eklectric son una cabalgada salvaje llena de constantes cambios de ritmo, contundencia metálica y unos tremendos solos a cargo de Roland Scriver (este señor no está en Sloth por casualidad). Las partes en las que Armstrong para para desgañitarse con su voz melódica son las más reminiscentes de la época grunge, sin que ello sea nada negativo, sino todo lo contrario, ya que impregna los temas de un sentimiento y fuerza tremendos, algo muy importante en este tipo de trabajos que muchas veces tienden a la asepsia ultratécnica. A medio camino entre el metal y el rock, Eklectric es para mí el mejor trabajo de EOLB hasta la fecha, y un ejercicio espectacular de transversalidad sonora que hará las delicias de todos aquellos que amamos la música de los 90, desde los fans de los Melvins a los locos por el grunge, pasando por esa minoría irreductible que gritamos en el desierto nuestro amor por Voivod (con éstos nos juntamos varias generaciones!).
Gran disco, lleno de versatilidad y valentía. Una orgía de ritmos que nos trasladará a lo mejor del rock y el metal de hace dos décadas. La confirmación de EOLB como una de las grandes joyas de la pérfida Albión.
NOTA: 8,75/10
1 comentario:
Al principio no me decía gran cosa, pero tiene un par de momentos bastante gloriosos. Mucho Melvins metido por una turbina de progresivo, sí. De momento me ha dejado buena impresión a primera, con sus más y sus menos, claro está.
Un saludo.
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