Vaya añito estamos teniendo, con verdaderos pepinazos dentro de numerosos estilos, y también con unos debuts de verdadero escándalo. Kvelertak, Byfrost, Gangrenator o Tweak Bird son algunos de los ejemplos de esto, criaturas que han venido al mundo con discazos bajo el brazo. Pues bien, que vayan haciendo un hueco porque Dopefight entra a base de riffs gordos y porros como mi brazo de grande en ese selecto club.
Este trío británico ya había avisado el año pasado con la publicación de un tremendo EP y un split junto a Dead Existence, pero ni los más optimistas esperaban un larga duración de estas dimensiones. Famosos por unos directos demoledores, Dopefight están compuestos por Owen Fareye Karti (guitarra, voces), Epic-fail Hale (bajo) y Ant Cole (batería).
Este trío británico ya había avisado el año pasado con la publicación de un tremendo EP y un split junto a Dead Existence, pero ni los más optimistas esperaban un larga duración de estas dimensiones. Famosos por unos directos demoledores, Dopefight están compuestos por Owen Fareye Karti (guitarra, voces), Epic-fail Hale (bajo) y Ant Cole (batería).
Esta crítica se puede resumir en algo muy sencillo. Buds es uno de los mejores discos de sludge/doom metal de la historia y contiene la colección de riffs más demoledora que servidor haya presenciado en un mismo álbum. A priori sonara exagerado a más de uno, pero os juro que este álbum es una joya, amén de clásico instantáneo para todo amante del buen metal pantanoso y herbáceo. Pensad en una amalgama entre la abrasividad de Bongzilla, el dinamismo de Church Of Misery y la agresividad punk/hardcore de (-16-), y os haréis una pequeña (muy pequeña) idea de por dónde van los tiros. El gran acierto del álbum es la manera en que consiguen levantar indestructibles murallas de riffs, pero a la vez hacerlas cabalgar a todo trapo sin caer en el ensimismamiento o la languidez propias de buena parte de los combos de sludge/doom. Y qué riffs, señores. Si cortes como Nob.Nod.Noi, Spaceman o Slug'n'mop no te hacen descoyuntarte el cuello, es que ya no hay salvación posible para tu alma. Buena parte de Buds puede considerarse instrumental, pero en la mayoría de los temas hay pequeños momentos en que aparece la voz de Karti dejando una impronta muy hardcoreta en el sonido del álbum, siendo esos fragmentos los de mayor similitud con los enormes (-16-). Partiendo de una sección rítmica demoledora (especialmente la batería de Ant Cole), Dopefight se lanzan a por tu yugular en 13 temas con el mismo poder de destrucción que un arsenal nuclear, y donde además de una colección de riffs que harían emocionarse al mismísimo Tony Iommi, encontramos la diversidad suficiente como para que los 50 minutos de metraje del disco se nos pasen en un santiamén. Ahí están Jock Witch o La Mano del Daemon para sumergirte en un fétido viaje de experimentación lisérgica en el que te revolcarás como un gorrino en una charca de mierda. Medios tiempos monolíticos, orgías de riffs, velocidad punk, viajes de ácido... Todo lo que pidas Dopefight te lo escupirá a la cara redoblado y con un inconfundible aroma a marihuana. Me parece inútil continuar escribiendo sobre la grandeza de Buds si con ello os resto un tiempo precioso que podríais estar invirtiendo en pajearos con él.
IMPRESIONANTE. Así, con mayúsculas. Obra maestra y otro inquilino para un Top del año que va a acabar siendo como el camarote de los hermanos Marx. De obligada adquisición, que además son 6 libras de nada.
Nota: 10/10
2 comentarios:
Hombre, después de 2 escuchas tampoco me ha parecido tan grandioso como lo pintabas, pero tiene algún que otro tema que dan ganas de echarse una buena fumada, sin duda. Directo y a la cara.
Un saludo.
Jajaja, joder, un disco en el que no estamos de acuerdo!! Me hace hasta ilusión y todo! :)
A mí es que esos riffs me tienen enganchadísimo...
Un saludo!!!!!
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