- The Rising Of The Black Sun
- The Weirding
- Silent Sleep
- The River Under
- Ouroboros
- Broken Glass
- The Dawning Of Ophiuchus
- Beyond To Slight The Maze
No me lo creo. La fecha de edición de este álbum es de 2009, pero no me lo creo. Estoy convencido que se grabó en algún momento de la década de los 60 o 70 y ha estado misteriosamente escondido en algún polvoriento sótano hasta que los tíos de Rise Above Records se han percatado y lo han sacado a la luz. Y es que Astra le dan una nueva definición a la etiqueta retro. Formados en 2006 de las cenizas de Silver Sunshine, los de San Diego demuestran con su disco de debut que para ellos los últimos 30 años de música no han existido, habitando en una burbuja temporal gobernada por los vinilos de Pink Floyd y King Crimson.
Joder, es que estos tíos saben tocar progresivo. De ese sin etiquetas delante, ni metal, ni doom, ni leches. Progresivo del que se practicaba cuando esos géneros todavía no habían ni asomado la cabeza. Y hago mío un comentario que leí sobre ellos, acerca de que Astra son tan retro que a su lado Witchcraft parecen Nine Inch Nails. Porque en la música de Astra los referentes son más añejos, y a los citados Pink Floyd y King Crimson, en el catálogo de los norteamericanos se dejan ver también lumbreras de la época como Cream o Génesis. Así que ya véis por donde van los tiros. Y un aviso, porque The Weirding cumple a rajatabla con los cánones del estilo, así que puede que a los amantes de lo inmediato el álbum les haga salir corriendo, ya que nos enfrentamos a un verdadero viaje lisérgico de una hora y veinte minutos, donde las voces son anecdóticas y lo que predomina son los infinitos desarrollos y las improvisaciones libres. No se bajo los efectos de que sustancias lo habrán compuesto, pero tienen que ser unas drogas cojonudas. La inicial The Rising Of The Black Sun coquetea con el folk sesentero de los Jethro Tull, con muchas reminiscencias a Yes. Un preparatorio para los 15 minutos de la canción que da nombre al álbum, y que refleja perfectamente la propuesta de Astra. Uno de los mejores temas del disco. Es imposible no sonreir al escuchar durante la reproducción un Mellotron, flauta, piano, arpa... Aún así, que no se asusten los más rockeros, que guitarras las hay, y cojonudas, sólo que integradas en un fascinantemente denso tapiz sonoro que es muchísimo más que una suma de partes. Encontramos cortes más concisos, como The River Under (muy recomendada para todos aquellos que quieran conocer el sonido de Astra sin irse a más de diez minutos) o The Dawning Of Ophiuchus, pero lo que mejor saben hacer estos tíos son temas como Ouroboros. Hablamos de 17 minutazos de una épica y psicotrónica instrumental que a algunos les hará alcanzar el cielo y a otros, supongo, correr como posesos y no mirar atrás. Pero bueno, es lo que siempre ha suscitado este género. Comprendo ambas posturas, en especial la segunda, ya que siempre me ha disgustado el rock progresivo clásico con su auto-indulgencia y florituras hippies, pero por alguna extraña razón este The Weirding me tiene enganchado. Puede que sea la edad, o que simplemente sea un gran disco, no lo se, y realmente no me importa. De lo que si estoy convencido es de que este es un trabajo que apasionará a los rockeros más clásicos, así como a los amantes del nuevo progresivo en la onda de Porcupine Tree (últimos discos). Lo único que no me gusta es que un trabajo como éste está hecho para ser grabado en analógico y pinchado únicamente en vinilo. El ser tan pulcro su sonido y no tener de fondo ese inconfundible crepitar de la aguja hace que sea algo extraña su escucha. Pero bueno, tampoco le vamos a pedir peras al olmo. Mención aparte merece su increíble portada, a cargo de Arik Roper, que ya ha trabajado para bandas como Witch, Earthless, Sleep o High On Fire (a estos se las diseña todas).
Una joyita de otro tiempo que nos recuerda que los años dorados del rock siguen muy presentes en las mentes de las nuevas generaciones.
