Con el subidón todavía en el cuerpo por el concierto que el Sábado nos regalaron en Gasteiz The Soulbreaker Company y Howling Rain, regreso a los Ecos de R'lyeh de la mano de mi vertiente más lisérgica y juguetona. Y qué mejor que acompañarme de uno de los grandes lanzamientos de 2010, el último álbum de los croatas Seven That Spells. Formados en 2003 en la ciudad de Zagreb y liderados por el guitarrista Niko "Brain" Potocnjak (también en los interesantes Tigrova Mast), el trío original, tras varios cambios de formación, deviene actualmente en cuarteto merced al regreso del saxofonista Lovro Szlopasa, que ya formara parte de la banda durante el proceso de grabación de Black Om Rising (2008). Tremendamente prolíficos, el trabajo que tenemos hoy entre manos es, nada más y nada menos que el séptimo de una discografía caracterizada por la mayor de las libertades compositivas imaginables junto a una constante profundización en el mundo del rock/jazz de corte denso y psicodélico. Orgullosos de su amor por la psicodelía y el noise nipones, uno de los momentos más especiales para Seven That Spells llegó el año pasado, cuando publicaron Cosmoerotic Dialogue With Lucifer (2009), un muy experimental trabajo compuesto a medias con Kawabata Makoto, líder de los tremendos space-rockers Acid Mothers Temple, y en el que por primera vez metían voces de la mano de Tsuyama Atsushi, también integrante de la banda japonesa.
Un año después volvemos a tener trabajo nuevo de estos tíos entre manos, y con regocijo puedo afirmar que nos encontramos ante el mejor disco de su corta pero fértil carrera. Conteniendo muy mucho su vena más ruidista y dejando de lado las murallas de sonido características de anteriores álbumes, el cuarteto croata ha centrado sus esfuerzos en su vertiente más jazzística a la vez que reafirman su idilio con el rock psicodélico. En menos de 50 minutos (algo poco habitual en este tipo de propuestas), Seven That Spells se bastan para desplegar una propuesta simplemente mágica, un mural con una exhuberancia cromática más allá de nuestra sentidos, y que opera en un plano mental en el que sólo desarrollamos emociones crudas, sin filtrar. Lo que estos cabrones han conseguido es básicamente la cuadratura del círculo, el Santo Grial del progresivo y la psicodelia, que no es otra cosa que apabullar al oyente, forzarlo a romper los grilletes de lo "real", pero a la vez asirlo con fuerza fusionándolo al fluir de una música que en ningún momento pierde ni un ápice de coherencia, a pesar de los desbocados ejercicios de orfebrería compositiva y técnica que despliegan. Ésta última es de otro planeta, y todos los instrumentos superan la propia perfección, puesto que ésta implica el corsé del ideal alcanzado y el inmovilismo de la autoindulgencia, mientras que la pericia de Seven That Spells está alimentada por el motor de la eterna búsqueda, de la inquietud sin límites. Future Retro Spasm es dinamismo hecho música, y de principio a fin hace gala de una energía y fuerza nada habituales en el género, amén de la ya citada coherencia interna de los cortes. Desde la excelencia rítmica de su batería a los ecos jazzísiticos de su bajo, es en los duelos entre guitarra y saxofón donde los croatas alcanzan el cielo. De verdad que es muy difícil explicar con palabras la cópula intensa que estos dos instrumentos llevan a cabo. Como en la vida misma, hay caricias, ternura, pero que en cuestión de segundos torna en pasión descarnada y violencia erótica y sudorosa, culminando en excepcionales momentos de catársis sonora. Death Star Narcolepsy y Quetzalcoatl son buenos ejemplos de esto último, dos cortes que cierran el disco y que pueden dejarte literalmente sin aliento. Previamente ya habrás alcanzado el nirvana con esa exhibición de bajo gordísimo en la tremenda G y tu alma visitado las estrellas más lejanas con la infinita The Abandoned World Of Automata, pero de lo que no tengo ninguna duda es que serás incapaz de bajarte en marcha de esta travesía única que responde al nombre de Future Retro Spasm.
Entre los mejores discos del año sin ninguna duda, y de lejos el más exhuberante e inclasificable de todos, con perdón de los letones Mona de Bo.
Nota: 9,75/10
5 comentarios:
Después de succionar cual lamprea algunas de las joyas que se cuelgan en este blog durante algunos meses, me he animado a agradecer por vez primera. Y es que se mencionó a Mona De Bo, el más grato descubrimiento musical que hice este año, gracias a usted, mi estimado Cthulhu.
Estoy escuchando a Seven That Spells en este momento y debo decir que hasta el momento, concuerdo con el post. Este disco es un viaje más allá de donde muchos se toleran llegar y por ello se pierden toda la diversión. Me alegro haberme unido a la corrompida grey que disfruta de estos ruidos.
Siga esta loable labor de reseña y divulgación de la música para el fin del mundo. Del lado mexicano del charco se lo seguiremos agradeciendo.
Saludos.
H.
Qué portada más chula! Cuando llegue a casa del currelo, me pongo a ello.
Saludos
Ek-Thor: Joder, muchas gracias!! No sé si merece tanto halago mi humilde morada, pero aún así tanto yo como mi primigenio ego te estamos muy agradecidos. No, ahora en serio, me alegro que te hayas animado a escribir, algo que considero fundamental para sondear el buen rumbo de todo esto... Eso y que quiero saber lo que pensáis! Un enorme saludo para usted también!
J.M.B: jeje, si, la portada es fantástica. Todas las de sus discos molan, gracias a su sana tradición de colar siempre bellas damiselas con la piel por vestido. Espero ansioso tu valoración del disco!! Un saludo!
Este lo tengo bajado de hace algunos meses, y acabo de darme cuenta que lo tenía un poco olvidado también. Aprovecho tu entrada para rescatarlo ahora mismo. La verdad es que cuesta pillarle el punto, hay que escucharlo en el momento adecuado y es un poco enrevesado también, pero ay amigo! con lo que a mi me gustan los instrumentales... esto no acaba siendo problema, ni mucho menos. Tiene un puesto seguro entre mis favoritos del 2010.
Por cierto, el ripeado que yo tengo va a unos mierdosos 128kbps, si el tuyo tiene mejor sonido me lo bajo otra vez.
Saludos!!
Karlam: si, supongo que no es plato para todos los estómagos ni todas las situaciones, pero en mi caso es 100% escuchable a todas horas,jeje Supongo que mi cerebelo no tiene ya salvación... En todo caso, uno de los mejores discos del año, sin duda.
El ripeo es a 320 kbps, o sea que a disfrutar!
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