Pocas horas me separan del que indiscutiblemente es el festival rockero por excelencia en el Estado, el Azkena Rock Festival, que celebra ya su 10ª edición en tierras vitorianas. Afectado de no poco nerviosismo ante la perspectiva de disfrutar de bolos como el de Ozzy Osbourne, Kyuss Lives!, QOTSA, Clutch, Bad Brains, Greg Allman o los inefables Primus, me he tirado toda la semana entre sonoridades añejas, firmemente plantado en las décadas de los 60 y 70. Como casi siempre que me veo imbuido de nostalgia, acabo recalando en los discos de Bigelf, una de mis bandas fetiche y que increíblemente sufren de un ostracismo inexplicable dada la calidad de sus tres álbumes. Formados en 1991 en Los Ángeles por Damon Fox y Richard Anton , los estadounidenses son probablemente la mejor formación de rock que dio la ciudad en aquella década, y cuyas bandas pasarían a engrosar las filas de lo que algo más tarde se denominaría como stoner. Con unas influencias más añejas y variadas que sus compañeros de viaje, en 1996 plasman su propuesta en una demo de título Closer To Doom, todo un artefacto de culto y que les sitúa como unos rara avis dentro de un movimiento más centrado en los pesados riffs de Black Sabbath. Aunque las huestes de Iommi son una influencia palpable en su sonido, Bigelf manejan al mismo tiempo un caleidoscopio donde el protoheavy convive con el pop de los Beatles y el progresivo de Pink Floyd sin ningún pudor, saliendo victoriosos de tan arriesgada alquimia. Dos años después graban su debut, Money Machine, pero no es hasta el año 2000 que éste ve la luz, gracias al interés que despiertan en Serj Tankian de los metaleros System Of A Down, y que decide editarlo bajo el paraguas de su sello, Serjical Strike Records. Desgraciadamente, tan sólo se lanzan unas pocas copias, que se agotan rápidamente y que hacen actualmente de Money Machine un álbum tremendamente codiciado. Sin embargo, no todo son malas noticias, ya que a consecuencia de una gira que el (por aquel entonces) trío realiza por Suecia teloneando a Ritual, Bigelf despiertan todo un huracán en el país, que se rinde ante su revisionismo histórico en clave de rock. Impresionados por la acogida de su música en el país escandinavo, los estadounidenses se mudan allí y debido a su éxito firman con la filial sueca de Warner, con la que editan en 2003 el que para muchos es su gran obra maestra, Hex. Conformados como cuarteto, algo que se mantiene hasta la actualidad, Bigelf entran en el Top 10 de ese año en Suecia. Decididos a traspasar fronteras, la banda ficha por Custard Records, discográfica de la productora y compositora Linda Perry y también filial de Warner, y con ella editan su tercera y hasta la fecha última referencia, Cheat The Gallows (2008). Aunque siguen siendo una formación que se mueve por parámetros de modesta repercusión, su calidad no pasa desapercibida para el resto de artistas, y en 2009 son invitados a acompañar a Opeth y Dream Theater en el Prog Nation Tour de 2009, donde también comparten escenario con Zappa Plays Zappa y Unexpect. Además han sido teloneros de Opeth y Dream Theater en sus respectivas giras sudamericanas, algo que sin embargo sigue sin acabar de erigirles como miembros de pleno derecho dentro de la comunidad progresiva mundial. A pesar de lo injusto de la situación, todos los amantes de la banda, y del progresivo añejo por añadidura, sabemos de la tremenda valía de su sonido y de lo impecable de sus tres referencias.
Bigelf hacían su presentación en sociedad con un álbum sorprendente por lo dispar de sus influencias, donde los riffs de indiscutibles ecos sabbathicos se daban de la mano con unas melodías deudoras del mejor pop de los 60, principalmente de The Beatles. Con los omnipresentes teclados del vocalista Damon Fox (toda una marca de fábrica en el sonido Bigelf) jugueteando durante todo el metraje del disco, Money Machine representaba el tipo de música que los de Liverpool hubieran compuesto de haber desarrollado su carrera en los 90. Si hubiera un álbum con el que reconciliar tus gustos con los de tus padres, ése sería Money Machine sin lugar a dudas. Desde las iniciales y fantásticas Money Machine y Sellout, uno es consciente de que está ante algo muy especial. Cuando Damon Fox adopta ese registro tan Ozzy en Neuropsychopathic Eye ya se es consciente de la grandeza del álbum, y con las impresionantes Side Effects e Ironheel directamente los calificativos se dejan a un lado. Como decía su hoja de prensa, Bigelf son el camino que The Beatles habrían tomado de haber contado con Tony Iommi a las guitarras y John Lord de Deep Purple en el órgano. Nunca he estado tan de acuerdo con una aseveración de este tipo.
