Ecos de una ciudad sumergida.

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lunes, 25 de junio de 2012

MARTYRDÖD - Paranoia (2012)




Hoy toca hablar de uno de los lanzamientos más esperados por la parroquia amante del crust y el d-beat a cargo de los titanes suecos Martyrdöd, el quinteto que junto a sus compatriotas Wolfbrigade acaban de estrenar contrato con el insigne sello estadounidense Southern Lord, hogar de luminarias como Black Breath, Earth, Sunn O))) o Wolves In The Throne Room. Formados a principios de la década pasada, Martyrdöd (Martirio en castellano paladín) eran uno de los secretos mejor guardados de ese underground que orbita por igual alrededor del punk y el metal, merced a rotundos discazos como Martyrdöd (2003) o In Extremis (2005). Algunos de sus miembros forman parte (o han formado) de bandas también capitales como Skitsystem, Agrmonia o Miasma, y más de una década a sus espaldas esparciendo mugre y mala hostia desde la nación de los muebles baratos. Paranoia es su nuevo retoño, una bestia empapada de punk vigoréxico, ecos blackers y guiños al death metal con denominación de origen patria que les ha abierto las puertas a una gira estadounidense en la que acompañarán a Black Breath, Burning Love, Enabler, Pelican y Poison Idea entre otros.


Es un placer inmenso enfrentarse a la propuesta de Martyrdöd, todo un soplo de aire fresco entre la maraña de clones de Tragedy que saturan la escena crust. Con Paranoia no sólo demuestran que siguen estando a la cabeza del movimiento, sino que también hay espacio para el avance y la evolución en su sonido, algo que supongo no hará mucha gracia a la parroquia punk pero que en mi opinión es todo un acierto de cara a no acabar siendo caricaturas de ellos mismos. Y nombro a los punks como los posibles damnificados de Paranoia porque estamos ante un álbum donde por primera vez los suecos han optado por una producción pulida, concretamente la que abanderan los famosos estudios Fredman de Fredrik Nordström y que cuentan con clientes habituales como Amon Amarth, In Flames, Opeth o Arch Enemy. Este hecho y la mayor inclinación guitarrera hacia los terrenos del death sueco puede que hagan renegar a los fans más ortodoxos, pero para los que no nos ceñimos a normas tan estrechas Paranoia supone toda una maravilla llena de furia desatada, contundencia y una versatilidad inusitada para un artefacto de estas características. Fieles adeptos a la religión del d-beat, el quinteto complementa todo ese músculo y agresividad con la frialdad cortante del black metal, y todo ello sin despreciar unas composiciones que hacen gala de un gancho que te hará cabecear como un poseso en cortes como el inicial Nog Ar Nog (Suficiente Es Suficiente), rotunda declaración de intenciones en la que dejan claro que aunque el sonido haya cambiado el cabreo y el gancho son los mismos, al igual que el efecto devastador sobre tus cervicales con un Mikael desgañitándose las cuerdas vocales en esputos que con cada disco hacen más guiños al black metal, en un registro muy similar al de Herlend Hjelvik de Kvelertak. Los Martyrdöd devastadores y adictivos como antaño siguen también latentes en misiles como Overkom Er Radsla (Supera Tu Miedo), Paranoia o Ett Harata Av Eld (Un Corazón De Fuego), sin duda mi favorita del disco y cuyo comienzo te pondrá en pie con el puño en alto mientras le gritas proclamas anarquistas al primer incauto que se te ponga delante. Los nuevos aires soplan en canciones como Hor Varldens Rop (Escucha El Grito Del Mundo), donde el grosor guitarrero habitual es sustituido por el filo frío y cortante propio del black metal, que aunque menos contundente se muestra en cambio mucho más oscuro y dañino. Pero donde los suecos realmente demuestran que su nueva fórmula puede ser ganadora es en En Tragisk Zeitgeist (Un Zeitgeist Trágico), una apisonadora que aúna lo mejor que el punk y el metal pueden ofrecer a este planeta de mierda en la forma de un escupitajo sonoro capaz de triturarte todos los huesos del cuerpo. La producción "metálica" del disco hace hincapié por primera vez en la carrera de Martyrdöd en potenciar la claridad y la potencia, algo que beneficia el empaque general de su propuesta pero que inevitablemente mengua la crudeza y corrosividad que enarbolaban en el pasado. Si ha sido una decisión acertada o no es algo en lo que servidor no se va a meter, principalmente porque me apasionan por igual tanto los primeros discos de la banda como la nueva senda que han tomado. Un camino que les ha llevado a parir otra puñetera maravilla y que les reafirma como una de las formaciones de cabecera del panorama crust mundial.


Paranoia es la demostración de que la furia evoluciona, muta, se expande. Un álbum demoledor nacido para darle una bofetada a este mundo decadente y mudo por la mordaza de su propia mediocridad. Martyrdöd siguen siendo ley.




2 comentarios:

Nicolás dijo...

Muchas gracias, compañero! Pero me resta decir algo: los dos discos anteriores de esta banda (Sekt e In Extremis) también suenan muy bien grabados y bastante profesionales. La diferencia se nota más en contraste con el primero, no así con los dos que nombré. Saludos.

Cthulhu dijo...

No quería decir que las producciones anteriores fueran malas, en absoluto, pero sí que eran producciones que venían del punk, más enfocadas a potenciar la crudeza del sonido. Con Paranoia han optado por una producción metálica, que hace hincapié en la claridad y la contundencia. Un saludo!