Tracklist:
- Three Moons
- The Shore Of Transcendence
- Almitra's Premonition
- Means To An End
- Crescent Mirror
- Pisgah
- Consumed By Horizons
- Requiem From Substance To Silence
Otro interesante lanzamiento, de los que son, junto a The End, la principal apuesta de futuro del sello Relapse. Es éste el segundo trabajo con el prestigioso sello, y las expectativas eran considerables teniendo en cuenta la buena aceptación que tuvo su anterior obra, The Ritual Fires Of Abandonment. Hay que decir que son Minsk una banda muy joven, formados en 2002 en Peoria (Illinois), aunque también es cierto que no se han dormido en los laureles, teniendo ya en el mercado tres álbumes, y firmando muy pronto por una de las discográficas de más peso dentro del metal.
Empezaré diciendo que With Echoes... es un disco bastante mejor que The Ritual Fires Of Abandonment. Además es un disco inmenso, infinito, que se expande más y más con cada escucha, y donde cada corte es un mundo en sí mismo, pero conectado a los demás por poderosas fuerzas gravitatorias que los atan a un personalísimo sistema cuyo eje es la intensidad, ya sea de sus pasajes más psicodélicos como de sus arranques de furia. No se anda con tonterías el cuarteto norteamericano, y sin ponernos las cosas fáciles, nos entregan un denso y psicotrópico ejercicio de doom/stoner de ¡más de una hora! de duración. No asustarse, porque el resultado merece la pena. Para mí, uno de los puntos fuertes de la banda es el abrumador caleidoscopio con el que juguetean para tejer su tapiz sonoro, ya que la cantidad de influencias que nos van a venir a la cabeza es importante. Desde Neurosis a Isis, pasando por el rock más marciano y psicodélico de los 70. Sumando a esto que en sus momentos más reposados e introspectivos podremos ver el amor que estos tíos sienten por los Om de Al Cisneros. Algunos cambios notables se han obrado en la banda, y uno de ellos es en el aspecto vocal, donde el guitarrista Christopher Bennett y el bajista Sanford Parker llevan a cabo una labor magnífica debido en gran parte a la ampliación de registros respecto a anteriores lanzamientos. Se puede observar en la inicial Three Moons, donde Minsk entran a todo trapo para dejarnos claro que la escucha del álbum no va a ser un camino de rosas. El teclado gana también en importancia en este With Echoes..., mención especial para su papel en la inmensa The Shore Of Transcendence, de prácticamente 10 minutos de duración y que en mi opinión es de largo el mejor corte del álbum. Lenta, pesada, pero que va cargándose de matices, de melodías, con unas voces perfectas y una intensidad que se eleva en espiral alcanzando el cielo. Una verdadera delicia. No me puedo olvidar del batera, Tony Wyioming, ya que es uno de los elementos diferenciadores de Minsk. Su exquisita técnica, junto a la utilización que hace de sonidos y percusiones tribales, llenan todas las canciones de una cadencia muy especial, y convierte a muchas de ellas en verdaderos mantras que pueden transportarte a otro plano de existencia. Es complicado diseccionar los temas, o destacar algunos sobre otros, con este grupo es imposible. Cuando cada tema es un compleja entidad en expansión, exponer las variables se convierte en un absoluto ejercicio de futilidad, y servidor no quiere correr el riesgo de enloquecer en el intento. Y este es el punto fuerte y la mayor debilidad de Minsk. Me explico: han conseguido algo tremendo dentro del post-metal, y que no es otra cosa que crear un sonido original que ha roto con el rígido esquema (impuesto de manera magistral por grupos como Neurosis o Isis) de comienzo lento-explosión sonora-final lento y épico que ya se estaba volviendo algo cansino y muy manido. Y eso es de un mérito enorme. Pero a su vez tiene su reverso tenebroso, que es el de pecar por momentos de demasiada experimentación y de abusar de unas progresiones que a veces les expanden tanto que les hacen translúcidos e insustanciales, y que dificultan el segumiento por parte del oyente. Aún así, tengo que decir que esos momentos son los menos dentro de un álbum que en la mayoría de su metraje roza la absoluta genialidad. Y que hablamos de una banda tremendamente joven cuyo márgen de mejora, por lo mostrado en este disco, no conoce límites.
