Inesperada subida la que tenemos hoy. Tanto por la filtración del álbum en la red a semanas de su publicación oficial, como porque sinceramente no era un disco que en principio fuera a subir a este blog. Ya sabéis los que seguís el blog que a pesar de que soy un gran fan del stoner, generalmente suelo comentar bandas que me apasionan sobremanera o que me dicen algo muy especial, y no dedico este espacio a subir toda novedad que aparece en el mercado. Y The Sword no es una banda que especialmente me haga vibrar, todo hay que decirlo. Sin embargo, dos factores han confluido para que Warp Riders vea la luz en Ecos de R'Lyeh. La primera, que de no hacerlo se me echaría encima buena parte de mi entorno stoner al grito de ¡snob!. La segunda, que debido a la popularidad de la banda gran parte de la critica carroñera se ha dedicado a descuartizarles atacando su supuesto sonido plano y falto de originalidad. Y eso si que no, señores, porque a pesar de que no es un grupo santo de mi devoción, del mismo modo reconozco los méritos de su sonido, que no son pocos. Obviare, porque no creo que merezca mas atención, la contradicción entre atacar a The Sword y ensalzar bandas como Franz Ferdinand o Rise Against (por poner dos ejemplos variados), que sin meterme con sus meritos (que en estas bandas concretas me la resbalan) adolecen de la misma falta de originalidad (ambas hacen un revival de sonidos ochenteros, el pop bailable y el hardcore melódico respectivamente) que los texanos. Los caminos del mainstream son inexcrutables, supongo.
Warp Riders ya esta aquí, y dejadme que os diga que su sonido no se ha movido un ápice del mostrado en Age Of Winters ni Gods Of The Earth. Ni falta que les hace. Sus señas de identidad siguen inmutables a base de riffs gordos y con mas gancho que Muhammed Ali y un amor por el protoheavy setentero que parece casi obsesivo a la vista de lo escuchado en sus tres álbumes de estudio. En cuanto a sus letras, si encontramos un cambio respecto a sus dos anteriores trabajos, pues en Warp Riders abandonan la temática fantástica - medieval en pro de un álbum conceptual (si, habéis oído bien) que gira en torno a un planeta enfrascado en una batalla futurista entre el bien y el mal, algo que queda plasmado graficamente en esa cojonuda portada reminiscente de la ciencia-ficción setentera. Si agudizamos nuestro análisis encontraremos que, a pesar de todo lo dicho, su sonido ha visto modificado ligeramente su ADN. Por un lado una producción asentada plenamente en los años 80, década de esplendor mayúsculo del heavy metal, y por otro la adición a las clásicas referencias Sabbath/Zeppelin de un descarado tributo a los titanes del heavy como Judas Priest o Rainbow, tanto en temática como por la búsqueda de un sonido lo mas épico y grandilocuente posible. Una escucha a ese maravilloso corte que es Chronomancer I: Hubris, y veréis esa pugna entre las huestes de Iommi y las de Halford que comento de una manera clara. Y si seguís dudando, el comienzo mas heavy que el infierno de Chronomancer II: Nemesis, ya os convencerá del todo. Otro aspecto que han pulido mucho desde Gods Of The Earth es el trabajo a las seis cuerdas. Los fabulosos riffs gordos siguen ahi, pero a ellos se han sumado unos solos setenteros muy currados y que proporcionan a Warp Riders una versatilidad de la que adolecían sus predecesores. El eco Zeppeliano sigue muy presente, y se asienta en cortes como el psicodélico Lawless Land, de nuevo con la dupla JD Cronise y Kyle Shutt como autenticas estrellas de la función. La voz del primero seguirá acarreando criticas y discusiones, supongo. Aun estando de acuerdo con que no es la mas fabulosa que existe, ni de lejos, si que es cierto que ha devenido en seña de identidad del grupo, y en el fondo se me haría difícil escuchar un disco de The Sword con cualquier otra. Los dos cortes instrumentales de Warp Riders, la inicial Acheron/ Unleashing The Orb y Astraea's Dream, siguen mostrando a un cuarteto que se mueve como pez en el agua por esos lares, y que consiguen la nada fácil labor de dotar a este tipo de temas de la velocidad y gancho de los que alardean el resto de canciones de su repertorio, aun mas con la ya mencionada adición de fabulosos solos con mas épica que las Crónicas de la Dragonlance.
Resumiendo, nos encontramos a unos The Sword menos fieros pero que a cambio han ganado bastantes puntos en una versatilidad que se antojaba necesaria en una carrera que a vista de los expuesto en Warp Riders, y le pese a quien le pese, va a ser muuuuuy larga. En mi humilde opinion, el mejor album de su carrera y el que de verdad les acerca a ser una fuerza de primera linea en el stoner-heavy mundial.
PD: teniendo en cuenta que The Sword operan con Kemado Records, asociada a Hollywood Records (propiedad de Disney), no puedo asegurar la permanencia de esta reseña ni del enlace durante mucho tiempo. Si desaparecen, que sepais que ha sido culpa de Mickey Mouse y Nemo, que desde hace tiempo me la tienen jurada.
2 comentarios:
Buf, a mí me ha resultado un disco gordísimo. No puedo decir más de éste porque creo que ya lo he dicho todo en mi blog. xD
Y qué coño, mañana mismo pienso levantarme escuchando esta desde ayer y hoy joyaza para mí.
Un saludo.
Ruido chingón¡¡
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