Ecos de una ciudad sumergida.

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viernes, 26 de agosto de 2011

REVOCATION - Chaos Of Forms (2011)



Soy un cabrón prejuicioso, lo reconozco. Y no es que lo sea sin razón, pues las numerosas decepciones han ido creando una costra de desconfianza a mi alrededor. Varias han sido las bandas etiquetadas como los enésimos salvadores del metal y el rock (Trivium o The Sword por poner algunos ejemplos), con resultados que van desde lo patético a la indiferencia fruto del incumplimiento de las expectativas creadas. Generalmente las propias bandas involucradas son las primeras perjudicadas por campañas de marketing que sólo tienen en cuenta el beneficio inmediato y no el hacer justicia a sus bondades. En todo caso, nada cambia el ceño fruncido del personal cuando le llegan cantos de sirena sobre tal o cual "nueva sensación" venida a salvar géneros que viven perfectamente sin héroes salidos de la nada. Sin embargo hay veces, pocas veces, en que el revuelo creado se corresponde con la realidad, y uno tiene que ser un caballero y reconocer que se ha equivocado. Éste es el caso de Revocation, un trío (ahora cuarteto) de Boston que comenzó su andadura en el año 2000 bajo el nombre de Crypting Warning, editando en 2005 su debut Sanity's Aberration. No contentos con el resultado (la banda reniega del resultado de aquel disco, muy influenciado en lo musical por los primeros Metallica), deciden emprender una nueva dirección, cambiándose el nombre por el de Revocation. En 2008 autoeditan su debut como nueva banda, Empire Of The Obscene, así como una gira pagada con sus ahorros por territorio norteamericano. Su música, ahora orientada hacia un thrash metal con elementos de death técnico, tiene una muy buena acogida por público y cazatalentos, llevándose el gato al agua Relapse Records. Con ellos editan en 2009 Existence Is Futile, auténtica consagración de la banda y uno de los mejores discos de 2009 para numerosas publicaciones, algunas tan mediáticas como Spin o Allmusic. Por todo esto las expectativas de cara a su tercer largo eran enormes, y supongo que la presión para el ahora cuarteto nada fácil de llevar. 




Chaos Of Forms ha visto por fin la luz, y con él la oportunidad de zanjar todo el debate generado en estos dos años, para bien o para mal. Tras escuchar decenas de veces el álbum estos días, puedo decir que en líneas generales nos encontramos ante un trabajo mejor, pero sobre todo más homogéneo, que su antecesor. No me malinterpretéis, Existence Is Futile me parece todo un señor discazo, con una variedad de registros abrumadora y una pericia técnica sobrehumana, pero cuyas piezas todavía estaban en proceso de encaje, algo normal cuando se asimila tal cantidad de sonoridades en una sola propuesta. Puedo decir que ese proceso culmina con Chaos Of Forms, pues estamos ante un álbum compacto como cemento armado, y aunque esa miríada de influencias continúa, éstas se conectan entre sí y fluyen con una naturalidad pasmosa. El álbum es un gigantesco Maelstrom de escorzos guitarrísticos, a cargo del que está llamado a ser uno de los grandes nombres en el mundo de las seis cuerdas, David Davidson. La exhibición que este señor lleva a cabo en Chaos Of Forms está al alcance de muy pocos músicos, siendo capaz de volarte la cabeza con solazos hardrockeros a la par que diseccionarte a base de hachazos deudores del death metal más abrasivo, sin olvidar unas contorsiones e inverosímiles cambios de ritmo en la línea de combos como Botch o Converge. La inclusión de un segundo guitarrista, el también talentoso Dan Gargiulo, ha sido una decisión de lo más acertada, pues aparte de otorgar más libertad al genio de Davidson, permite toda una serie de duelos y compenetraciones entre los dos instrumentos que en el álbum alcanza cotas de auténtica excelencia. Es complicado enumerar las virtudes de un disco que es casi un compendio de lo mejor que el metal puede ofrecer en el siglo XXI, de tan inmensos que son sus tentáculos. Recogiendo el testigo de bandas tan grandes (y diferentes entre sí)  como Atheist, Megadeth, Exodus o Pantera, Revocation lo empacan todo en un mismo fardo que aunque parezca mentira no se deshace por las costuras, sino que por el contrario presume de un empaque, pegada y resistencia acojonantes. Aquí hay regalos para todas, señoritas, y ya sea la furia thrasher de cortes como la inicial Cretin o intrincadas composiciones deudoras de los grandes Martyr como Dissolution Ritual, es muy difícil que alguien no encuentre elementos de regocijo en alguno de los 12 cortes que componen Chaos Of Forms. Incluso los amantes del metal más innovador podrán babear con profusión en cortes como Conjuring The Cataclysm y The Watchers, llenas de cambios de registros, pasajes jazzísticos e incluso fragmentos de una épica descarada. También hay guiños al clasicismo, y más de uno sonreirá al descubrir las similitudes del riff inicial de Beloved Horrified (otro misilazo) con el de la famosísima Electric Eye de los mismísimos Judas Priest. La sección rítmica es dura y compacta como la defensa de la selección italiana de fútbol, pero sin usar gomina. Phil Dubois-Coyne se muestra como una auténtica ametralladora a la baqueta, pero con muchos más recursos que el tan manido blast-beat, dando rienda suelta a una mala baba que le asemeja más a un gorila cabreado que se hubiera metido a cirujano. El bajo de Anthony Buda, estelar en muchos momentos de Existence Is Futile, se ve aquí mucho más comedido, pero aún así se distingue sin dificultad y sigue dejando patente el enorme talento que atesora. Dejo para el final dos de los cortes estelares, el primer single del álbum Cradle Robber y No Funeral. Ambas son toda una demostración de que se pueden componer hits de órdago sin bajarse los pantalones ni caer en el mayor de los ridículos. Especialmente la primera es ese corte que Trivium llevan toda la vida esperando sacarse de la manga pero que jamás harán, tan dedicados ellos a ser los nuevos Metallica. Y es que en líneas generales, Revocation son la banda que Trivium hubieran podido ser de tener más talento e ideas propias. En lo vocal es donde puede que esté el punto más flojo de Revocation, pues las voces de Davidson y Buda no se distinguen mucho entre sí, y sus registros guturales (con alguna voz más limpia) no varían excesivamente a lo largo del disco, aunque en un artefacto de estas características tampoco es una pega muy grande. De cualquier modo, no tengo ninguna duda de que esos temas a los que hago referencia hubieran podido llenar en su momento más de un estadio. Era otra época, una que puede nunca vuelva, pero si algún grupo representa hoy día ese complicado balance entre contundencia, gancho y originalidad que en su día abanderaron formaciones como Pantera o Metallica, ese es Revocation. Y con Chaos Of Forms han parido un trabajo enfermizamente adictivo. Tienen que tener un hueco en el Top de 2011, si o si.




Libérate de prejuicios e ideas preconcebidas. Revocation es una de las mejores bandas del panorama metálico actual, y Chaos Of Forms el álbum más adictivo y con más gancho de 2011. 


NOTA: 9,25/10


2 comentarios:

Karba dijo...

No se hable más. Esto pinta a ración de tralla troglodita y pegadiza para mis oidos.

Gracie.

Soulkiller dijo...

Recuerdo escuchar su primer disco, en aquel momento se me antojaba muy Death técnico. Creo que es imaginación mía, pero sí, este disco es como si cogieras cualquiera clásico del Thrash Metal y lo pasaras por un filtro de lo anteriormente dicho (Death técnico). Not bad.

Un saludo.