Hay veces, muy pocas veces en realidad, que uno consigue callar el torbellino que siempre fluye por su cabeza, cargado de preocupaciones, notas mentales, proyectos y demás acontecimientos cotidianos, y por un momento, por breve que sea, trascenderse a uno mismo, a su vida imperfecta, y volar. Esa esencia la podemos encontrar en la niñez misma de nuestra raza, con sus inigualables representaciones pictóricas, mitos y leyendas, antes del surgimiento de las religiones organizadas y los crimines horrendos que las acompañaron y acompañan. Antes de la televisión, de los efectos especiales, de los videojuegos, los hombres se sentaban bajo las estrellas y soñaban, y compartían sus sueños con otros hombres, y el sueño colectivo, esa representación onírica de la realidad y compartida por cientos, miles de mentes, devenía en el Panteón griego, en el épico Ragnarok de los vikingos, los Vedas hinduistas, el Gilgamesh sumerio. A su lado, Avatar y su 3D es fuego de artificio para lobotomizados culturales. Digo todo esto porque hace poco, en una escapada a los Pirineos, y mientras miraba la noche estrellada bajo un frío seco y cortante, me puse este álbum en el reproductor por primera vez, y tanto su música como el contexto en el que me encontraba se conjuraron para acercarme a aquellos hombres primitivos y maravillosos que soñaban y contaban historias. Durante una hora soñé y me maravillé con mis propias historias, todo gracias a un disco al que necesito ahora devolverle el favor hablando de sus bondades, que son muchas.
Sig:Ar:Tyr es el proyecto personal de Daemonskald, un músico canadiense enamorado de la historia del norte de Europa, principalmente sus raíces paganas y las simbologías adoptadas para representarlas. El nombre de la banda está compuesto por las palabras Sig, que en inglés primitivo significa Sol, la runa germana Ar que expresa el estado intermedio entre las fuerzas del Orden y las del Caos (el mundo de los hombres), y Tyr, el dios de los cielos original en la mitología nórdica, antes de que surgiera Odín. La conjunción de las tres palabras expresa las fuerzas del caos, el equilibrio y el orden que forman parte de la existencia. En 2003 aparece su primer trabajo, la demo The Stranger, que se apoyaba únicamente en el sonido de una guitarra acústica junto a la historia sobre un encuentro místico con Odín. Las críticas fueron muy buenas, lo que se tradujo en la firma con el sello Morbid Winter Records. El primer LP, titulado Sailing The Seas Of Fate, se publica en 2005, cosechando alabanzas por su peculiar mezcla de pasajes acústicos a la guitarra con el metal pagano. Esta vez la historia es la de la batalla entre la cultura vikinga y el cristianismo. Pero su consagración llegaría en 2008, con la publicación de Beyond The North Winds, una vuelta de tuerca más al sonido de Sig:Ar:Tyr y que entra de cabeza en gran parte de las listas de lo mejor del año. Por lo tanto muy grandes eran las expectativas respecto a Godsaga, que vió la luz en Mayo de este año.
Godsaga es el mejor álbum de Sig:Ar:Tyr hasta la fecha, y lo digo completamente convencido. Beyond The North Winds era un disco excelente, de lo mejor que dió el folk metal la pasada década. Pero Godsaga es simplemente inmenso, como el árbol Yggdrasil del que colgó Odín durante nueve días para adquirir sabiduría, y que junto a la saga de Egil forman el esqueleto narrativo del álbum. Una hora de música que trasciende lo meramente humano y que con una sensibilidad abrumadora nos acerca la concepción nórdica de la pérdida y el sacrificio. Una joya única que comienza con la furia blacker de Midwinter Sacrifice y la espectacular Blood Of The North, pero que de improviso te regala la instrumental Black Sun's Bane y cuando te quieres dar cuenta estás rendido a los pies de Godsaga con los ojos empañados ante tanta belleza. El dominio que Daemonskald tiene de la acústica es absoluto, y los pasajes reposados del álbum son obras maestras en sí mismas, y no sólo momentos de respiro para prepararse para otro ataque de furia. En general, el canadiense demuestra que es un guitarrista soberbio, ya que además de la acústica, sus solos en la eléctrica son sobresalientes. Una escucha al que este señor despliega en Eternal Return y sabrás de lo que hablo. Estamos ante lo que es un paso más en la evolución de un talento excepcional, un proceso que muchos hemos observado atónitos y regocijándonos ante cada nuevo lanzamiento. Con Godsaga, Daemonskald ha consegudio desmarcarse de todos sus compañeros de viaje dentro del folk/pagan metal, porque ni siquiera Týr consiguen conjugar con tanta maestría metal y ambient acústico como el canadiense. Y de paso ha creado una maravilla que puede enamorar a un espectro muy amplio de personas, desde el amante del ambient, al del folk y al blacker de miras anchas. Yo sólo doy gracias a los Aesires por haber inspirado a este señor para componer música, por ser, aunque sea durante una hora, el catalizador de mis sueños.
