Ecos de una ciudad sumergida.

Translator / traducteur / übersetzer / traduttore...

lunes, 20 de febrero de 2012

PALLBEARER - Sorrow And Extinction (2012)



Aunque 2012 se está mostrando perezoso respecto a la edición de grandes discos, tengo la tranquilidad de saber que guarda en  la recámara una nada despreciable lista de próximas salidas de primer nivel (los nuevos trabajos de Napalm Death, Christian Mistress o Converge por poner algunos ejemplos). Pero no todo va a ser expectación y, aunque a cuentagotas, ya podemos disfrutar de algunas joyas muy esperadas por un servidor. Es el caso del debut de Pallbearer para el infalible sello Profound Lore, uno de los acontecimientos más esperados por los fans del doom a pesar de que el cuarteto de Arkansas tan sólo contaba con una demo previa (autotitulada, 2010). Sin embargo era tanta la calidad contenida en aquellos tres cortes (incluyendo la descomunal versión del Gloomy Sunday de Rezso Seress que popularizó Billy Holliday), que empujaron a Pallbearer a situarse como la nueva revelación dentro del género. La banda tiene dicha demo en libre descarga, así que si queréis la podéis descargar pinchando AQUI. Partiendo de unas coordenadas que los emparentaban con los todopoderosos Warning, los estadounidenses desplegaban un doom empapado de melancolía, con un gusto exquisito para las melodías y un nada despreciable afán aventurero que les hacía coquetear incluso con la psicodelia. La guinda al pastel era la voz del guitarra Brett Campbell, similar en registro a la de un primerizo Ozzy pero con un poderío y pasión en sus interpretaciones muy superior a la del inglés. En Sorrow And Extinction repiten, además de Campbell, el guitarra Devin Holt y el bajista Joseph D.Rowland, mientras que en la batería se estrena Chuck Schaaf, miembro de los fantásticos Deadbird y ex de los no menos grandes Rwake (aunque el disco lo ha grabado el ya ex-batería Zach Stine). 


Sorrow And Extinction es un ejemplo de como se puede facturar un trabajo pleno de personalidad propia sin necesidad de moverse de terrenos bien conocidos, aunque también deja claro que para ello hace falta tener controladas dos materias primas muy escasas y cotizadas: un talento compositivo excepcional y pasión a raudales. De ambas andan sobrados Pallbearer, además de una envidiable habilidad para incorporar a su propuesta las armas que empuñan los diferentes subgéneros que dan cuerpo al doom. Partiendo, cómo no, de los omnipresentes riffs sabbathicos, los de Arkansas erigen toda una ciclópea construcción de dimensiones cósmicas, que se estira ansiosa por abrazar el cielo a la par que escarba en las entrañas de la tierra. O lo que es lo mismo, consigue conjugar la mayor de las evocaciones ultraterrenas con un tono general cargado de esa melancolía introspectiva que tan grande ha hecho a los británicos Warning. Pallbearer demuestran que ningún ejercicio estilístico se les resiste, siendo capaces de someter y hacer trabajar para su causa una miriada de sonoridades y desarrollos que van desde el progresivo a la psicodelia pasando por contundencia más incontestable. Todo ello se expresa a través del inmenso trabajo que hacen a las seis cuerdas tanto Brett Campbell como Devin Holt, un equipo de una compenetración inquebrantable y capaz de volarte la cabeza con solos de infarto, sumergirte en un remanso de paz acústica, abrazar las más bellas melodías o ponerse el mono de trabajo y cabalgar a lomos de riffs poderosos como monstruos abisales. Ese caleidoscopio empapa los 5 cortes que componen Sorrow And Extinction, dando como resultado uno de los discos de doom más versátiles que yo recuerde e impidiendo en todo momento que el oyente se abandone a una escucha lángida con el piloto automático puesto. Desde el comienzo con la bella y exploratoria Foreigner te das cuenta que te enfrentas a un álbum especial, diferente, no tanto por los hechos tangibles como por esa inequívoca sensación que transmiten los grandes trabajos. Un corte que se despliega sin prisas, seductor, y que poco a poco va aumentando su épica de la mano de un vocalista que desde ya entra a jugar en las grandes ligas. Épico, poderoso, pasional e hipnótico, Brett Campbell es capaz de inflamar el corazón y poner los pelos de punta sin caer en la afectación, el dramatismo ridículo o la grandilocuencia teatral, vicios que suelen mostrar muchos de los vocalistas dotados. Él es la guinda que convierte Sorrow And Extinction y por extensión la propuesta de Pallbearer en una fuerza de primer nivel, inimitable y con denominación de origen propia. Fieles a esa diversidad que comentaba, no son los derroteros de cósmica densidad los únicos que recorren estos tíos, y para eso está Devoid Of Redemption (recuperada de la demo y regrabada para la ocasión, al igual que The Legend), un misilazo demoledor que te hará mover las cervicales bien agusto y que es lo más cercano a un hit que puede parir un género como el doom. Al mismo tiempo, y como diferentes caras de una moneda, nos sumergen en un corte del calado de Given To The Grave, encargada de cerrar el álbum y toda una orgía de sonoridades en las que los sintetizadores, los riffs tectónicos y las más bellas melodías se dan de la mano en un tema que conjuga con genialidad minimalismo y progresiones. Por el camino, la evocadora a la par que poderosa The Legend y el vulcanismo guitarrero de la épica An Offering Of Grief, otro de los puntos álgidos del álbum demostrando que las habilidades técnicas de estos músicos son tan soberbias como su capacidad compositiva. 


50 minutos que conjugan todo lo que hace grande al doom, y por extensión al metal. Poderío, oscuridad, emoción y una invitación a perderse en la infinita vastedad de ese cosmos que anida en nuestra imaginación. Tan sólo hay que saber volar... Sorrow And Extinction es un trabajo perfecto, una joya con mil brillos que tan sólo el tiempo dirá si se convierte en un clásico del género. 

NOTA: 10/10








1 comentario:

Abbath dijo...

Yo también estoy expectante por lo nuevo de los napalm. Es que el single con esas guitarras disonantes y ese extraño estribillo engancha un montón. Gran crítica, Chulthu. Como siempre me has puesto los dientes largos, y es que además tengo yo ganas de guitarras pesadas. Lo escucharemos a ver que tal