Puedes escuchar Come Midnight... a través del Bandcamp de la banda. PINCHA AQUÍ.
Cuando pensamos en psicodelia generalmente nos vienen a la cabeza coloridas portadas, melenudos drogados y sonrientes y, en general, la idea de un revelador viaje interior más allá de las barreras convencionales del raciocinio, entendido todo ello como un proceso positivo de exploración del subconsciente. Pero incluso en conceptos tan humanos y subjetivos como estos, tan espirituales, actúa el ineludible principio de la acción y reacción, que nos habla de que "a toda fuerza de acción se opone una fuerza de reacción de igual magnitud pero en sentido contrario". Y es por esto que por cada Pink Floyd, por cada Hawkwind, nacen bandas como Neurosis o los protagonistas de hoy, Adrift For Days. Bandas que revelan las sombras nacidas de toda iluminación, que a su vez no tendría sentido si no es en comparación con la ausencia de luz. Un maridaje contradictorio que, como muchos en la Naturaleza, se mueve a través de colisiones, conflictos, evolución y movimiento, pero que en la esfera humana se ignora en beneficio de una vida más plácida y segura, ignorante.
A contracorriente de este pensamiento miope, el jovencísimo quinteto australiano que visita hoy mi morada ahonda en los recovecos más perturbadores del alma, utilizando para ello una combinación de géneros evocadora y desasosegante. Nacidos en 2009 en Sidney, tan sólo un año después autoeditan su espectacular debut The Lunar Maria, un abrasivo viaje mezcla de sludge, doom y post-metal que les vale no pocos elogios entre la crítica especializada. Continúan su andadura con Come Midnight... (Art As Catharsis, 2012), su último trabajo hasta la fecha y otra mirada en profundidad a las penumbras que anidan en nuestro interior.
Empezaré diciendo que Adrift For Days es una de las bandas más especiales y originales que haya dado el metal y el rock en muchísimo tiempo, hecho que queda corroborado en Come Midnight... aún más que en su prometedor debut. A través de una extraña alquimia los australianos han vertido en su crisol de mezclas géneros como el drone, el sludge, el post-metal, el doom y la psicodelia para obtener un elemento completamente nuevo y perturbador con la capacidad lisérgica de abrir tu mente a la oscuridad, a esa que nunca quisiste ver pero que sin embargo ansiabas. Como si Pink Floyd, The Doors, Neurosis y Cough le cantaran a tu alma desde el lado oscuro de la luna, el quinteto subyuga la forma a la idea, a la voluntad de moldear una propuesta que vaya más allá de ritmos y estructuras para instalarse en el reino donde la verdad surge de las catársis sensoriales. Un mundo de espiritualidad primigenia y pura donde Adrift For Days se mueven como pez en el agua, invocando en su travesía tectónicas murallas de sonido, riffs abrasadores o inquietantes y seductores pasajes de minimalismo acústico, todo ello acompañado de la versatilidad vocal de Mick Kaslik. Capaz de bramar como una bestia ultramundana o abrazar la desesperación del blues más pantanoso, Kaslik es la guinda a un sonido inclasificable por no ir dirigido a la mirada escrutadora de la razón. A través de seis colosales cortes que se estiran hasta la hora y diez de duración, Come Midnight... te golpeará con toda la fuerza de una estrella colapsando (I. A Premonition II. Void III. The Aftermath), te mostrará la épica de la melancolía (House Of Cards), seducirá tus sentidos con mantras de otras dimensiones (Back Of The Beyond) y te hundirá en el éxtasis esquizoide de la desesperación (Eyes Look Down From Above). El trabajo a las seis cuerdas de Lachlan Doomdsdale y Ron Prince es realmente espectacular, exhibiendo con una suficiencia aplastante músculo a la par que gusto exquisito por las melodías, lija al mismo tiempo que caricias preñadas de peridición, moviéndose con fluidez donde otros sufrirían espasmódicos por tamaña soldadura creativa. Y al apagarse los rescoldos de este fuego insondable ardiendo entre notas musicales te quedará la sensación de que en el caos primordial que gobierna el Universo existe un patrón, pero cuyo conocimiento trae irremisiblemente la locura. Sin embargo dudo mucho que seas capaz de resistir la seducción de Come Midnight..., un viaje a esa demencia cósmica a través de la autopista de nuestra propia alma.
Come Midnight... es la demostración de que no todo está inventado pero a su vez la evidencia de algo que siempre ha estado ahí. Simplemente no queríamos verlo. Lo que si está claro es que Adrift For Days han creado un trabajo que podría ser sin dificultad el mejor disco de todo 2012. Así de sencillo. Así de aterrador. Así de bello...
7 comentarios:
Pedazo de obra más monumental la de Come Midnight... Gran reseña la tuya.
Así de bello...
Por favor!!!
Elimina lo de la música al entrar al blog ... va mucho más lento y encima ahora no puedo darle un vistazo en el curro.
Gran disco si señor, sin duda una gran continuación de su debut... Lo iba a publicar en mi blog la semana pasada pero al final me guie por otro menos importante...
Eliminado lo del reproductor, perdón por las molestias.
Muchas gracias Cthulhu.
Molestias un montón, como 3 días sin entrar a tu blog ;)
Podrías poner un pequeño reproductor para que quien quiera le de al Play ... pero vamos, que no hace falta.
muchisimas gracias,tremendo blog no me voy a cansar de repetirlo.saludos
Thank you so much for the kind words. Your review is very beautifully written. I am very glad that you enjoyed the album.
- Lachlan, Adrift for Days.
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