Esta semana voy a dedicarla a terminar de exprimir un 2011 cuyos ecos todavía se hacen sentir con fuerza bien entrado el año 2012. Y hoy lo hago con la última referencia de los estadounidenses Grails, que se me escapó en su momento debido a que la hiperactividad de estos tíos hace que en algún momento uno tenga que desconectar para poder dedicarle el tiempo de asimilación necesaria que necesitan sus discos. De hecho en la calle está Lilacs & Champagne, proyecto paralelo de la banda y que desde ya os digo que es probablemente el mejor "debut" de 2012. Lo dicho, que no paran. Oriundos de Portland, el grupo empezó su andadura en 1999 bajo el nombre de Laurel Canyon grabando dos EP's autofinanciados que llamaron la atención de Neurot Recordings, el sello de Neurosis, que editó su estupendo debut Burden Of Hope (2003), ya con el nombre de Grails. Su post-rock inclasificable y cinematográfico siempre supuso un quebradero de cabeza para todos aquellos que intentaron (e intentan) constreñir su propuesta en una etiqueta determinada, lo que se complica aún más debido a la constante mutación de la misma. De unos principios deudores de Dirty Three y Morricone al progresivo espacial del EP Interpretations Of Three Psychedelic Rock Songs From Around The World (2005, con versiones de la Flower Travelling Band, The Byrds y Gong), pasando por el enérgico post-rock de fuertes influencias hindúes de Black Tar Prophecies Vol 1,2 y 3 (2006) o Burning Off Impurities (2007) hasta su fase final de acercamiento al progresivo setentero italiano en Doomsdayer's Holiday (2008), la carrera de Grails siempre ha sido sinónimo de excelencia e inconformismo, algo que volvieron a demostrar con Deep Politics, su última referencia hasta la fecha y otra vuelta de tuerca a su genial sonido.
Empezaré declarando que Grails es la mejor banda de post-rock que existe en la actualidad, para acto seguido aclarar que estos señores ya no entran en el saco de ese género. ¿Contradicción? No si uno reconoce que la fórmula estilística del post-rock murió hace años y su escena reemplazada por hordas de zombies clónicos. Olvídate de las clásicas espirales sonoras que acaban en un pseudo-clímax tan previsible que puedes avanzar hasta el final del metraje para ahorrarte minutos de sopor, en Grails no encontrarás nada de eso. Porque la propuesta del quinteto es cinemática en estado puro, un continuo fluir de sonoridades y estructuras mutantes que te llevarán en volandas al interior de la mejor película que puedas imaginar. Y es que esa es otra de las características del grupo, el erigir maravillosas bandas sonoras para que tú imagines una película desplomado en la comodidad de tu sillón favorito. Aunque lo más probable es que si estás familiarizado con el cine italiano elijas un giallo, género por el que los estadounidenses sienten debilidad y que viene corroborado por cortes como All Colors In The Dark, originalmente compuesta por el genial Bruno Nicolai (colaborador habitual de Morricone y artífice de numerosas bandas sonoras de giallos, así como de películas del gran Jesús Franco). Partiendo de unos cimientos netamente rockeros (guitarra, bajo y batería), aunque sin hacerle ascos a la incorporación de otras sonoridades, Deep Politics es un acercamiento vanguardista al sinfonismo cinematográfico pero dejando de lado cualquier pretenciosidad, grandilocuencia o épica barata en la que suelen incurrir el 99% de las bandas que se adentran en ese jardín. La pesadez, distorsión y vulcanismo de anteriores trabajos se ve aquí reducida al mínimo con el fin de ayudar a la construcción de elegantes y evocadores paisajes sonoros en constante movimiento, haciendo gala de un gusto y capacidad compositiva simplemente sobrecogedores. Cortes como el que dan título al disco son poco menos que pequeñas obras maestras por las que cualquier director de renombre mataría por incorporar a su película, aunque dudo que la misma estuviera a la altura. Pianos, violines, sonidos del lejano Oriente... todo tiene cabida en el mundo de Deep Politics con la condición de supeditarse a la dictadura compositiva que gobierna a través de las mentes del quinteto, impidiendo que el álbum se convierta en un collage amorfo de influencias y lo haga en un maravilloso universo orquestado al milímetro para fluir sin obstáculos a través de los resortes de tu imaginación. Y ese es el gran triunfo de Grails, y por extensión de Deep Politics, el de ser capaces de llevar al terreno de la coherencia una de las propuestas más ricas, exhuberantes y multirreferenciales que puedas encontrar en el panorama actual, llevándose además a tu mente a todo un viaje de cine, palomitas y peyote.
Deep Politics es uno de los mejores discos que jamás hayan parido Grails (las comparaciones entre sus títulos son muy complicadas), un paisaje viviente y en constante movimiento fruto de la paleta de colores infinitos que maneja este cuarteto de genios. Olvídate ya del post-rock y abre tu mente, porque Grails son el presente y futuro de un nuevo mundo.
2 comentarios:
Este disco ya lo escuché el año pasado, y me encantó. Pensaba q no te gustaban grupos como estos, más conocidos en el ambiente Indie q en otro.
Hombre, estos señores han editado con Neurot Recordings y Southern Lord, dos sellos eminentemente metálicos a pesar de su eclecticismo, Alex Hall toca la guitarra en Harvestman y Emil Amos está con OM también, por lo que sus vínculos con el underground metálico son muy fuertes...
Un saludo!
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