Sencillamente un trabajo mágico.
Sig:Ar:Tyr es el proyecto personal de Daemonskald, un músico canadiense enamorado de la historia del norte de Europa, principalmente sus raíces paganas y las simbologías adoptadas para representarlas. El nombre de la banda está compuesto por las palabras Sig, que en inglés primitivo significa Sol, la runa germana Ar que expresa el estado intermedio entre las fuerzas del Orden y las del Caos (el mundo de los hombres), y Tyr, el dios de los cielos original en la mitología nórdica, antes de que surgiera Odín. La conjunción de las tres palabras expresa las fuerzas del caos, el equilibrio y el orden que forman parte de la existencia. En 2003 aparece su primer trabajo, la demo The Stranger, que se apoyaba únicamente en el sonido de una guitarra acústica junto a la historia sobre un encuentro místico con Odín. Las críticas fueron muy buenas, lo que se tradujo en la firma con el sello Morbid Winter Records. El primer LP, titulado Sailing The Seas Of Fate, se publica en 2005, cosechando alabanzas por su peculiar mezcla de pasajes acústicos a la guitarra con el metal pagano. Esta vez la historia es la de la batalla entre la cultura vikinga y el cristianismo. Pero su consagración llegaría en 2008, con la publicación de Beyond The North Winds, una vuelta de tuerca más al sonido de Sig:Ar:Tyr y que entra de cabeza en gran parte de las listas de lo mejor del año. Por lo tanto muy grandes eran las expectativas respecto a Godsaga, que vió la luz en Mayo de este año.
Godsaga es el mejor álbum de Sig:Ar:Tyr hasta la fecha, y lo digo completamente convencido. Beyond The North Winds era un disco excelente, de lo mejor que dió el folk metal la pasada década. Pero Godsaga es simplemente inmenso, como el árbol Yggdrasil del que colgó Odín durante nueve días para adquirir sabiduría, y que junto a la saga de Egil forman el esqueleto narrativo del álbum. Una hora de música que trasciende lo meramente humano y que con una sensibilidad abrumadora nos acerca la concepción nórdica de la pérdida y el sacrificio. Una joya única que comienza con la furia blacker de Midwinter Sacrifice y la espectacular Blood Of The North, pero que de improviso te regala la instrumental Black Sun's Bane y cuando te quieres dar cuenta estás rendido a los pies de Godsaga con los ojos empañados ante tanta belleza. El dominio que Daemonskald tiene de la acústica es absoluto, y los pasajes reposados del álbum son obras maestras en sí mismas, y no sólo momentos de respiro para prepararse para otro ataque de furia. En general, el canadiense demuestra que es un guitarrista soberbio, ya que además de la acústica, sus solos en la eléctrica son sobresalientes. Una escucha al que este señor despliega en Eternal Return y sabrás de lo que hablo. Estamos ante lo que es un paso más en la evolución de un talento excepcional, un proceso que muchos hemos observado atónitos y regocijándonos ante cada nuevo lanzamiento. Con Godsaga, Daemonskald ha consegudio desmarcarse de todos sus compañeros de viaje dentro del folk/pagan metal, porque ni siquiera Týr consiguen conjugar con tanta maestría metal y ambient acústico como el canadiense. Y de paso ha creado una maravilla que puede enamorar a un espectro muy amplio de personas, desde el amante del ambient, al del folk y al blacker de miras anchas. Yo sólo doy gracias a los Aesires por haber inspirado a este señor para componer música, por ser, aunque sea durante una hora, el catalizador de mis sueños.
Sencillamente un trabajo mágico.
3 comentarios:
Me encanta el toque a lo Bathory que tiene al principio del disco y el cambio a lo acústico que sufre a medida que avanza el disco. Arreglos y solazos increíbles, una auténtica maravilla.
Gracias por la recomendación una vez más. Como siempre, colgando cosas increíbles.
Un saludo.
Excelente entrada, Daemonskald es un artista muy completo, músic excepcional... Tuve la oportunidad de escuchar su "Beyond the Northwinds" y es verdaderamente mágica la atmósfera de sus épicas canciones (mis favoritas, Among the Ruins & Far Away, excelente letra de la última)...
En si Sig:Ar:Tyr es una gran banda y como bien decis.. con el disco Beyond the Nortwinds que es excepcional no pensaba que me sorprendieran tran gratamente.. como con el disco Godsaga.
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