(click en la portada para descargar) Joder, que ganazas tenía de que estos tíos sacaran nuevo material. Legacy supone el sexto álbum de Hypnos 69, el veterano cuarteto belga especializado en la más maravillosa mixtura de stoner y psicodelia que uno pueda escuchar hoy día, al nivel de gigantes como Colour Haze. De hecho, la banda edita con Elektrohash Records, el sello propiedad de los alemanes e indispensable hogar de lo más granado de la psicodelia actual. El núcleo compositivo de Hypnos 69 son los hermanos Houtmeyers, Steve and Dave, que a finales de los ochenta militaban en el combo punk Massagraf. Steve también formaba parte de la legendaria banda de grindcore Agathocles (todos en pie...) y de los también míticos Intestinal Disease. En 1994 Steve abandona todos esos proyectos y junto a su hermano deciden dar rienda suelta a su pasión por los sonidos más expansivos y deudores de la década de los 70, formando Starfall. A partir de 1995 el proyecto pasa a llamarse Hypnos 69, y a Steve (voces, guitarras, theremin) y Dave (batería, percusión, campanólogo) se les unen Steven Marx (saxofón, melotrón, Hammond y Rhodes) y Tom Vanlaer (bajo, guitarra barítono, pedales sintetizadores Moog Taurus). Su debut llega en el año 2001 con el LP Timeline Traveller, más orientado al heavy/stoner de influencias añejas. Poco a poco su sonido va ganando en complejidad, añadiendo elementos de la psicodelía y el jazz, que se ven cristalizados en su tercer LP, The Intrigue Of Perception, álbum que les granjea el reconocimiento amplio de la crítica internacional y que entra en muchas de las listas de lo mejor de 2004. Tras él llegarían dos Lp's más, Timeline Traveller (2006) y The Eclectic Measure (2007), que les terminan por confirmar como una formación de primera línea en el género. Por el camino graban un split junto a Colour Haze y giran junto a bandas del calibre de Opeth, Hawkwind, Dozer, Five Horse Johnson o Brant Bjork and the Bros. Tres añitos hemos tenido que esperar, pero por fin los belgas vuelven a la carga con un nuevo trabajo bajo el brazo.
Y que discazo más gordo señores. No titubeo si digo que esto es lo mejor, y de lejos, que los belgas hayan compuesto jamás. No son palabras ligeras, porque vienen de alguien, un servidor, que tiene a The Intrigue Of Perception y The Eclectic Measure en un altar. Y es que Legacy huele a clásico por todos los lados, no solo por un sonido jodidamente setentero, sino por un nivel compositivo que coloca al álbum entre lo mejor que la psicodelia y el progresivo nos haya regalado nunca. Con sus dos cojones (en este caso ocho, obviando posibles mutilaciones), Hypnos 69 abren el disco con Requiem (For A Dying Creed), 18 minutazos de épica lisérgica donde hay cabida para todo, desde pasajes acústicos a jams descontroladas pasando por unas guitarras memorables, y aderezado todo por un solo de saxofón para caerte de espaldas. Es un tema infinito, pero con una capacidad de enganchar tal y con tantos y tan grandiosos ingredientes, que os aseguro se os pasará volando. Los instrumentos de viento son muy importantes en Legacy, y uno de sus mayores exponentes es An Aerial Architect, otro temazo pero que esta vez transita por los parajes del rock bluesero con la trompa como inseparable compañero. My Journey To The Stars es un corte reposado con muchos aires de progresivo folk, y que suena como unos Astra en estado de gracia, o más bien, lo que todos esperamos de ellos en un futuro cercano. El corte fluye con precisa suavidad hasta que sus superficie se ve rota por un tremendo solo de guitarra que volverá a erizarte los vellos del cuerpo elevando de nuevo el listón a una altura inalcanzable para los simples mortales. The Sad Destiny We Lament va de la mano de los Pink Floyd más expansivos, aunque tocado con la personalidad suficiente para que ese dato, más que una rémora, sea un trampolín desde el que impulsarse a otro nivel. The Empty Hourglass es otro de los puntos álgidos de Legacy, donde se abrazan multitud de elementos como el space rock, el jazz, la psicodelia, saxofones y melotrones en una orgía sonora que hará babear al buen amante del género. Y cuando uno piensa que ya la cosa no puede dar más de sí, que todo parece haber alcanzado la perfección, llega la final The Great Work con sus más de 18 minutos de metraje, te invita a dos tripis y te manda de una patada en los huevos a 1970. Grandiosa, retro a más no poder y con un volumen e interacción de sonoridades difícil de expresar con palabras. Como también es difícil de explicar la maravillosa sensación que se te queda en el cuerpo al finalizar la hora y diez minutos de este monumento a la música que es Legacy.