NOTA: 8,5/10
Con Hex tocaba el siempre difícil momento de la reafirmación de todas las expectativas creadas por un debut. Y vaya si lo consigueron! Porque en mi opinión estamos ante uno de los mejores discos de rock de la pasada década, mucho más allá de etiquetas como el progresivo o el hard rock. Curiosamente el cuarteto alcanza esa maestría dejando a un lado la que había sido su mayor seña de identidad hasta la fecha, y que no era otra que su parentesco con el sonido de The Beatles. Aunque aún presente, aquí deja paso a un mayor protagonismo del protoheavy de Black Sabbath, junto a unas progresiones espectaculares y muy deudoras de Pink Floyd. La psicodelia asoma la cabeza, y en la batidora sónica de Bigelf hay cabida también para escarceos con el mismísimo David Bowie, como en la maravillosa Rock & Roll Contract. La creatividad y exhuberancia mostradas en Hex alcanzan cotas muy difíciles de superar, todo ello bajo el atento control de Damon Fox, que aquí hace también las veces de productor. La sucesión de temazos es abrumadora, y cortes como Sunshine Suicide (con la guitarra de Ace Mark tocando el cielo), Dissapear o Black Moth se convierten en clásicos instantáneos. Pero la joya de la corona va para esa barbaridad que responde al nombre de Madhatter, un hit como la copa de un pino y en mi humilde opinión uno de los mejores temas que el rock nos haya regalado jamás. En definitiva, con Hex los norteamericanos entraron a lo grande en el Hall Of Fame, creando una obra perfecta, un clásico moderno, al que espero que algún día la historia coloque en el lugar que merece.
NOTA: FUCKING CLASSIC! (+10/10)
Para todos los que pensábamos que ya no había cabida para la sorpresa con Bigelf, y que era imposible añadir aún más matices a su propuesta sonora, Cheat The Gallows vino a confirmar nuestra equivocación de manera rotunda. No contentos con actualizar el sonido de Black Sabbath, The Beatles y Pink Floyd, en su tercer asalto los estadounidenses decidieron pegarle fuerte a la grandilocuencia y las orquestaciones, descubriendo por el camino su amor por Queen y los Kiss. Recuperando la impronta de los de Liverpool, Bigelf crearon un álbum por el que matarían el 99% de bandas que se mueven dentro de las sonoridades "retro", y además con una personalidad que les aleja de todas ellas. Y es que aunque todas esas influencias están presentes, su amalgama da como resultado un sonido tremendamente personal e identificable a los angelinos, siendo imposible la confusión de Bigelf con ninguna otra banda del planeta. Gravest Show On Earth es la cópula grandiosa entre Queen y The Beatles, Blackball rebosa Black Sabbath por los cuatro costados y Superstar podría estar sin problemas dentro de lo mejor de la discografía de los Kiss. Todo ello se ve potenciado por una grandilocuencia y teatralidad que hacen de Cheat The Gallows un disco de otro planeta, o de éste pero hasta el culo de tripis. Llegados a este punto, las comparaciones con Genesis o Yes son más que plausibles, pero mientras esas bandas crean en mí los más profundos sopores, la energía que transmiten Bigelf supera con creces la tendencia a la tibieza de aquellos. Aquí tenemos también otra joya de la corona, que en mi opinión es The Evils Of Rock & Roll, otro pepino de oscura teatralidad que hará las delicias de los fans del Sabotage de Black Sabbath. Fantástica!!! Estirando de manera ultraterrena sus tentáculos, los cabrones lo volvían a hacer, creando otro monumento en honor al mejor rock que nos legaron esos locos comedores de ácido hace ya cuatro décadas.
NOTA: 9,5/10
5 comentarios:
como te envidio tío, por poder ir al azkena. Yo estoy currando y además soy de Córdoba y me pilla un poco mal. Vas a ver a Kyuss!!!!! aunque sin Josh Homme, pero será la leche seguro. Acuérdate de este blacker cuando toquen one inch man, a disfrutar!!!!
Escuchad esto: Megachurch - Megachurch 2, Judgement Day (2011)
Están por bandcamp, y hacen un Stoner muy ligero y divertido. De lo mejor que he escuchado este año.
Como va la recuperación del Azkuna Rock, te has quitado ya las orejillas esas???? Joder, que grandes Bigelf, estoy todo a gusto oyendo!!! Fucking classic!
No me envidiéis, que el festi este año fue muy flojito... Pero bueno, la borrachera y las risas si fueron antológicas!! Fuck Yeah!!
Trumbo: jajajajaja si, ya no parezco una Catwoman yonki, de hecho me comentan que casi he vuelto a ser humano... Sabía yo que te iban a molar los Bigelf! Para el año que viene a exigir que toquen en el ARF!!!
Sólo diré que con Sunshine Suicide tienen suficiente para ganarse mi respeto.
Un saludo.
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