Hoy toca cambio de tercio, tanto musical como de vibraciones. Vamos a espantar todas las preocupaciones, todos los problemas y simplemente celebrar que estamos vivos. Y para ello qué mejor que con un disco de rock luminoso a cargo de uno de los dúos más prometedores del panorama actual. Nacidos en 2006, la carrera de los canadienses (Brian King, guitarra y voces, David Prowse, batería y voces) ha sido poco menos que meteórica, ensalzados por la crítica indie (Pitchfork y Spin se pajean lo suyo con estos tíos) y actuando en algunos de los festivales más importantes del planeta gracias tan sólo a su notable debut Post-Nothing (2009, Polyvinyl Record Co.), un disco cuyo título ya dejaba claro qué es lo que pensaban de ese prefijo tan de moda últimamente (además de su filosofía de no preocuparse por nada más que del momento presente). A medio camino entre el amor por la filosofía DIY de Fugazi y la realidad de llevar adelante una carrera musical en los tiempos que corren, Japandroids publicaron el 29 de Mayo su segundo álbum Celebration Rock (2012, Polyvinyl Record Co.), una infecciosa colección de temas a caballo entre el rock y el punk que les ha terminado de consolidar como una formación imprescindible entre tanta propuesta sesuda y de ceños fruncidos.
En un momento en el que parece que toda propuesta artística tiene que ir de la mano de la omnipresente y pretenciosa etiqueta post (que aunque no lo pensemos mucho significa que se están superando los géneros, y hay que ser muy arrogante para pensar que eso es verdad...) y el modernismo imperante obliga a rechazar el pasado por supuestamente reaccionario e infantil, Japandroids gritan a los cuatro vientos que es momento de parar, sonreír y simplemente disfrutar de la vida. Y puede que lo hagan con unos argumentos aparentemente de adolescentes, pero sus letras son tan honradas y cargadas de puñetera verdad y su música tan infecciosa que un servidor no puede sino postrarse ante un disco simplemente irresistible. Partiendo de esa amalgama de hardcore y pop que tan grande hizo a bandas seminales como Pavement o Hüsker Dü junto a una crudeza propia del mejor garage noventero, los canadienses insuflan a la propuesta cantidades ingentes de energía juvenil capaz de levantar el ánimo a los muertos. Celebration Rock es una invitación a retrotraerte a esa época en la que solo te importaba escuchar rock, beber y follar indiscriminadamente, antes de que llegaran las preocupaciones (muchas de ellas carentes de sentido) y responsabilidades propias del mundo "adulto". Que muchos no hayamos superado esa fase ya en la treintena es tema para otro debate. Más acelerado, vitaminado y grueso que su antecesor, estamos ante un trabajo que desdeña cualquier atisbo de contemplación para centrarse única y exclusivamente en encender los centros nerviosos del oyente y cargarlos de buenas vibraciones, empresa que os aseguro cumplen con creces cortes mayúsculos como Fire's Highway, The House That Heaven Built o Evil's Way, con unos coros que saludarás riendo a carcajadas y elevando una cerveza al cielo. Con unas letras que en cualquier otra banda sonarían ridículas, Japandroids elevan sus reflexiones a la altura de auténticas revelaciones en este mundo de pseudointelectualidad y profundidad que de tan introspectiva deviene en patética superficialidad existencial. Imposible no sonreír cuando en el primer y maravilloso single The House That Heaven Built cantan "Cuando te amen (y ellos lo harán)/diles todo lo que amarán en mi sombra/y si intentan hundirte/cuéntales todo sobre irse al infierno". Su incitación a recordar la inocencia del pasado aflora en Younger Us: "Te recuerdas diciendo cosas como ya dormiremos cuando hayamos muerto/y pensando que ese sentimiento nunca se iría hasta el final?". The Nights Of Wine And Roses ensalza la magia de esas inolvidables noches de verano: "Hundimos nuestras bebidas en un embudo de amigos/y quemamos nuestras mezclas hasta el final/no lloramos las noches por llegar/gritamos como el Infierno a los Cielos". También hay mucho de la ingenuidad acerca del amor "Si yo tenía todas las respuestas/y tú el cuerpo que deseabas/ ¿nos amaríamos con un fuego legendario?" junto a dosis de realidad "pero tú ya no eres mía hasta la muerte nunca más/por eso debo vivir". Es evidente que la juventud es una fase temporal que se debe superar en esta extraña travesía que llamamos vida, pero también lo es que no debemos avergonzarnos de un periodo, probablemente el único, en el que nuestra llama brilló con una fuerza que ya jamás recuperaremos. Para lo bueno y lo malo. Como también es evidente que no encontrarás a una banda, ni un disco en la actualidad que te recuerden esa magia como Japandroids en Celebration Rock.
A no ser que ya estés muerto y asimilado por el rodillo de la monótona vida moderna, Celebration Rock es la mecha que prenderá ese fuego que creías extinguido para siempre. Porque Japandroids no sólo han facturado una celebración al mejor rock'n roll, sino también una oda a la alegría en todo su esplendor e inocencia. Uno de los discos de rock del año.
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