Por toda la ciudad se respira una calma tensa, un nerviosismo que a partir de mañana estallará en una nueva catársis rockera. Porque mañana Gasteiz respirara rock & roll por los cuatro costados, y paseando por sus calles ya se ven pantalones de pitillo, camisas de cuadros, tatuajes y sobre todo ganas, muchas ganas de disfrutar de un cartel en el que hay titanes como Airbourne, Gov't Mule, Kiss o Bob Dylan. Y servidor no se encuentra ajeno a tales sensaciones, por lo que en las últimas semanas no he hecho apenas otra cosa que darle al rock en mi reproductor. El álbum que traigo hoy no corresponde a ningún grupo de los que tocan en el festi (aunque bien podrían hacerlo!), pero aún así me ha tenido enganchadísimo los últimos días. Sasquatch es un trío que se formó en Los Ángeles en el 2001 por Keith Gibbs (guitarra, voz), Rick Ferrante (batería) y Clayton Charles (bajo). Los tres compartían la misma pasión por el proto-metal setentero, la psicodelia y, en general, el rock de carácter atemporal que bebía de las fuentes clásicas. De este modo ve la luz en 2004 su debut, titulado I, que hacía hincapié en la simplicidad y la garra del stoner metal más directo, granjeándose las simpatías del público y los parabienes de gran parte de la crítica especializada. Ya en 2006 aparece la continuación, II, donde los norteamericanos dan un giro importante a su sonido al centrarse mucho más en las melodías, dando como fruto un álbum con clara vocación mainstream. En 2007 abandona la banda Clayton Charles, siendo sustituido por Jason Cassanova (ex-Tummler, Volume).
Con III Sasquatch han logrado el punto medio entre sus dos anteriores álbumes, siendo en mi opinión su álbum más redondo hasta la fecha. Si algo caracteriza al trío es su capacidad para componer temas con gancho, realmente irresistibles. Puedes sentir el groove de cada corte, haciéndose muy difícil el no mover la cabeza y los pies al ritmo de su música. La inicial Get Out Of Here es buen ejemplo de ello. Un riff gordísimo, acojonantemente rítmico, que unido a la fabulosa voz de Keith Gibbs convierten la canción en un auténtico himno que no extrañaría si sonara a todas horas en las radios rockeras norteamericanas. Eso sí, aclarar que no estamos ante unos aspirantes a estrellas, simplemente son tres tíos que hacen rock, de ese que nunca se pasará de moda y que es todo un emblema nacional incluso para las nuevas generaciones. Tampoco pensemos que es un grupo de un solo tema, porque III está repleto de putos temazos en la misma línea, caso de las fantásticas Walkin' Shoes o la final Burning Bridges, que se amoldan perfectamente a la etiqueta de stoner metal. Sin embargo Sasquatch también sabe moverse por otros terrenos que aunque no se alejan mucho de su propuesta, sí enriquecen el álbum y le dotan de una versatilidad que permite que no te aburras para nada durante los 55 minutos que dura el mismo. Es el caso del medio-tiempo Queen, donde la banda se mueve como pez en el agua y que se trata de uno de los puntos álgidos del disco. Del mismo modo, en Bare My Soul nos encontramos con un acercamiento a la psicodelia, y New Disguise suena como si Monster Magnet se hubiera colado en el estudio durante la grabación de III. En total 11 temazos del mejor stoner metal que se puede encontrar hoy día, tocados con la mayor honestidad y energía del mundo. No vas a encontrar nada nuevo, pero con material de este calibre, a quién cojones le importa.
Si flipas con Clutch, Fu Manchu, The Company Band o House Of Broken Promises, dales una oportunidad a estos tíos, porque ni de lejos te van a defraudar.
Con III Sasquatch han logrado el punto medio entre sus dos anteriores álbumes, siendo en mi opinión su álbum más redondo hasta la fecha. Si algo caracteriza al trío es su capacidad para componer temas con gancho, realmente irresistibles. Puedes sentir el groove de cada corte, haciéndose muy difícil el no mover la cabeza y los pies al ritmo de su música. La inicial Get Out Of Here es buen ejemplo de ello. Un riff gordísimo, acojonantemente rítmico, que unido a la fabulosa voz de Keith Gibbs convierten la canción en un auténtico himno que no extrañaría si sonara a todas horas en las radios rockeras norteamericanas. Eso sí, aclarar que no estamos ante unos aspirantes a estrellas, simplemente son tres tíos que hacen rock, de ese que nunca se pasará de moda y que es todo un emblema nacional incluso para las nuevas generaciones. Tampoco pensemos que es un grupo de un solo tema, porque III está repleto de putos temazos en la misma línea, caso de las fantásticas Walkin' Shoes o la final Burning Bridges, que se amoldan perfectamente a la etiqueta de stoner metal. Sin embargo Sasquatch también sabe moverse por otros terrenos que aunque no se alejan mucho de su propuesta, sí enriquecen el álbum y le dotan de una versatilidad que permite que no te aburras para nada durante los 55 minutos que dura el mismo. Es el caso del medio-tiempo Queen, donde la banda se mueve como pez en el agua y que se trata de uno de los puntos álgidos del disco. Del mismo modo, en Bare My Soul nos encontramos con un acercamiento a la psicodelia, y New Disguise suena como si Monster Magnet se hubiera colado en el estudio durante la grabación de III. En total 11 temazos del mejor stoner metal que se puede encontrar hoy día, tocados con la mayor honestidad y energía del mundo. No vas a encontrar nada nuevo, pero con material de este calibre, a quién cojones le importa.
Si flipas con Clutch, Fu Manchu, The Company Band o House Of Broken Promises, dales una oportunidad a estos tíos, porque ni de lejos te van a defraudar.
1 comentario:
Es lo que echo en falta en el cartel de este Azkena. Un poco de stoner con grupos como este se hubiera agradecido, en ediciones pasadas ejemplos varios tuvimos. A ver si hay suerte y por lo menos se acercan más adelante aunque sea en salas, tampoco estaría mal que viniesen con ellos The House Of Broken Promises igual que en ese cartel que has puesto.
Un saludo!
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