Sin palabras. Sólo una boca entreabierta mezcla de satisfacción e incredulidad ante esta joyaza. A colocar junto a las obras maestras de Pink Floyd, Big Elf, King Crimson o Captain Beyond.
PD: el genial artwork corre a cargo del Malleus Rock Art Lab, siglas tras las que se parapetan los miembros de los también gigantescos Ufomammut.
Y que discazo más gordo señores. No titubeo si digo que esto es lo mejor, y de lejos, que los belgas hayan compuesto jamás. No son palabras ligeras, porque vienen de alguien, un servidor, que tiene a The Intrigue Of Perception y The Eclectic Measure en un altar. Y es que Legacy huele a clásico por todos los lados, no solo por un sonido jodidamente setentero, sino por un nivel compositivo que coloca al álbum entre lo mejor que la psicodelia y el progresivo nos haya regalado nunca. Con sus dos cojones (en este caso ocho, obviando posibles mutilaciones), Hypnos 69 abren el disco con Requiem (For A Dying Creed), 18 minutazos de épica lisérgica donde hay cabida para todo, desde pasajes acústicos a jams descontroladas pasando por unas guitarras memorables, y aderezado todo por un solo de saxofón para caerte de espaldas. Es un tema infinito, pero con una capacidad de enganchar tal y con tantos y tan grandiosos ingredientes, que os aseguro se os pasará volando. Los instrumentos de viento son muy importantes en Legacy, y uno de sus mayores exponentes es An Aerial Architect, otro temazo pero que esta vez transita por los parajes del rock bluesero con la trompa como inseparable compañero. My Journey To The Stars es un corte reposado con muchos aires de progresivo folk, y que suena como unos Astra en estado de gracia, o más bien, lo que todos esperamos de ellos en un futuro cercano. El corte fluye con precisa suavidad hasta que sus superficie se ve rota por un tremendo solo de guitarra que volverá a erizarte los vellos del cuerpo elevando de nuevo el listón a una altura inalcanzable para los simples mortales. The Sad Destiny We Lament va de la mano de los Pink Floyd más expansivos, aunque tocado con la personalidad suficiente para que ese dato, más que una rémora, sea un trampolín desde el que impulsarse a otro nivel. The Empty Hourglass es otro de los puntos álgidos de Legacy, donde se abrazan multitud de elementos como el space rock, el jazz, la psicodelia, saxofones y melotrones en una orgía sonora que hará babear al buen amante del género. Y cuando uno piensa que ya la cosa no puede dar más de sí, que todo parece haber alcanzado la perfección, llega la final The Great Work con sus más de 18 minutos de metraje, te invita a dos tripis y te manda de una patada en los huevos a 1970. Grandiosa, retro a más no poder y con un volumen e interacción de sonoridades difícil de expresar con palabras. Como también es difícil de explicar la maravillosa sensación que se te queda en el cuerpo al finalizar la hora y diez minutos de este monumento a la música que es Legacy.
Sin palabras. Sólo una boca entreabierta mezcla de satisfacción e incredulidad ante esta joyaza. A colocar junto a las obras maestras de Pink Floyd, Big Elf, King Crimson o Captain Beyond.
PD: el genial artwork corre a cargo del Malleus Rock Art Lab, siglas tras las que se parapetan los miembros de los también gigantescos Ufomammut.
Nota: 10/10
5 comentarios:
Dios mío, qué glorioso. Voy a tener que darle más escuchas porque es difícil apreciarlo al 100%, pero esto es gigante. ¿Y en él está Steve Houtmeyers? Eso sí que no me lo esperaba.
Grandioso descubrimiento gracias a ti una vez más.
Un saludo.
que discazo!! para ser sincero no conocia nada de esta banda.
vaya de lo que me perdia!!!!!!!
gran blog
saludos desde México
Laostiaputa!!! esto lo tengo bajando pero YA. Vaya alegrón que me has dado porque no tenía ni idea que estos cracks habían publicado disco nuevo. Encima dices que es su mejor trabajo...joooderr, ¡¡muchas gracias por colgarlo!!
SALUDOS.
De putisima madre!!! Que fieras son estos belgas!!!
Hola, desde hace rato les he visto pero no he tenido chance de conseguirme el disco entero, ¿dónde puedo descargar?, por cierto... Fascinantes las portadas.
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