- Moonshine Mayhem
- Worn Out City
- Octogod
- Right Arm Of Lightning
- Virginia Dreamer
- Revenge Of The Whistled Pig
- My Friend The Blind
- Ghosts In The Clouds
- Wolly Molasses
- Serus
- Flight Of The Elephant
- High Horse
Pues sigamos con música de raíces añejas. Workhorse es un cuarteto de Denver, que se formaron en 2005. Este Beasts Of Burden es su primer y hasta la fecha único larga duración, aunque su EP Why The Long Face? tuvo cierta repercusión, llegando a aparecer en la MTV. En propias declaraciones de la banda, declararon que su universo musical gira en torno a tres pilares fundamentales, que no son otros que Mastodon, Pantera y John Lee Hooker. Ahí es nada. Así que ya os podéis hacer una idea que lo que estos tíos practican es auténtico southern rock/metal, coqueteando por momentos con el sludge.
Y este Beasts Of Burden es un auténtico pepinazo de disco. Definidos como la sucia unión de Sleep y Molly Hatchet, Workhorse despliegan todo un repertorio de fantásticos riffs que te harán mover la cabeza y sudar como un descosido. Sin inventar nada nuevo, si que es cierto que su mezcla de elementos ya trillados suena en ellos diferente, fresco. Porque en su coctelera se agitan riffs mastodónticos y llenos de gancho, en la mejor tradición del southern rock, pero dotados de un importante músculo metálico debido en parte a su tremenda sección rítmica. Todo ello, eso sí, cargado de suciedad punk, y de una interpretación vocal que les acerca en muchos momentos al sludge, pero sin perder nunca de vista las raíces. Como ya digo, probablemente lo más destacable es la labor que a las seis cuerdas realizan Randy Olinger y Jay Ditchen, y que a base de tremendos riffs te transportan a lomos de un Mustang en mitad del desierto, con el depósito casi vacío mientras los coyotes sonríen con impaciencia tras enormes bloques de piedra rojiza. Temazos como Octogod, Right Arm Of Lightning o Revenge Of The Whistled Pig son buena prueba de ello, con unos ritmos capaces de hacer levantarse a los muertos. Olinger, que también se encarga de las voces, es capaz de cantar como un engendro del pantano cargado de mala baba y dolor de muelas, pero cuando los temas derivan hacia derroteros más rockeros, despliega una tremenda voz, que ya te deja completamente asombrado en los blues acústicos que son Virginia Dreamer o High Horse. Y lo más importante son las sensaciones que transmite el disco, ya que la actitud de Workhorse es tremenda, siendo capaces de transmitirte toda una descarga de energía durante la hora en la que despachan los doce cortes del álbum.
Un disco enorme, lleno de temazos, energía y actitud.
Y este Beasts Of Burden es un auténtico pepinazo de disco. Definidos como la sucia unión de Sleep y Molly Hatchet, Workhorse despliegan todo un repertorio de fantásticos riffs que te harán mover la cabeza y sudar como un descosido. Sin inventar nada nuevo, si que es cierto que su mezcla de elementos ya trillados suena en ellos diferente, fresco. Porque en su coctelera se agitan riffs mastodónticos y llenos de gancho, en la mejor tradición del southern rock, pero dotados de un importante músculo metálico debido en parte a su tremenda sección rítmica. Todo ello, eso sí, cargado de suciedad punk, y de una interpretación vocal que les acerca en muchos momentos al sludge, pero sin perder nunca de vista las raíces. Como ya digo, probablemente lo más destacable es la labor que a las seis cuerdas realizan Randy Olinger y Jay Ditchen, y que a base de tremendos riffs te transportan a lomos de un Mustang en mitad del desierto, con el depósito casi vacío mientras los coyotes sonríen con impaciencia tras enormes bloques de piedra rojiza. Temazos como Octogod, Right Arm Of Lightning o Revenge Of The Whistled Pig son buena prueba de ello, con unos ritmos capaces de hacer levantarse a los muertos. Olinger, que también se encarga de las voces, es capaz de cantar como un engendro del pantano cargado de mala baba y dolor de muelas, pero cuando los temas derivan hacia derroteros más rockeros, despliega una tremenda voz, que ya te deja completamente asombrado en los blues acústicos que son Virginia Dreamer o High Horse. Y lo más importante son las sensaciones que transmite el disco, ya que la actitud de Workhorse es tremenda, siendo capaces de transmitirte toda una descarga de energía durante la hora en la que despachan los doce cortes del álbum.
Un disco enorme, lleno de temazos, energía y actitud.
Nota: 8,5/10
2 comentarios:
Increíble el groove que se gastan al principio y el rollo Stoner y sobre todo sureño, a veces incluso Country, que van cogiendo a medida que avanza el disco, por no hablar de Flight Of The Elephant, auténtico sonido Sludge. Enorme banda, gracias por el descubrimiento.
Un saludo.
Si, yo los descubrí muy de casualidad, y la verdad que son una bandaza. Me alegro que te molara!
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