PD: Astra actuaron en el Estado español en Verano de 2009, dentro del II Festival de Rock y Psicodelia del Castell de Guadalest, junto a otras formaciones como Witchcraft, Earthless, Viaje a 800 o Colour Haze.
Joder, es que estos tíos saben tocar progresivo. De ese sin etiquetas delante, ni metal, ni doom, ni leches. Progresivo del que se practicaba cuando esos géneros todavía no habían ni asomado la cabeza. Y hago mío un comentario que leí sobre ellos, acerca de que Astra son tan retro que a su lado Witchcraft parecen Nine Inch Nails. Porque en la música de Astra los referentes son más añejos, y a los citados Pink Floyd y King Crimson, en el catálogo de los norteamericanos se dejan ver también lumbreras de la época como Cream o Génesis. Así que ya véis por donde van los tiros. Y un aviso, porque The Weirding cumple a rajatabla con los cánones del estilo, así que puede que a los amantes de lo inmediato el álbum les haga salir corriendo, ya que nos enfrentamos a un verdadero viaje lisérgico de una hora y veinte minutos, donde las voces son anecdóticas y lo que predomina son los infinitos desarrollos y las improvisaciones libres. No se bajo los efectos de que sustancias lo habrán compuesto, pero tienen que ser unas drogas cojonudas. La inicial The Rising Of The Black Sun coquetea con el folk sesentero de los Jethro Tull, con muchas reminiscencias a Yes. Un preparatorio para los 15 minutos de la canción que da nombre al álbum, y que refleja perfectamente la propuesta de Astra. Uno de los mejores temas del disco. Es imposible no sonreir al escuchar durante la reproducción un Mellotron, flauta, piano, arpa... Aún así, que no se asusten los más rockeros, que guitarras las hay, y cojonudas, sólo que integradas en un fascinantemente denso tapiz sonoro que es muchísimo más que una suma de partes. Encontramos cortes más concisos, como The River Under (muy recomendada para todos aquellos que quieran conocer el sonido de Astra sin irse a más de diez minutos) o The Dawning Of Ophiuchus, pero lo que mejor saben hacer estos tíos son temas como Ouroboros. Hablamos de 17 minutazos de una épica y psicotrónica instrumental que a algunos les hará alcanzar el cielo y a otros, supongo, correr como posesos y no mirar atrás. Pero bueno, es lo que siempre ha suscitado este género. Comprendo ambas posturas, en especial la segunda, ya que siempre me ha disgustado el rock progresivo clásico con su auto-indulgencia y florituras hippies, pero por alguna extraña razón este The Weirding me tiene enganchado. Puede que sea la edad, o que simplemente sea un gran disco, no lo se, y realmente no me importa. De lo que si estoy convencido es de que este es un trabajo que apasionará a los rockeros más clásicos, así como a los amantes del nuevo progresivo en la onda de Porcupine Tree (últimos discos). Lo único que no me gusta es que un trabajo como éste está hecho para ser grabado en analógico y pinchado únicamente en vinilo. El ser tan pulcro su sonido y no tener de fondo ese inconfundible crepitar de la aguja hace que sea algo extraña su escucha. Pero bueno, tampoco le vamos a pedir peras al olmo. Mención aparte merece su increíble portada, a cargo de Arik Roper, que ya ha trabajado para bandas como Witch, Earthless, Sleep o High On Fire (a estos se las diseña todas).
Una joyita de otro tiempo que nos recuerda que los años dorados del rock siguen muy presentes en las mentes de las nuevas generaciones.
PD: Astra actuaron en el Estado español en Verano de 2009, dentro del II Festival de Rock y Psicodelia del Castell de Guadalest, junto a otras formaciones como Witchcraft, Earthless, Viaje a 800 o Colour Haze.
Nota: 8,5/10
3 comentarios:
jeje, pues prepárate a viajar a la época cuando nadie se duchaba y se lamían muchos sapos alucinógenos...
Ostras, pues me ha gustado. Incluso ahora que lo escucho con mal sueño pillado, me ha entrado. xD Enormes los temas Ouroboros y The Dawning Of Ophiuchus.
Un saludo.
Jaja, es que en el fondo todos tenemos un poquito de hippie psicodélico dentro, Soulkiller!!
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