Tracklist:
- Like The Oar Strikes The Water
- Fear Is The Key
- Hoevding
- Iron Will
- Silver Into Steel
- The Shadow Knows
- Self Deceiver
- Beyond Good And Evil
- I Am The North
Sorpresa. Esa es la primera sensación que me asaltó al escuchar el último disco de este trío sueco. Yo los había conocido unos meses atrás, cuando un amigo me pasó su álbum de debut, Monument, un gran disco en el que desplegaban un doom metal de libro, en el que ya apuntaban maneras pariendo temas realmente épicos que brillaban entre los pesados y monolíticos riffs que daban cuerpo al trabajo. Pero cual fue mi sorpresa al encontrarme con este Iron Will, que descubro que estos tíos habían mudado a otras latitudes, y que de hecho, su nueva ubicación les estaba sentando más que bien. El doom se había diluido, aunque aún presente en el espíritu de cada riff de guitarra, y había dejado paso a un híbrido entre el stoner y el heavy metal setentero, especialmente claras las reminiscencias al trabajo de DIO. Y se que muchos, a bote pronto, podrían pensar que de esa mezcolanza puede salir un truño de colosales dimensiones, y lo entiendo, pero en este caso lo que nos encontramos es ante un discazo brutal, de esos que no dejarán de hacerte mover el cuello y elevar tu cerveza al cielo en honor al mismísimo Odín.
Un elemento es clave en la grandeza de Grand Magus, y no es otra cosa que la acojonante voz de JB, aquí completamente desatada de camisas de fuerza o corsés, superando con creces incluso a la estupenda labor que desarrolló en el On Fire de Spiritual Beggars. Toda ella es potencia, épica, un verdadero chorro de voz como yo hacía tiempo no oía dentro de este género. No exagero asegurando que si este señor hubiera desplegado su talento hace 25-30 años, ahora se encontraría entre el selecto grupo de metal-heroes, al lado de gente como Rob Halford o Bruce Dickinson. A él se le suman el bajista Fox (Bajen Death Cult) y el batería Seb (Plankton). Desde la inicial Like The Oar Strikes The Water, donde una mandolina abre paso a un grandioso y épico riff heavy, ya comenzamos a vislumbrar lo que nos ofrece este trabajo. Riffs de guitarra marcados, muy deudores de los ya citados DIO y Black Sabbath, pero añadiéndoles las todavía presentes reminiscencias al sonido Candlemass, y sumado a un groove tremendo, de esos que hace no mucho reventaban estadios por medio mundo. Los estribillos son de esos para corear durante meses, muy presentes en temazos como The Shadows Know, Iron Will o la joya del disco, Silver Into Steel, con uno de los estribillos más grandiosos que me he echado a la cara jamás. A partir de esta última, el disco va tornando más pesado, haciéndose visibles las raíces del grupo, cristalizadas en la fantástica Self-Deceiver, que bien podrían haber firmado unos Candlemass en estado de gracia, y donde JB simplemente está brutal, con una voz que eleva a esos riffs marcadísimos hasta el cielo, como desafiando al mismísimo Dios.
Una de las mejores sorpresas que me he llevado en los últimos años, y que me recuerda por qué el metal puede llegar a ser una fuerza tan grande y poderosa, cuando se despliega de manera tan talentosa y honesta. Un súper-disco, que gustará tanto a heavys como a amantes del stoner o incluso el doom.
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Un elemento es clave en la grandeza de Grand Magus, y no es otra cosa que la acojonante voz de JB, aquí completamente desatada de camisas de fuerza o corsés, superando con creces incluso a la estupenda labor que desarrolló en el On Fire de Spiritual Beggars. Toda ella es potencia, épica, un verdadero chorro de voz como yo hacía tiempo no oía dentro de este género. No exagero asegurando que si este señor hubiera desplegado su talento hace 25-30 años, ahora se encontraría entre el selecto grupo de metal-heroes, al lado de gente como Rob Halford o Bruce Dickinson. A él se le suman el bajista Fox (Bajen Death Cult) y el batería Seb (Plankton). Desde la inicial Like The Oar Strikes The Water, donde una mandolina abre paso a un grandioso y épico riff heavy, ya comenzamos a vislumbrar lo que nos ofrece este trabajo. Riffs de guitarra marcados, muy deudores de los ya citados DIO y Black Sabbath, pero añadiéndoles las todavía presentes reminiscencias al sonido Candlemass, y sumado a un groove tremendo, de esos que hace no mucho reventaban estadios por medio mundo. Los estribillos son de esos para corear durante meses, muy presentes en temazos como The Shadows Know, Iron Will o la joya del disco, Silver Into Steel, con uno de los estribillos más grandiosos que me he echado a la cara jamás. A partir de esta última, el disco va tornando más pesado, haciéndose visibles las raíces del grupo, cristalizadas en la fantástica Self-Deceiver, que bien podrían haber firmado unos Candlemass en estado de gracia, y donde JB simplemente está brutal, con una voz que eleva a esos riffs marcadísimos hasta el cielo, como desafiando al mismísimo Dios.
Una de las mejores sorpresas que me he llevado en los últimos años, y que me recuerda por qué el metal puede llegar a ser una fuerza tan grande y poderosa, cuando se despliega de manera tan talentosa y honesta. Un súper-disco, que gustará tanto a heavys como a amantes del stoner o incluso el doom.
Nota: 9,5/10
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