Aprovechando la anterior subida de Hawkwind Triad, el espléndido álbum de versiones de los reyes de la psicodelia clásica, os traigo a una de las bandas involucradas en el proyecto y que es de lejos la menos conocida. U.S. Christmas es un sexteto procedente de North Carolina y Tennessee, concretamente de la zona de los Apalaches, montes siempre muy presentes en la temática de sus letras. Formados en 2002, la banda giró intensamente por todo el sureste de los EEUU, desde garitos de moteros a espacios de arte, mientras que por el camino lanzaban tres álbumes auto-editados. Fue con el tercer disco que Scott Kelly de Neurosis les descubrió, encantándole tanto la propuesta del grupo que rápidamente les ofrece lanzar su siguiente álbum bajo su sello (y de varios miembros de Neurosis y Tribes Of Neurot, y dirigido por Steve Von Till y su esposa) Neurot Recordings. Por el camino han quedado fantásticas giras junto a Neurosis, Earthless, Weedeater o Baroness. Actualmente la banda se encuentra en plena labor de grabación del que será su quinto disco, titulado Run Thick In The Night y que estará producido por Sandford Parker, el cerebro creativo de los post-metaleros Minsk. Se prevee que el álbum salga en Otoño de 2010, de nuevo bajo el sello Neurot Recordings.
La música de U.S. Christmas se caracteriza por poseer una tremenda capacidad evocadora, cualidad que llega a través de un marcado amor por la psicodelia deudora de los enormes Hawkwind, pero que a la vez es profundamente triste y melancólica, lo que les emparenta al mismo tiempo con el post-metal de Neurosis e Isis. También hay muchos fogonazos rockeros a lo largo del álbum que te harán pensar en el Neil Young más descarnado. Partiendo de los paisajes de la región de Marion como línea de salida, el sexteto se lanza a un viaje en el que los diferentes estilos se subordinan a la gran personalidad de una banda que supura blues por los cuatro costados. Puede que distingas en Eat The Low Dogs numerosas fuentes, ya sean psicodelia, southern rock o post-metal, pero la manera en que U.S. Christmas las ponen a trabajar es tan especial y llena de melancolía que irremediablemente te harán pensar en el blues. Porque el álbum es un enorme lamento sonoro, con los Apalaches de fondo empequeñeciendo nuestras patéticas figuras, y cuyos temas hablan del desespero y la paranoia que nos ocasiona la vida, así como la relación estrecha que existe entre el amor y el odio. Al igual que la figura de la portada, el álbum se mueve en un círculo cerrado, empezando y acabando con el mismo riff de guitarra, el correspondiente a la inicial In The Light Of All Time y al último corte llamado Pray To The Sky, si bien es cierto que éste último es mucho más oscuro. Las connotaciones de esto son bastante evidentes, y hablan a las claras de la poco optimista visión de la vida que tienen los norteamericanos. Son dos temas tremendamente repetitivos e hipnóticos, cuyos riffs marcados e insistentes se te graban a fuego en la cabeza, embellecidos por numerosos efectos muy en la línea de Hawkwind. Con The Scalphunters demuestran, por si había alguna duda, que U.S Christmas saben rockear y ser fieros, y esos amplis en el 11 nos hablan de un combo que además de tener un ojo puesto en el clasicismo también beben de las murallas sónicas de Neurosis. Say Sister es simplemente acojonante, y es la auténtica declaración de intenciones del grupo. 9 minutazos que recogen la esencia de una banda única, y donde te transportarán a las frías cumbres de su región natal a base de riffs que se expanden hasta el infinito y de unos efectos y teclados realmente exquisitos, rematados por los desesperados lamentos de Nate Hall. Todavía sin recuperarte del shock, te dan el golpe de gracia con otros 10 minutos de preciosa oscuridad, en este caso los correspondientes a Silent Tongue, y donde Nate Hall se desgarra repitiendo "fifteen bottles of gasoline will be there for me/when I cut out your silent tongue". Otro tema simplemente acojonante. Cada tema de Eat The Low Dogs es una joya macabra, un delicioso sorbo amargo de vida, de la verdadera vida que nos castiga con heridas y decepciones, pero a la que nos abrazamos como niños asustados. Una oda al sufrimiento como motor del crecimiento personal, del hundimiento en la osuridad como único viaje posible, y de la pasión como analgésico al dolor de la existencia. Porque si algo destaca en Eat The Low Dogs es esa pasión con la que se nota está compuesto, y que te erizará los vellos de la nuca con cada riff gigantesco y con cada grito.