Un álbum brillante, tanto por lo que es ya, como por el futuro que nos hace vislumbrar. Una banda completamente libre de ataduras y con un talento y originalidad que les hace desde ya estar en la primera división del post-metal. Absolutamente recomendables.
Empezaré diciendo que With Echoes... es un disco bastante mejor que The Ritual Fires Of Abandonment. Además es un disco inmenso, infinito, que se expande más y más con cada escucha, y donde cada corte es un mundo en sí mismo, pero conectado a los demás por poderosas fuerzas gravitatorias que los atan a un personalísimo sistema cuyo eje es la intensidad, ya sea de sus pasajes más psicodélicos como de sus arranques de furia. No se anda con tonterías el cuarteto norteamericano, y sin ponernos las cosas fáciles, nos entregan un denso y psicotrópico ejercicio de doom/stoner de ¡más de una hora! de duración. No asustarse, porque el resultado merece la pena. Para mí, uno de los puntos fuertes de la banda es el abrumador caleidoscopio con el que juguetean para tejer su tapiz sonoro, ya que la cantidad de influencias que nos van a venir a la cabeza es importante. Desde Neurosis a Isis, pasando por el rock más marciano y psicodélico de los 70. Sumando a esto que en sus momentos más reposados e introspectivos podremos ver el amor que estos tíos sienten por los Om de Al Cisneros. Algunos cambios notables se han obrado en la banda, y uno de ellos es en el aspecto vocal, donde el guitarrista Christopher Bennett y el bajista Sanford Parker llevan a cabo una labor magnífica debido en gran parte a la ampliación de registros respecto a anteriores lanzamientos. Se puede observar en la inicial Three Moons, donde Minsk entran a todo trapo para dejarnos claro que la escucha del álbum no va a ser un camino de rosas. El teclado gana también en importancia en este With Echoes..., mención especial para su papel en la inmensa The Shore Of Transcendence, de prácticamente 10 minutos de duración y que en mi opinión es de largo el mejor corte del álbum. Lenta, pesada, pero que va cargándose de matices, de melodías, con unas voces perfectas y una intensidad que se eleva en espiral alcanzando el cielo. Una verdadera delicia. No me puedo olvidar del batera, Tony Wyioming, ya que es uno de los elementos diferenciadores de Minsk. Su exquisita técnica, junto a la utilización que hace de sonidos y percusiones tribales, llenan todas las canciones de una cadencia muy especial, y convierte a muchas de ellas en verdaderos mantras que pueden transportarte a otro plano de existencia. Es complicado diseccionar los temas, o destacar algunos sobre otros, con este grupo es imposible. Cuando cada tema es un compleja entidad en expansión, exponer las variables se convierte en un absoluto ejercicio de futilidad, y servidor no quiere correr el riesgo de enloquecer en el intento. Y este es el punto fuerte y la mayor debilidad de Minsk. Me explico: han conseguido algo tremendo dentro del post-metal, y que no es otra cosa que crear un sonido original que ha roto con el rígido esquema (impuesto de manera magistral por grupos como Neurosis o Isis) de comienzo lento-explosión sonora-final lento y épico que ya se estaba volviendo algo cansino y muy manido. Y eso es de un mérito enorme. Pero a su vez tiene su reverso tenebroso, que es el de pecar por momentos de demasiada experimentación y de abusar de unas progresiones que a veces les expanden tanto que les hacen translúcidos e insustanciales, y que dificultan el segumiento por parte del oyente. Aún así, tengo que decir que esos momentos son los menos dentro de un álbum que en la mayoría de su metraje roza la absoluta genialidad. Y que hablamos de una banda tremendamente joven cuyo márgen de mejora, por lo mostrado en este disco, no conoce límites.
Un álbum brillante, tanto por lo que es ya, como por el futuro que nos hace vislumbrar. Una banda completamente libre de ataduras y con un talento y originalidad que les hace desde ya estar en la primera división del post-metal. Absolutamente recomendables.
Nota: 8,75/10
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo. Las espectativas sobre esta banda son enormes
Si, yo creo que en el momento que concreten un poco los temas y enfoquen todo el torrente de ideas que tienen, se pueden comer el mundo.
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