A pocas horas para largarme de vacaciones, no podía resistirme a reseñar uno de los álbumes que mejor me lo ha hecho pasar este Verano. Desde Suecia (otra vez, y van…) nos llega el debut de esta jovencísima banda formada en 2009. Bajo la bandera de Transubstans Records (vaya catálogo el de estos señores!), presentaron su primer disco a mediados de Junio, y las alabanzas a su grueso stoner metalizado no tardaron en llegar. Cantando en su idioma y eligiendo un impronunciable nombre para cualquiera que no sea sueco, el cuarteto deja claro que no se casan absolutamente con nadie, algo de alabar en este mundo bajo el rodillo anglosajón.
El nombre de la banda, traducido al castellano paladín, vendría a ser algo así como terrible lagarto o dinosaurio, lo que viene que ni pintado a la música de estos angelitos. Y es que la colección de ciclópeos riffs que se gastan es lo más cercano a una estampida de esos seres que se puede escuchar hoy día. Comparados con los primeros Mastodon por mucha gente, en mi opinión sólo comparten con los estadounidenses ese poderoso músculo metálico que exhiben cuando se lanzan al galope, porque en lo demás Skraeckoedlan se decantan por una propuesta que exhibe un stoner de elevado octanaje. Con pelotas, vamos. No esperes escuchar nada novedoso, pero sí una colección de canciones incontestable, con un gancho espectacular, y en el que estos chavales demuestran una maestría pasmosa a la hora de conjugar riffs gordos como cabezas de enano con unas melodías irresistibles. En muchos momentos se asemejan también a Dozer, aunque ningún disco de éstos me ha hecho mover las greñas como Äppelträdet, he de decir. Creo que el grupo más similar a los suecos son los también grandes Red Fang, por ese sonido a medio camino entre el metal y el rock. Tampoco hacen ascos a coquetear con las progresiones, pero en líneas generales estamos ante un álbum hecho para avasallar, directo y rápido como un puñetazo en plena cara. Como si de unos AC/DC del stoner se tratase, sus canciones no difieren mucho entre ellas, pero cada una es un hit en potencia, y es muy difícil que tu cuello o tus pies paren de moverse a lo largo de los casi 45 minutos de duración del álbum. Misiles como Världarnas Fall, Äppelträdet, Haven o Cactus deberían entrar en la categoría de armas de destrucción masiva por lo demoledor de sus riffs y lo contagioso de su carga viral en forma de melodías redondas. La verdad que poco más se puede decir de un artefacto de estas características. A mi me ha hecho descoyuntarme, sonreír, alzar los puños al cielo. No le podría pedir más a un disco de rock. Como he leído por ahí, Skraeckoedlan no han inventado la rueda, pero por Satán que la hacen girar como pocos!
Los dinosaurios no se extinguieron, viven en Suecia. Äppelträdet es uno de los debuts más redondos del año, y coloca a Skraeckoedlan como una de las bandas más prometedoras dentro del stoner. Prepara tus cervicales, porque estos saurios no hacen prisioneros.
NOTA: 8,75/10
1 comentario:
discazo, con tufillo a thulsa doom,rock on!
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