Otro bandaza en el increíble catálogo de Neurot Recordings, y un álbum inclasificable y genial. Si Run Thick In The Night está a la altura de Eat The Low Dogs o es capaz de superarlo, estaremos ante una banda que sin problemas podrá codearse con los pesos pesados del sello. Yo estoy convencido que lo conseguirán.
La música de U.S. Christmas se caracteriza por poseer una tremenda capacidad evocadora, cualidad que llega a través de un marcado amor por la psicodelia deudora de los enormes Hawkwind, pero que a la vez es profundamente triste y melancólica, lo que les emparenta al mismo tiempo con el post-metal de Neurosis e Isis. También hay muchos fogonazos rockeros a lo largo del álbum que te harán pensar en el Neil Young más descarnado. Partiendo de los paisajes de la región de Marion como línea de salida, el sexteto se lanza a un viaje en el que los diferentes estilos se subordinan a la gran personalidad de una banda que supura blues por los cuatro costados. Puede que distingas en Eat The Low Dogs numerosas fuentes, ya sean psicodelia, southern rock o post-metal, pero la manera en que U.S. Christmas las ponen a trabajar es tan especial y llena de melancolía que irremediablemente te harán pensar en el blues. Porque el álbum es un enorme lamento sonoro, con los Apalaches de fondo empequeñeciendo nuestras patéticas figuras, y cuyos temas hablan del desespero y la paranoia que nos ocasiona la vida, así como la relación estrecha que existe entre el amor y el odio. Al igual que la figura de la portada, el álbum se mueve en un círculo cerrado, empezando y acabando con el mismo riff de guitarra, el correspondiente a la inicial In The Light Of All Time y al último corte llamado Pray To The Sky, si bien es cierto que éste último es mucho más oscuro. Las connotaciones de esto son bastante evidentes, y hablan a las claras de la poco optimista visión de la vida que tienen los norteamericanos. Son dos temas tremendamente repetitivos e hipnóticos, cuyos riffs marcados e insistentes se te graban a fuego en la cabeza, embellecidos por numerosos efectos muy en la línea de Hawkwind. Con The Scalphunters demuestran, por si había alguna duda, que U.S Christmas saben rockear y ser fieros, y esos amplis en el 11 nos hablan de un combo que además de tener un ojo puesto en el clasicismo también beben de las murallas sónicas de Neurosis. Say Sister es simplemente acojonante, y es la auténtica declaración de intenciones del grupo. 9 minutazos que recogen la esencia de una banda única, y donde te transportarán a las frías cumbres de su región natal a base de riffs que se expanden hasta el infinito y de unos efectos y teclados realmente exquisitos, rematados por los desesperados lamentos de Nate Hall. Todavía sin recuperarte del shock, te dan el golpe de gracia con otros 10 minutos de preciosa oscuridad, en este caso los correspondientes a Silent Tongue, y donde Nate Hall se desgarra repitiendo "fifteen bottles of gasoline will be there for me/when I cut out your silent tongue". Otro tema simplemente acojonante. Cada tema de Eat The Low Dogs es una joya macabra, un delicioso sorbo amargo de vida, de la verdadera vida que nos castiga con heridas y decepciones, pero a la que nos abrazamos como niños asustados. Una oda al sufrimiento como motor del crecimiento personal, del hundimiento en la osuridad como único viaje posible, y de la pasión como analgésico al dolor de la existencia. Porque si algo destaca en Eat The Low Dogs es esa pasión con la que se nota está compuesto, y que te erizará los vellos de la nuca con cada riff gigantesco y con cada grito.
Otro bandaza en el increíble catálogo de Neurot Recordings, y un álbum inclasificable y genial. Si Run Thick In The Night está a la altura de Eat The Low Dogs o es capaz de superarlo, estaremos ante una banda que sin problemas podrá codearse con los pesos pesados del sello. Yo estoy convencido que lo conseguirán.
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