Ecos de una ciudad sumergida.

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jueves, 17 de noviembre de 2011

VILDHJARTA - Måsstaden (2011)



Parece que el 2011 todavía se guardaba algún as en la manga para mayor regocijo de un servidor, siempre agradecido por las gratas sorpresas que nos regala el mundo de la música. Y es que la banda que hoy traigo a mi pútrido cubil de caos y perdición se ha cascado uno de los debuts más demoledores en años. Vidhjarta es un septeto sueco que viene a completar el Big Four de ese nuevo género acuñado por el nombre de djint metal (djint es una onomatopeya de su característico sonido de guitarra) que crearan los también suecos Meshuggah y que componen Teseract, Uneven Structure y Periphery. Con un nombre extraído de un bosque encantado de la edición sueca de Dragones y Mazmorras y unas temáticas inspiradas por el Libro de la Selva y Final Fantasy VII, no extraña la juventud de los miembros del grupo (ni que sean un pelín frikis, todo hay que decirlo). Contando con un EP previo (Omnilash) dos vocalistas, tres guitarras, efectos electrónicos y más cojones que los de un toro, su propuesta es tan acojonante que los jerifaltes de Century Media no se lo pensaron dos veces a la hora de ficharlos y editar su primer trabajo, Måsstaden.


Pues han acertado de pleno los muy cabrones, porque el fichaje no les podría haber salido mejor ni en sueños. Y es que los 50 minutos de Måsstaden son una auténtica orgía de avasallamiento sonoro, como una brigada de demolición en la puerta de tu casa, ajena a los gritos de piedad o auxilio. Pensad en unos Meshuggah puestos hasta el culo de speed componiendo temas de no más de 4 minutos, y puede que os acerquéis un poco a lo que proponen Vidhjarta. Imaginaos también a dos vocalistas cuyos registros oscilan entre los de un troll de las cavernas y un engendro del inframundo, y comprenderéis el por qué a su lado sus compatriotas parecen casi una banda de pop. A diferencia de los citados Meshuggah, Vidhjarta utiliza esos característicos riffs ultramundanos no como un fin en sí mismo, sino como un medio para acentuar una agresividad ya de por sí demencial, completamente desbordada. Y a pesar de ello, cuando quieren se sacan de la chistera unas progresiones y experimentaciones sonoras capaces de quitar el hipo, las que alimentan sus temas de metraje más elevado, pero siempre con el objetivo puesto en la total destrucción de tu córtex cerebral. Como el luchador que tiene en su repertorio todo un arsenal de fintas, ganchos y directos con el fin de noquear a su contrincante, del mismo modo el septeto sueco despliega una variedad de recursos apabullante: riffs como martillos pilones, cambios de ritmo de infarto, parones de engañosa calma, efectos electrónicos, voces de una bestialidad irreal… Y todo ello para que cuando Måsstaden estalle con su traca final, tan sólo quede de ti una arritmia mortal, unos pulmones sin aire y una expresión de asombro en la cara. Situados en algún lugar entre el deathcore y el metal progresivo, Vidhjarta reivindican su nacionalidad impregnándolo todo de la densidad y oscuridad propias del death metal sueco, aunque metiéndolo en un Delorean y mandándolo al siglo XXII (como poco). Como habréis supuesto, y hacéis bien, la pericia para llevar todo esto a buen puerto es casi sobrehumana, tanto en una sección rítmica despiadada como una monstruosa ametralladora como en unas guitarras que por muchos momentos ejercen de segunda sección rítmica, pero a la que se arrancan alardean de una esquizofrenia técnica capaz de llevarte al infarto. Como son suecos, obviaré las referencias a su sonido (da asco que todo lo que sale de allí suena tan acojonantemente bien), pero sí comentaré la total cohesión que obra entre los 13 cortes de Måsstaden, algo nada fácil cuando se juguetea tanto con la furia y la cordura, y que sólo en parte viene determinado porque estemos ante un disco conceptual. Y es que la principal razón de la bestialidad de disco que se han currado estos señores no es otra que su talento (demencial teniendo en cuenta su condición de debutantes), fruto de siete mentes dispuestas a comerse el mundo.


Estamos ante el sorpresón del año, y desde ya miembro selecto del club de lo mejor del año, sin importar lo extensa que vaya a ser esa lista en 2011. Un trabajo de una bestialidad sin par, pero que al mismo tiempo hace gala de un dinamismo y variedad de facetas casi imposibles de lograr en terrenos tan áridos como los del metal extremo. Vildhjarta no es una banda a seguir, simplemente porque ella ya te ha encontrado a ti. Y no hay escapatoria posible.

NOTA: 9,5/10


4 comentarios:

Unknown dijo...

Llevo desde ayer noche acojonado, veo bosques tenebrosos y sílfides siniestras con colmillos afilados acosándome por las esquinas, tengo miedoooo.....!!!
No me lo esperaba...gracias.

Cthulhu dijo...

Es que es un discazo! Y ya sabes, hoy por mi, mañana por ti,jajajaja

Un saludo crack!

manager dijo...

sabe alguien por que no sale en el disco el temazo del single shiver?,es una pena,pero aun asi es un disco...contundente

Cthulhu dijo...

manager: Shiver es un temazo, pero pertenece a su EP debut, y para Masstaden querían meter sólo canciones nuevas.